«ANNUS HORRÍBILIS» PARA EL PATRONATO FGL

Opinión.-

“Annus horríbilis” para el Patronato FGL

Agustín Martínez -Periodista-

“Annus horribilis” es una expresión latina que puede traducirse como «año terrible» que se utiliza cuando, al finalizar un año, su balance es muy negativo. Aunque la frase se utilizó por primera vez en 1891 en referencia al año 1870, cuando la Iglesia católica definió el dogma de la infalibilidad papal, cuando verdaderamente se popularizó fue cuando la Reina Isabel II de Inglaterra, en su célebre discurso de Guildhall por el 40 aniversario de su coronación, definió el año de 1992 como “annus horribilis”, debido a los sucesivos desastres familiares que afectaron a los Windsor.

Pues bien, 2024 ha sido un “annus horríbilis” para el Patronato Federico García Lorca, institución que gestiona la mayor parte de los recursos relacionados con el poeta -incluida su casa natal- y que depende de la Diputación Provincial.

La fecha del martes 5 de marzo de 2024 quedó marcada en rojo en el calendario. En el de quien iba a tomar posesión de su cargo como nuevo director del Patronato García Lorca, Antonio Membrilla; en el del presidente de la Diputación, Francisco Rodríguez, que lo había nombrado; en el de los pueblos lorquianos que hervían de indignación; en el de las asociaciones memorialistas, que no daban crédito a semejante infamia; en el de las sepulturas de Juan de Loxa y Alfonso Alcalá, quienes se dejaron la vida como directores del Patronato FGL; y en el de todas y todos los ciudadanos con un mínimo de sensibilidad, a quienes nos parecía de todo punto inaceptable, que alguien que negaba la Memoria Histórica y arremetía contra la familia de Federico, pudiera ser nombrado como responsable y custodio de los lugares lorquianos y de buena parte de su obra.

Aquel martes se despertó frío y gris y a primera hora de la mañana, la voz del director del Instituto Cervantes y titular de la cátedra García Lorca de la UGR, Luis García Montero, sonaba alta, clara y durísima en el programa de más audiencia de la radio española, el “Hoy por Hoy” de Angels Barceló, asegurando que con este nombramiento, la custodia de la memoria del poeta, iba a estar en manos “de un señor sin compasión para las víctimas” y haciendo suyas las palabras de Unamuno, añadía que “a los golpistas del 36 les faltaba la fuerza de la razón y en eso siguen ahora sus herederos. Sin pudor alguno”.

Un par de horas después trascendía que la sobrina nieta de Federico, Laura García Lorca, miembro del Patronato objeto de la discordia, con toda la dignidad de que carecía la incalificable designación, había presentado su dimisión al presidente del mismo, de la Diputación y del PP de Granada, en disconformidad con el nombramiento como director, de quien se burla de una memoria esencial en la figura del poeta.

Previamente las asociaciones memorialistas, partidos de izquierda y sindicatos habían convocado una concentración de protesta en el Centro de Estudios Lorquianos, por el incalificable nombramiento de Membrilla.

Ante semejante cúmulo de bofetadas y no sabemos si “motu propio”, o por petición de la superioridad, quien ya se veía director del Patronato -no en vano iba a tomar posesión en solo unas horas-, presentaba su renuncia ante su jefe político, quien en un escueto comunicado informaba haber tenido conocimiento de la decisión del candidato de no tomar posesión del cargo, añadiendo que la institución continuaría el proceso para designar a su responsable entre el resto de aspirantes que se presentaron al proceso.

La noticia corrió como la pólvora en las redacciones nacionales y desde aquel momento, Granada volvió a ser noticia “ubi et orbe”… Para mal. Nadie daba crédito de que, por un segundo, a alguien se le hubiera podido ocurrir que semejante chaladura pudiera ser una buena idea y sobre todo que tamaña astracanada pudiera colar entre la sociedad granadina en particular y en el mundo de la cultura en general.

Casi un año después, un recurso tan fundamental para la cultura y el turismo, como el Patronato García Lorca, sigue vacante, habiéndose sobrepasado todos los plazos administrativo y la Casa Museo de Fuentevaqueros, donde nació el poeta, ha sido incapaz de ejecutar todo su presupuesto, cosa verdaderamente notable en los tiempos que corren.

A estas alturas ya se tendría que conocer el nombre del responsable, cumpliendo así los plazos del concurso, pero un recurso al proceso, presentado por el representante legal de una persona que no habría podido presentarse al procedimiento está retrasando el nombramiento, por lo que hasta que no se resuelva este recurso por parte de la institución provincial no se puede continuar, sin que se hayan dado plazos de cuánto se tardará en ello. Por el momento son 12 los candidatos, aunque la adjudicación parece cantada para el actual alcalde popular de Órgiva, Raúl Orellana.

Ante semejante sucesión de despropósitos, alguien que quiera bien a Francisco Rodríguez, presidente de la Diputación y del Patronato FGL, debería recordarle que  Federico es después de Miguel de Cervantes el autor español más conocido, más traducido en el mundo y sobre el que se han escrito más libros y biografías y que por lo tanto, no se puede ningunear gestión de su legado, de los lugares de su vida y de las casas en las que nació, vivió su infancia y creó algunas de sus obras maestras, en manos de cualquiera. Haría bien Francisco Rodríguez en tentarse la ropa en su segundo intento de nombramiento de director del Patronato, que solo debería responder a un requisito: que el candidato o la candidata conozca a Lorca, ame a Lorca, respete a Lorca y sepa todo lo posible sobre Lorca.

Todo este desafortunado proceso nos ha enseñado algunas cosas. La primera, que la gestión de nuestras instituciones le viene tremendamente grande a alguno de sus responsables y la segunda que la movilización política, mediática y social, sí que rinde frutos, sobe todo si la causa que la motiva está por encima de intereses partidistas y particulares.

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