Domingo A. López Fernández
Cronista Oficial de la ciudad de Motril
Fotografías: EL FARO
Gran participación del pueblo en la tradicional procesión de los terremotos
El día trece de enero de 2025 la tradición se ha vuelto a imponer en Motril. Como todos los años, y ya van 221, el pueblo ha salido a la calle para recordar la serie de movimientos sísmicos que asolaron la ciudad en 1804 y que dieron lugar al voto consuetudinario que promovieron los motrileños en acción de gracias por haberles librado de una gran mortandad. En verdad, durante algo más de dos siglos, ha sido una fiesta de gran raigambre, tocada, además, del tinte que le confería ser fiesta local. Así fue, hasta que adentrados en el siglo XXI se dieron circunstancias políticas que decantaron a la institución municipal a tomar decisiones, en cierto modo polémicas, que dependían del color que regía la casa consistorial para sustituir el día feriado local. La decisión más relevante se dilucidaba en el año de 2012, cuando a iniciativa del grupo municipal socialista se pedía que el día de San Juan fuese declarado fiesta local tal y como lo celebraban las localidades de Salobreña y Almuñécar. Según su entonces portavoz, Dª Flor Almón, había que primar las necesidades económicas y turísticas de Motril para ampliar la oferta de playa y ocio y adaptarla a los tiempos actuales. La cuestión es que en 2013 se hizo efectivo el traslado del día festivo, y la conmemoración de los terremotos siguió teniendo únicamente un matiz religioso y devoto. Y, en verdad, así continúa hasta nuestros días.
La fiesta del voto recuerda dos trágicas efemérides señaladas en Andalucía. La primera de ellas, el terremoto que tuvo lugar el día 13 de enero de 1804 con efectos bastante perniciosos en la provincia de Almería, donde poblaciones como Dalías o Berja tuvieron elevados índices de mortandad. En otras poblaciones como Roquetas, Adra, Vícar, Ugíjar, Canjáyar o Turón, por citar solo algunas, primaron más los daños materiales en viviendas y el exorno urbano. Granada también fue afectada con desperfectos en varias iglesias y la propia catedral, aunque no hubo desgracias personales. Por lo que respecta a Motril, los efectos fueron más cuantiosos, pues fueron muy numerosas las casas destruidas y graves daños en la iglesia mayor, lo que obligó a trasladar imágenes sagradas a la iglesia de la Victoria y poner de presente el santísimo sacramento.
La tragedia ligada a movimientos sísmicos volvió a reiterarse en el año de 1884, concretamente el 25 de diciembre, día de Navidad, episodio trágico que es conocido en España con el nombre del “Gran Terremoto de Andalucía”. En esta ocasión tuvo su epicentro en la localidad granadina de Arenas del Rey y pudo extender sus efectos devastadores sobre las provincias de Granada, Málaga y Almería. El seísmo causó un mayor número de víctimas entre la población civil, siendo la localidad de Alhama la que pudo contabilizar el punto más elevado entre las poblaciones granadinas. En Motril, hacia las 21:00 hrs de la noche, la gente se echó a la calle clamando ayuda y la intervención divina. Los motrileños creen que es el fin del mundo y se invoca a Nuestro Padre Jesús Nazareno, que al aparecer en la puerta de la iglesia hace arrodillar multitudinariamente a los fieles que lloran sin cesar y elevan suplicantes sus manos al cielo. La procesión de rogativa, como hoy en día, se dirigió al Santuario para incorporar a Nuestra Señora de la Cabeza a la comitiva y, ya de vuelta, permanecieron ambas expuestas en el pórtico de la iglesia Mayor. En su consecuencia el movimiento sísmico y sus oscilaciones hicieron renovar el voto que los motrileños se juramentaron celebrar en 1804 para la terminación de los terremotos.
Como es tradicional, este año de 2025, las parroquias de la Encarnación y Nuestra Señora de la Cabeza han diseñado un programa de actos conmemorativos de las dos efemérides señaladas. Los actos se iniciaban el día 7 de enero con el traslado de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno hasta el Santuario de la Patrona para recoger a su titular y, conjuntamente, marchar en procesión hasta la iglesia Mayor parroquial. Allí, junto al altar, ambas imágenes han presidido el quinario que sus dos hermandades le dedican, actos a los que han concurrido numerosos fieles y corporaciones de la ciudad.
El lunes, 13 de enero, como fin al quinario, se impartía en la iglesia de la Encarnación una solemne misa que ha sido concelebrada por sacerdotes de la ciudad. En ella se ha encontrado presente el equipo de gobierno local con su alcaldesa a la cabeza, Dª Luisa M.ª García Chamorro, junto al Presidente de la Autoridad Portuaria, D. José García Fuentes, ambos ubicados junto al hermano mayor de la Real Hermandad de la Virgen, D. Miguel Ángel Gállego. Asimismo, han sido muy numerosas las representaciones de las cofradías y hermandades motrileñas, además de los numerosos fieles que han ocupado materialmente todo el recinto eclesial y que han concurrido como nunca a la comunión general. Ha presidido la función sacra D. Hermes Moreno Arias, actual párroco del Santuario y la ermita de San Antonio de Padua, que ha estado asistido por el vicario territorial, D. Alberto Sedano Rodríguez, el párroco titular, D. José Albaladejo Hernández, el sacerdote motrileño D. Pablo Castilla Domínguez y un representante de la Orden de Agustinos Recoletos, el Padre Bonifacio Díez. Durante la homilía, el sacerdote oficiante, que ha sido invitado expresamente a la celebración religiosa, ha incidido expresamente en la fecha que se conmemora y los efectos devastadores de los terremotos ante los cuales se erige la fe de los lugareños en la Madre del Hijo de Dios bajo la advocación de Nuestra Señora de la Cabeza y Nuestro Padre Jesús Nazareno cargado con la cruz de su martirio.
