DOMINGO LOPEZ FERNANDEZ
El lunes, 15, fiel a su cita anual, la Virgen de la Cabeza recorría triunfalmente las calles de la ciudad. Fue un día solemne, desde luego, como solemne fue la tradicional procesión de alabanza por las calles de la ciudad ya que por momentos se vio un Motril extraordinariamente concurrido de fieles que arroparon a su Patrona en el día grande que enaltece su festividad. Esa multitud de fieles, entre los que se podían contemplar numerosos visitantes, quisieron acompañar en todo su recorrido a esta Virgen Morena que tantas pasiones despierta en numerosas localidades de la España peninsular. No es exagerado decir que desde el mismo momento de la salida procesional las calles del itinerario se vieron atestadas de un inmenso gentío, particularmente en la avenida de Andalucía y calle Nueva, donde prácticamente se hacía imposible transitar. Buen colofón, por tanto, para un año jubilar mariano que ponía el cierre a su conmemoración y que ha distinguido a la ciudad por ese desmedido fervor que se profesa a su Virgen y Patrona, imagen que no olvidemos cuenta con cinco siglos de antigüedad.
En los días previos se ha venido celebrando con igual solemnidad la tradicional novena que la Real Hermandad le dedica a la Virgen en el Santuario. Concretamente ha sido desde el día 6 al 13 de agosto y en ella, todos los días, ha habido Exposición Mayor, Santo Rosario, Ejercicio de la Novena, Bendición y Reserva de S.D.M., concluyendo todos los actos con la santa misa. Finalmente, el lunes, 15 de agosto, a las 12 de la mañana, tenía lugar la función principal de instituto que fue presidida por el sacerdote motrileño D. Gregorio Ruiz Pérez. La ceremonia religiosa contó con la participación de la “Coral Armiz” y en el transcurso de la misma se procedió a la imposición de medallas a los nuevos hermanos de la hermandad.
La procesión solemne con la bendita imagen de Nuestra Señora, la Virgen de la Cabeza, se verificaba ese mismo lunes pasadas las 21 hrs. de la tarde. Fue un momento sublime, pues todos los aledaños del cerro se veían copados por un inmenso gentío dispuesto a acompañar a su patrona un año más. A las 21,15 hrs un sonoro repique de campanas anunciaba a los fieles que la imagen de la Patrona ya estaba en la calle, mientras una salva de cohetes estallaba en el cercano parque de los pueblos de América. El cortejo aparecía abierto por la banda de cornetas y tambores de Nuestra Señora del Rosario, titular de la hermandad de “la Borriquita”, que con casi cien componentes amenizó la marcha de la procesión. A continuación se disponía el cuerpo de acólitos con cruz parroquial y ciriales, que daban paso a dos filas de fieles devotos con velas encendidas. Esta señera estampa de la procesión de la Virgen muestra el sentimiento del motrileño hacia su Patrona, sentimiento que es expresión viva de la fe del pueblo. Tal es así que mientras la Virgen bajaba la cuesta del cerro, la cabeza de la procesión se encontraba a la altura de la calle Marqués de Vistabella.
Siguiendo el orden marcado por la Real Hermandad, en el centro de las filas de fieles devotos se situaba la representación de las cofradías y hermandades de la ciudad con sus guiones representativos y juntas de gobierno a su frente. Finalizado su orden se desplegaba la sección en sí de la hermandad de la Virgen con su estandarte abriendo la marcha y dando pie a la ubicación del Real Cuerpo de Camareras. Tras él, la corporación actual que rige los destinos de la hermandad, su cuerpo de caballeros horquilleros y los acólitos turiferários que, finalmente, dan paso al trono de la titular mariana. La imagen de la Patrona aparecía majestuosamente ataviada entre flores y mostraba a sus pies la vara de mando que el alcalde le hizo entrega el día de la ofrenda floral. Tras las andas se ubicaba la capilla religiosa, compuesta en esta ocasión por el párroco del Santuario, D. Juan Bautista Amat, D. Gregorio Ruiz Pérez, miembro de la prelatura del Opus Dei, D. Javier Sabio Sánchez, párroco de Valor, D. Rafael Funes Álvarez, párroco de Puntalón y D. Pablo Castilla Domínguez, párroco de Cádiar. Inmediatamente detrás la representación municipal con el equipo de gobierno a la cabeza y el resto de autoridades de orden público. Ultimaban el recorrido numerosos fieles devotos y la banda de música municipal que cerraba la marcha junto al operativo especial de seguridad marcado por Protección Civil.
La procesión de alabanza a la Virgen de la Cabeza transcurrió por el itinerario marcado por su hermandad, en el que partiendo del Santuario se continuó por Avda. de Andalucía, Plaza de la Aurora, Nueva, Seijas Lozano, Milanesa, Marqués de Vistabella, Plaza de Burgos, Catalanes, Muralla, Avda. de Salobreña y de aquí a su santuario. El cortejo permaneció en la calle durante aproximadamente dos horas y media y verificó su encierro a las 23,30 hrs. A esa hora eran muy numerosas las personas que se habían dado cita junto a su pórtico, además de las cofradías y hermandades motrileñas que con sus estandartes al frente dieron escolta al trono de la Patrona. Finalmente, con el canto de una salve, se dio por terminado el acto de ofrenda gloriosa a la patrona, mientras el templo continuó durante bastantes minutos rebosante de fieles.
Sí, desde luego, fue un día glorioso para la ciudad, que mostró su imagen más sobresaliente y acogedora. Se notó con mucho la presencia de personas en la calle, particularmente apreciable en la dificultad de encontrar aparcamientos y claramente ostensible en las terrazas de bares y restaurantes, que actuaron a pleno rendimiento. La nota negativa la ponía un ferial con escasa participación de público, cosa lógica si tenemos en cuenta que se trataba del último día de feria de este año 2011.