Mañana es el día mundial del teatro, que no es ni más ni menos que una más de las muchas formas que el ser humano, desde que el mundo es mundo, tiene de comunicarse y compartir.
Esta columna que leen cada miércoles, forma parte de ese sistema de comunicación en el que la humanidad anda enredada desde que habita el mundo. Y por eso hoy, por empatía y cercanía, quiero dedicársela al que sin lugar a dudas es el hermano mayor de los comunicantes.
La historia del teatro va paralela a la nuestra, a la humana. Sus primeras manifestaciones fueron para invocar a las fuerzas ocultas, celestes, terrenas, da igual, para que ayudasen en actividades diarias, como la caza, o la recolección.
Esas primeras representaciones carecían de palabras. Eran la música y la danza las que daban forma al mensaje. Utilizaban las máscaras para reflejar los estados de ánimo y para invocar a los dioses. Quienes lo representaban solían ser los chamanes o brujos, que tenían la capacidad de traer el cielo a la tierra y de mezclar, aunque fuera por unos minutos, lo divino y lo humano.
Después, ya en la Grecia clásica, el teatro se convierte en lo que conocemos ahora y la palabra pasa a ser la herramienta fundamental, aunque sin olvidar nunca los componentes que fueron su base original.
De manera que este arte nacido de la concepción mágica de la vida, fiel a esa esencia, continúa haciendo las delicias de los espectadores que en cualquier parte del mundo pueden seguir disfrutando de él.
Nuestra ciudad, tan rica en movimientos culturales, no se queda atrás, y hoy quiero recoger el trabajo de uno de los tantos grupos que nos han deleitado con su buen hacer.
Del grupo cultural Verso Vivace, del que es alma la escritora Eva Velazquez Valverde, surgió un grupo teatral sin ánimo de lucro, con el sólo propósito de hacer llegar la cultura a todos los lugares y sectores de la sociedad de una forma distinta, novedosa e interesante, sin perder de vista la magia y la estética de cada encuentro.
Esta idea inicial ha dado lugar a un nuevo concepto de Grupo cultural, integrado por personas de reconocido prestigio en sus distintas disciplinas del arte, la música y la creación, donde se amalgaman el teatro, la danza, la música en vivo, la poesía y las nuevas tecnologías de una forma armónica y sencilla, que llevan al espectador a crear la propia esencia de lo que contempla. Aunando en sí mismo, todos los principios de ese teatro mágico original del que hablaba en un principio.
