Antonio Gómez Romera
Domingo, 8 de octubre de 2023
EN EL DIA INTERNACIONAL DE LA DISLEXIA
Hoy, domingo 8 de octubre, festividad de Nuestra Señora de Begoña, Patrona de Vizcaya, cuadragésima semana del año 2.023, se celebra el Día Internacional de la Dislexia. El día 8 es la fecha reconocida oficialmente por la Asociación Europea de Dislexia para concienciar a las personas acerca de este trastorno que afecta al 10% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, según otras fuentes, entre el 10 y el 15% de las personas, independientemente de su cultura, clase o género.
“Dislexia”, es una palabra griega que significa “dificultad (dys) con la palabra escrita (lexia)”. El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua nos da el significado de la palabra “dislexia”: “Del lat. cient. dyslexia, y este del gr. δυσ- dys- ‘dis’ y -λεξία –lexía ‘habla o dicción’. 1. f. Dificultad en el aprendizaje de la lectura o la escritura, frecuentemente asociada con trastornos de la coordinación motora. 2. f. Med. Incapacidad parcial o total para comprender lo que se lee causada por una lesión cerebral”.
Es el médico cirujano ocular británico William Pringle Morgan (1.861 – 1.934), quien detecta y estudia el caso de un joven al que llamó «Percy F«, que estuvo sometido al aprendizaje formal de la lectura desde los 7 a los 14 años. Apenas podía leer letras aisladas y algunas palabras simples con dificultad. El caso es publicado el 7 de noviembre de 1.896 en el “British Medical Journal” con el título «Ceguera congénita de las palabras”. Según expresaba,“PERCY F., un muchacho crecido, de 14 años, es el hijo mayor de padres inteligentes, el segundo hijo de una familia de siete. Siempre ha sido un niño brillante e inteligente, rápido en los juegos y de ninguna manera inferior a los demás de su edad. Su gran dificultad ha sido, y es ahora, su incapacidad para aprender a leer. Esta incapacidad es tan notable y tan pronunciada, que no tengo duda de que se debe a algún defecto congénito. Sus ojos son normales, no tiene hemianopsia y su vista es buena. El maestro de escuela que le ha enseñado durante algunos años dice que sería el muchacho más inteligente de la escuela si la instrucción fuera enteramente oral (…) los casos de ceguera a las palabras siempre son interesantes, y creo que este caso lo es especialmente. Es único, hasta donde yo sé, porque no se debe a ninguna lesión o enfermedad, sino que es evidentemente congénito y debido muy probablemente a un desarrollo defectuoso.»
El término “dislexia”, fue introducido 9 años antes (1.887) por el oftalmólogo alemán Rudolf Berlin (1.833 – 1.897), haciendo referencia a pacientes que hoy se considerarían con dislexia adquirida, también llamada alexia, en referencia a adultos con inteligencia y agudeza sensorial normales, que adquieren habilidades básicas de lectura y alfabetización relacionadas sin dificultad. Posteriormente, experimentan alguna lesión cerebral inducida por un derrame cerebral, un accidente o una infección que impide estas habilidades básicas.
La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje muy común, de origen neurobiológico y hereditario, que afecta a diversas áreas de funcionamiento como el desempeño lector y de escritura, incidiendo en el rendimiento académico de los niños y adolescentes en edad escolar, así como el desempeño laboral en adultos. De acuerdo a cifras estimadas, los niños disléxicos con edades comprendidas entre los 7 y 9 años representan entre el 3 y el 6% de la población infantil y se ha detectado más en los niños que en las niñas. El contenido curricular del sistema educativo actual está basado en el aprendizaje a través de la lectura, la escritura y la memorización, y esto genera desigualdad en los niños con dislexia, debido a su dificultad para la comprensión y el aprendizaje.
