No cabe duda de que el verano es una época propicia para ver museos. Para mi decir museo es volver a la infancia y a mi padre, a la calidez de su mano y de su abrazo, de su voz… con él los visité todos, el de ciencias, el de arte, el de arqueología, el del ejército… hasta el de cera fuimos a ver.
Todos conocemos alguno, pero creo que casi nadie sabe de dónde vienen los museos, cómo nacieron y porqué se llaman así.
Su historia viene de lejos, de los tiempos en los que los hombres hablaban con los dioses y con otras entidades de esas que pueblan el otro lado.
Y fueron unas de éstas las que les prestaron el nombre por el que los conocemos.
Los museos eran la casa de las musas, que a su vez eran las guardianas de la memoria.
Sabían los dioses la debilidad del recuerdo de los humanos y por eso crearon a estas criaturas, para que los atesoraran y para que nunca olvidásemos quienes somos y de donde venimos.
Porque en definitiva eso es lo que albergan los museos, nuestros recuerdos olvidados.
En ellos podemos encontrar las maravillas que el género humano ha sido capaz de crear, la belleza a la que ha dado forma con sus manos, bien sea a través de la pintura, de la escultura, de las letras, de la tecnología… o esos otros maravillosos que visitamos durante nuestras vacaciones con mosaicos romanos, griegos, estatuas egipcias…
En todas las ciudades podemos encontrarlos y en cada uno, si te detienes a observar las maravillas que encierra, podrás sentir el aliento de esas musas, que no sólo guardan la memoria; sino que inspiran a los artistas para que sigan creando. Quizás lo hagan haciéndoles recordar lo que son capaces de hacer, puede que en eso consista todo, en recordar…
En la antigua Roma, en las villas de los más poderosos, había unas grutas que también recibían ese mismo nombre, museos, y en ellas se retiraban sus propietarios a meditar, que no es ni más ni menos que intentar comprender el significado de la existencia, cuyo secreto se encuentra en nuestro interior, pero del que nos hemos olvidado.
Olvido, recuerdo, museos… todo está tan relacionado entre sí, como todo lo demás.
Por eso en este tiempo vacacional, en el que casi todos y todas visitamos alguno, he querido escribir esto para entender lo que encierran y para recordar… aunque solo sea el cálido recuerdo de la mano de un padre.