OBITUARIO
Manuel Jiménez Mendoza había nacido en Motril el día seis de febrero de 1933 en el seno del matrimonio que forman Tomás Jiménez y Marina Mendoza, ambos naturales de Capileira. Manolo era el tercero de los hijos habidos y único varón, pues antes le habían precedido las niñas Amalia y Mercedes. D. Tomás estableció su domicilio en la calle Cruz de Conchas y abrió un establecimiento comercial en Motril donde nuestro buen amigo ayudaba a su padre en las gestiones y actividades del día. Manuel ingresó en la Escuela de D. Federico Gallardo del Castillo, a los 6 años de edad, hace 74 (un mes antes de terminar la guerra civil). Tras cursar la enseñanza secundaria y estudiar por libre en Granada accedió por oposición al cuerpo del Magisterio Nacional. Su primer destino fue la escuela del Ave María enclavada en la barriada de Santa Adela, continuando su labor docente en Almuñécar, las escuelas nocturnas de Salobreña y las clases para analfabetos de la fábrica de Celulosa. Finalmente consigue destino en la escuela de Chite (Granada), donde permanece cuatro años hasta que es trasladado a Motril, al colegio «Cardenal Belluga», donde tras una dilatada etapa docente se jubila. Ocasionalmente y siguiendo la estela de su padre, Manuel ejercerá también labores de agente comercial en la rama de alimentación..
En 1983, fue miembro de la Comisión de Antiguos Alumnos, organizadora de los actos anuales conmemorativos de D. Federico (Misa y comida de hermandad), junto con Eloy Robles Pérez, Paco Alonso Lobatón, Alfonso Fernández Olvera, Eduardo Romano Camacho y Luis Palomares Román. Al desaparecer Eloy Robles, primer encargado de coordinar y organizar dichos actos, asumió esta responsabilidad «Manolo», quien, siempre, en los postres de la comida pronunciaba, con su peculiar gracejo y honda emoción, unas palabras en recuerdo del eximio Maestro, hasta que en 2012, la larga y penosa enfermedad que venía padeciendo le obligó a hacer la convocatoria por teléfono y le impidió la presencia en ellos, disculpándose mediante un sentido escrito que leyó el ex alumno José Carrasco Bengoa. Acto seguido, los compañeros Francisco Guardia Martín y Domingo López Fernández, en nombre de todos los demás le ofrecieron un entrañable homenaje en su domicilio, y los mismos, en el velatorio y sepelio, han dejado un testimonio de condolencia en representación de sus condiscípulos del colegio de D. Federico.
¡Amigo «Manolo», a la par que Angelitas, tu esposa, e hijos, Manolo, Miguel Ángel y Mari Ángeles te tendremos siempre presente en el recuerdo!
Queridos amigos del Faro, mediante estas líneas la familia de Manuel Jiménez Mendoza queremos agradecer las numerosas muestras de afecto que hemos recibido por parte de amigos, compañeros, familia, y de todos aquellos motrileños y motrileñas que con cariño nos han acompañado en estos momentos difíciles.
No quisiera dejar de recordar a los compañeros del Colegido Cardenal Belluga, maestros nacionales, como él le gustaba que le llamaramos.
Junto a ellos formo una gran familia, unieron sus fuerzas para que aquellos hijos que eramos sus alumnos nos formaramos como personas, y fueramos semillas para este presente tan difícil que estamos viviendo y que seguro que vamos a superar ayudandonos entre todos.
No debemos olvidar que disfrutaban realizando su trabajo, en unas instalaciones que no correspondian a lo que merecían, pero siempre con ilusión, dedicación y profesionalidad, sin egos, ni recompensas personales. Mediante estas líneas os quiero dedicar estas palabras y daros las gracias de parte de los que compartimos aulas y experiencias con vosotros.
Tampoco quiero olvidar a sus amigos del colegio de D. Federico, y a los momentos de felicidad que con ellos compartió. Para él la preparación de la comida anual era una pasión, y lo preparaba con el máximo cariño. Desde estas líneas os agradecemos a todos el aprecio que habeís demostrado siempre y sobre todo desde su enfermedad..
Por último dar las gracias a este diaro por recordar a mi padre.