Finalizada la santa misa, por parte de las hermandades organizadoras se ha designado a D. Francisco Luis Martín Oliva, secretario de la archicofradía de la Santa Vera Cruz, para que proceda a la lectura del bando que recuerda el voto de la ciudad que se encuentra en el archivo municipal y cuyo texto literalmente expresa: “Se hace saber a todos los vecinos estantes y habitantes en esta ciudad de qualesquier estado clase y condición que sea como habiendo determinado los ilustres cabildos eclesiástico y secular de esta dicha ciudad perfeccionar el voto de ayunar todos los días de la víspera del 13 de Enero de cada un año y al siguiente celebrar una función solemne en acción de gracias a su Divina Magestad por haverse dignado libertar a los avitantes de este pueblo de los extragos que pudiera haver causado en el fuerte terremoto ocurrido la tarde del día 13 de enero pasado deste año: se ha mandado por su señoría que todos los expresados vecinos concurran la tarde del domingo próximo del corriente a las tres della a el Hospital Eclesiástico de Señora Santa Ana de esta dicha ciudad para con presencia de los expresados ilustres cavildos perfeccionar y establecer para siempre jamas el enunciado voto y para que llegue a noticia de todos y ninguno alegue ignorancia se publica y fija el presente, fecho en la ciudad de Motril a 9 de marzo de 1804”.
Finalizada la lectura del mismo, la hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza ha hecho entrega a Francisco Luis Martín Oliva de un cuadro conmemorativo que recoge integro el bando proclamado.
Tras unos breves minutos, la procesión ha iniciado su marcha a las 21:00 hrs de la noche partiendo desde la puerta que da acceso al crucero de la iglesia. Abría su cabeza la cruz parroquial y ciriales, a los que seguía la junta de gobierno de la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno con su estandarte al frente. Tras ellos, el cuerpo de acólitos e incensarios que daba paso a las andas en las que se alza majestuosamente el titular Nazareno que porta la tradicional cruz de taracea característica de cada 13 de enero. Seguidamente, la cruz parroquial de la sección mariana, que en esta ocasión ha recuperado la antigua manguilla que portaba hace años y que va flanqueada por dos ciriales, a los que sigue el cuerpo de acólitos e incensarios. Tras ellos marcha la representación de la hermandad patronal y la propiamente institucional que ostenta la alcaldesa de la ciudad, Dª Luisa Mª García Chamorro, el Presidente de la Autoridad Portuaria, D. José García Fuentes, el hermano mayor de la hermandad, D. Miguel Ángel Gállego y la camarera mayor, María Ángeles Rodríguez Tovar. A continuación se ha dispuesto el trio de capilla perteneciente a la Asociación Musical “GranadaMusic”, que bajo la dirección de Javier Robles Gutiérrez forman en esta ocasión Carmen Castellón Amorós a cargo de la flauta travesera, Irene Bellot Ruiz al fagot y Raquel Molina Ríos al clarinete. Es la segunda vez que este joven grupo musical interviene en la procesión del voto de la ciudad, y tal como nos tienen acostumbrados, han interpretado magistralmente composiciones de corte clásico y eucarístico como “El Señor de Sevilla”, “Christus Factus Est” y “Saetillas del Silencio”, entre otras. A continuación se ha dispuesto el cuerpo de acólitos e incensarios que ha dado paso a las andas que portan a Nuestra Señora de la Cabeza Coronada. La imagen ha sido ataviada por su tradicional vestidor, Antonio Jesús Hernández Camacho, portando en esta ocasión el manto del Marques de Vistabella, saya de los dragones, las coronas imperiales de su coronación canónica y el cetro de fiestas con la cruz del orbe de oro y esmeraldas, juntamente con la medalla de oro de la ciudad y el fajín donado por el contraalmirante D. Alejandro Villanueva. Tras la imagen de la Patrona ha marchado la representación eclesiástica que ostenta D. Hermes Moreno Arias y D. José Albaladejo, además de una comisión del equipo de gobierno municipal. Junto a ellos ha marchado una ingente cantidad de fieles que ha seguido a la Virgen en completo silencio.
La comitiva procesional llegaba al Santuario a las 22:00 hrs de la noche, siendo recibida por un constante repicar de campanas, procediéndose de inmediato a la entrada de la titular en su templo al tiempo que la imagen del Nazareno continuaba su paso por el antiguo “mentidero”, lugar en el que tradicionalmente se efectúa la bendición de los campos y el mar. Seguidamente, la comitiva ha continuado su trayecto de regreso, procediéndose a su entrada en la iglesia minutos antes de las 23:00 hrs.
De nuevo, otro año más, se ha cumplido la tradición. De nuevo, las sagradas imágenes de la Virgen de la Cabeza y Nuestro Padre Jesús Nazareno han recorrido las calles de la ciudad para confortar el alma de los motrileños que recuerdan a sus antepasados en la conmemoración de unos hechos luctuosos que causaron el pavor y la desolación entre la población. De nuevo, el pueblo sencillo y devoto ha conmemorado el voto de la ciudad, voto que distintas generaciones de motrileños se juramentaron cumplir de por vida. Así ha sido siempre y así ha de continuar con el paso de los años.