Los rasgos característicos de la dislexia son los siguientes: dificultad en la lectura y escritura de una forma fluida y precisa, dificultad de comprensión, léxico pobre y limitado, deficiencia en la memoria a corto plazo, dificultad de seguimiento visual y dificultad en las nociones espacio-temporales tales como confusión entre la derecha y la izquierda, o reconocer los días de la semana, los meses y horas. Asimismo, cambio en el orden de las letras, dificultad en la coordinación psicomotriz (dispraxia), dificultad con las matemáticas (discalculia) y ortografía deficiente.
Este trastorno del neurodesarrollo produce las siguientes consecuencias, dificultades y limitaciones: abandono escolar, episodios depresivos, estrés y ansiedad, “bullying”, baja autoestima y trastornos alimenticios.
En el abordaje, diagnóstico y tratamiento de la dislexia se requiere determinar las dificultades específicas en cada paciente con la intervención de un equipo multidisciplinar, conformado por neuropsicólogos, oftalmólogos, otorrinolaringólogos, neurólogos, logopedas, pediatras y especialistas conductuales y del desarrollo. Es muy importante contar con el apoyo familiar para reforzar la comunicación, la confianza y mejorar las habilidades de lectura y escritura mediante la aplicación de técnicas educativas específicas, así como las siguientes recomendaciones para padres y representantes de niños y adolescentes con dislexia:
-Promover sus talentos y fortalezas, con manifestaciones de amor, apoyo y contención.
-Explicar a las personas que padecen este trastorno que la dislexia no es un fracaso personal, ni falta de inteligencia, sino un trastorno del aprendizaje.
-Procurar espacios limpios, relajados y organizados para las actividades escolares. -Procurar una alimentación sana y balanceada.
-Establecer un contacto frecuente con los maestros, a fin de apoyar las actividades escolares y tareas en el hogar.
-Buscar ayuda especializada o grupos de apoyo que atiendan dificultades de aprendizaje similares.
Las personas con dislexia y otras dificultades específicas de aprendizaje están amparadas por la Ley Orgánica 2/2.006, de 3 de Mayo, de Educación (BOE núm. 106, de 04/05/2006). El Título II – Equidad en la Educación, capítulo I, hace referencia al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo. Y, en su artículo 71, Principios, hace constar que: “2. Corresponde a las Administraciones educativas asegurar los recursos necesarios para que los alumnos y alumnas que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por retraso madurativo, por trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación, por trastornos de atención o de aprendizaje, por desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, por encontrarse en situación de vulnerabilidad socioeducativa, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo o por condiciones personales o de historia escolar, puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado. 3. Las Administraciones educativas establecerán los procedimientos y recursos precisos para identificar tempranamente las necesidades educativas específicas de los alumnos y alumnas a las que se refiere el apartado anterior. La atención integral al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo se iniciará desde el mismo momento en que dicha necesidad sea identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión”.
En su artículo 72, Recursos, se dispone: “1. Para alcanzar los fines señalados en el artículo anterior, las Administraciones educativas dispondrán del profesorado de las especialidades correspondientes y de profesionales cualificados, así como de los medios y materiales precisos para la adecuada atención a este alumnado”. En su punto número 2, refiere que: “Corresponde a las Administraciones educativas dotar a los centros de los recursos necesarios para atender adecuadamente a este alumnado. Los criterios para determinar estas dotaciones serán los mismos para los centros públicos y privados concertados”. En el número 3, se consigna que “Los centros contarán con la debida organización escolar y realizarán las adaptaciones y diversificaciones curriculares precisas para facilitar a todo el alumnado la consecución de los fines establecidos”. En su punto número 4, se expone que “Las Administraciones educativas promoverán la formación del profesorado y de otros profesionales relacionada con el tratamiento del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo”. Finalmente, en su punto número 5, se contiene que “Las Administraciones educativas podrán colaborar con otras Administraciones o entidades públicas o privadas, instituciones o asociaciones, para facilitar la escolarización, una mejor incorporación de este alumnado al centro educativo, la promoción del éxito educativo y la prevención del abandono escolar temprano”.
