EL FARO
Más de una treintena de asistentes fueron testigos de una de las jornadas más importantes en el sector de la Panadería y Bollería impartida por Arturo Blanco, uno de los mejores panaderos españoles
Uno de los mejores panaderos españoles de todos los tiempos visitaba Motril para impartir durante dos jornadas una brillante Master Class de Panadería y Bollería. Se trata de Arturo Blanco, asesor técnico en panadería, quien fuera capitán durante años de “Los Espigas”, como se conoce a Selección Española de Panadería Artesana. No es de extrañar
la enorme expectación que generó su presencia en la Costa Tropical.
Y es que, además de los alumnos que cursan actualmente el Certificado de Panadería y Bollería en la Escuela de Hostelería de Motril, fueron multitud los panaderos y reposteros llegados desde distintos puntos de la provincia de Granada que no quisieron perderse la oportunidad de recibir esta formación exclusiva de la mano de Arturo
Blanco.
Además de conocer los secretos ocultos tras los pre fermentos y la masa madre; la elaboración de panes con diferentes tipos de cereales; las claves para conseguir un negocio exitoso y la interesante charla sobre marketing aplicado a la panadería, los asistentes pudieron participar de forma activa durante estas dos jornadas.
Esta Master Class cuenta con el patrocinio de Salva Industrial, fabricantes de hornos y maquinaria para panaderos y pasteleros, empresa junto a la que Arturo Blanco colabora desde hace años recorriendo distintos puntos del planeta formando y asesorando a los profesionales del mundo de la panadería.
Pero el precursor y artífice de traer hasta la Escuela de Hostelería a tan reconocido profesional, ha sido sin duda Federico Jiménez, nuestro panadero más célebre y profesor docente del Certificado de Panadería y Bollería en 080 Formación.
Siempre fiel a su empeño de poner en el radar a su localidad natal, Federico ha sido clave en la organización de estas jornadas, haciendo posible que fuera la Escuela de Hostelería de Motril el lugar escogido por Salva Industrial para la celebración de la Master Class.
Con la firme intención de repetir experiencia en un futuro no tan lejano, Arturo Blanco se despedía de su audiencia no sin antes mostrar su satisfacción y recibiendo, de manos de su amigo Federico, una placa en agradecimiento que versaba “en tus manos, la masa cobra vida y se convierte en lecciones que perduran. Gracias por compartir tu arte y
permitirnos ser parte de tu legado panadero”.
De este modo, llegaban a su fin dos días de intenso trabajo, mucho aprendizaje y sobre todo, de poner en valor el buen hacer del noble arte de la panadería.