Es Miércoles Santo, nueve de la tarde y un cielo amenazante se entremezcla a esta hora con una fresca brisa que parece amenazar lluvia. En el ambiente se palpa la intranquilidad por la posible suspensión de la procesión, pero es solo un mal presagio ya que a la hora establecida las puertas de la iglesia de la Victoria se abren para hacer cumplir esta estación de penitencia. El tradicional golpe a sus puertas lo realiza Rafael Godoy, Hermano mayor de la cofradía y Juan Carlos López, su antecesor en el cargo, junto a su hija María José. Al momento una instantánea plasma la figura del Cristo de la Salud en vertical mientras observa paciente la salida del trono de su Madre en la advocación del Mayor Consuelo. Es ésta una salida realmente dificultosa dadas las dimensiones de la puerta, maniobra en la que hay que extremar los cuidados para evitar el roce del paso con sus paredes laterales. Podemos decir que se trata de una de las más dificultosas de nuestra Semana Santa, actuación que resulta bien maniobrada por las capataces del paso.
Sí, son las nueve de la tarde y en el paseo de San Agustín no cabe un alma. La devoción al Cristo de la Salud ha conseguido dejar en un segundo plano al fútbol, el deporte nacional, con un duelo que enfrenta a los dos mejores equipos de la liga española. Al final la devoción se impone; gana el fervor popular, pierde el fútbol.
Como viene siendo habitual desde hace quince años, el coro “Al Compás del Camino” saluda la aparición del Cristo de la Salud con la canción “Motril en la Calle” y una adaptación libre de la Saeta y la de Joan Manuel Serrat que causa verdadera sensación. Posteriormente, cuando la Virgen del Consuelo pisa la calle, los componentes del coro le dedican la canción “Salve Virgen del Consuelo”, el “Himno del Costalero” y “Niño Costalero”, mientras irrumpen los aplausos del público. En breves minutos queda organizado en el mismo paseo el cortejo procesional, que ostenta en su frente la cruz guía y dos penitentes con tambor para anunciar el paso de la hermandad. Inmediatamente después se colocan dos hermanos con faroles que dan paso a las largas filas de los tradicionales “capuchones”. Visten éstos los colores típicos de la hermandad, túnica negra y capillo y cíngulo rojo. También portan pequeñas cruces de madera en señal de penitencia y velas de cera roja. A relativa distancia un hermano sostiene el estandarte de la cofradía y tras un pequeño tramo se sitúa otro hermano con el libro de Venias. Más atrás, junto a la presidencia oficial, aparece la impresionante imagen del Cristo de la Salud, efigie que fue donada a la orden de los Agustinos Recoletos por una familia oriunda de Santafé que se encomendó a su titular y fue recompensada con la gracia pedida. La imagen es de autor desconocido y está realizada en pasta de madera, excepto los pies, que fueron sustituidos por unos nuevos obra del escultor Manuel González Ligero. La imagen del Cristo de la Salud es portada brazo alto por una decena de hermanos que marchan comandados por el capataz Juan Sánchez Ruiz. Tras la efigie se ubica un numeroso grupo de costaleros de refresco y un tambor que va marcando su pausado caminar. Asimismo, junto a ellos, marcha el conciliarlo de la corporación nazarena, el Padre Laureano, encargado de efectuar el rezo de las estaciones del Santo Vía crucis. Impresionante resulta contemplar la cantidad de fieles que con velas en las manos caminan detrás del Cristo de la Salud. Son personas de todas las edades y constituyen una estampa típica de esta procesión que nunca defrauda por ese particular fervor que arraiga en el crucificado titular. El Cristo de la Salud, es, por así decirlo, una de las imágenes que más devoción alberga en nuestra ciudad.
Terminadas esas interminables filas de personas devotas da comienzo la sección de la Virgen del Consuelo. Principia esta con dos penitentes que portan faroles y el estandarte de la titular mariana con su efigie plasmada al óleo. Flanquean el mismo dos penitentes con báculo que van ataviados con el hábito cofrade, pero solamente con capillo, tipo verdugo, portando velas en la mano. Una presidencia formada por la representación oficial de la Cruz Roja anuncia el inmediato paso de la Virgen, que es portada por 44 costaleras en modalidad de trabajadera granadina. Hay que hacer resaltar que es éste el único paso que es portado por mujeres en Motril. En el se muestra la titular, la Virgen del Consuelo, obra del escultor granadino Mariano Roldán, quien tomó como modelo a una Dolorosa que recibe culto en la iglesia del Corpus Christi de Granada, conocida popularmente como Hospitalicos. Como capataz del trono figura desde hace ya algunos años Marisa Pérez Fernández, quien tiene como ayuda de contraguías a Esperanza Hernández Molina e Isabel Morales Rodríguez. Finalmente, sigue la comitiva la banda de música de Güevejar (Granada), que ha interpretado en todo el recorrido conocidas composiciones de corte mariano.
Tras un brillante recorrido, la cofradía del Cristo de la Salud regresó a su templo a las 2,30 hrs, dando por finalizada su estación de penitencia a las 3 hrs de la madrugada. Momento estelar del mismo fue el encuentro de la madre ante el hijo crucificado, escena plástica y emotiva que se verifica a las mismas puertas de la iglesia de la Victoria. Este año hay que hacer destacar que las Madres Nazarenas han realizado la restauración de los pies del Cristo ante el deterioro que evidenciaban los mismos por las constantes muestras de devoción de los fieles. Igualmente, se ha estrenado en el cargo de Hermano Mayor, Rafael Godoy Tirado, quien ha accedido al mismo tras la jura de cargos celebrada en la onomástica de la titular mariana. Como dato a indicar hemos de referir igualmente que la cofradía inauguró en este año su novedosa página web el pasado 10 de abril, espacio en el que se pueden encontrar interesantes datos de su historia cofrade.