Por lo que respecta al artículo 79 bis, Medidas de escolarización y atención, se especifica que en su punto número 1, “Corresponde a las Administraciones educativas adoptar las medidas necesarias para identificar al alumnado con dificultades específicas de aprendizaje y valorar de forma temprana sus necesidades”. En su punto número 2, que “La escolarización del alumnado que presenta dificultades de aprendizaje se regirá por los principios de normalización e inclusión y asegurará su no discriminación y la igualdad efectiva en el acceso y permanencia en el sistema educativo”. Finalmente, en su punto número 3, se expresa que “La identificación, valoración e intervención de las necesidades educativas de este alumnado se realizará de la forma más temprana posible, en los términos que determinen las Administraciones educativas”.
Colofón
Renombradas personalidades del cine, la música, las ciencias y el deporte, son personas que tuvieron dificultades en el colegio debido a la dislexia, como la actriz y productora de cine mexicana Salma Hayek (Coatzacoalcos, Veracruz, 1.966), que cuando llegó a Los Ángeles, con 25 años, apenas podía leer un letrero en la calle. Asimismo, la famosa cantautora puertorriqueña de merengue y pop latino Olga Tañón (Santurce, 1.967), que publicó en su cuenta de Instagram para conmemorar el Día Mundial de la Dislexia: “Me río de mí misma. De cómo escribo y de mi forma de leer. Porque a mí hasta las letras me bailan”. También, el boxeador más famoso de todos los tiempos, Mohamed Alí (Louisville, Kentucky, 1.942 – Scottsdale, Arizona, 2.016), un ejemplo de superación, pues tenía muchas dificultades para leer los libros de texto en el bachillerato, pero aun así logró graduarse. Y, con ellos, la investigadora y lingüista española Luz Rello Sánchez (Madrid, 1.984), que pasó sus primeros años de colegio pensando que era tonta. “Recuerdo las risas en clase y el miedo a leer en voz alta”. Citar, igualmente, el exitoso empresario, innovador diseñador industrial y cofundador y presidente ejecutivo de Apple, Steve Jobs (San Francisco, 1.955 – Palo Alto, 2.011), que consideraba que su dislexia era un don que le había otorgado la capacidad de ver el mundo a través de imágenes. También el cantante, guitarrista y compositor de “Jarabe de Palo”, Pau Donés (Barcelona, 1.966 – Bagerque, 2.020), al que esta condición le permitió desarrollar otras fortalezas como la capacidad para observar y para comunicarse a través de la música. Finalmente, el legendario director de películas como “Tiburón” y “Parque Jurásico”, Steven Spielberg (Cincinnati, Ohio, 1.946), que fue un mal estudiante y pensaban que era un flojo y para el que descubrir que tenía dislexia siendo un adulto, con 60 años, fue como encontrar “la última pieza del rompecabezas de un gran misterio bien guardado”.
Son muchos los personajes históricos que probablemente fueron disléxicos. Desde el astrónomo Galileo Galilei (Pisa, 1.564 – Arcetri, 1.642), el científico Isaac Newton (Woolsthorpe, Lincolnshire, 1.642 – Kensington, 1.727) o el inventor Thomas Alva Edison (Milán, Ohio, 1.847 – West Orange, Nueva Jersey, 1.931), pasando por el primer presidente estadounidense George Washington (Westmoreland, Virginia, América Británica, 1.732 – Mount Vernon, Virginia, Estados Unidos, 1.799), los compositores Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 1.756 – Viena, 1.791) y Ludwig van Beethoven (Bonn, Arzobispado de Colonia; 1.770 – Viena, 1.827), la escritora Aghata Christie (Torquay, 1.890 – Wallingford, 1.976), el pintor Pablo Picasso (Málaga,1.881 – Mougins, Francia, 1.973) o el dibujante Walt Disney (Chicago, Illinois, 1.901 – Burbank, California, 1.966), entre otros muchos más.