- CONCHA CASAS
Leía el otro día una de esas teorías que defienden la posibilidad de que todo esté orquestado, desde esos oscuros poderes que en realidad controlan todo lo que ocurre en este planeta.
Es decir que las hipotecas basura, el imperio del ladrillo, e incluso yendo un poco más atrás en el tiempo, la caída de las torres gemelas, obedecen a un mismo plan.
Según esta conspirativa versión de los hechos, el primero cronológicamente de esos acontecimientos, es decir el brutal atentado que costó la vida a casi tres mil personas, sirvió para recortar las libertades en nombre de la seguridad. Aquello fue tan terrible y atroz, que apenas nadie se atrevió a cuestionar las medidas que iban convirtiendo el planeta en un gran hermano gigante, en el que no podemos dar un solo paso sin ser observados. Solo nos falta el chip insertado en nuestro cuerpo, que según esta versión de los hechos está en un tris de ser una realidad.
Después los gobiernos liberaron el suelo, los constructores comenzaron a destruir zonas anteriormente protegidas para levantar edificios que nunca serían habitados, aeropuertos que nunca se usarían y centros de todo que no sirvieron nunca para nada,… para cerrar este macabro círculo, los banqueros insistían en darnos un dinero que era evidente y notorio que nunca se podría devolver.
Después y sin saber muy bien ni cómo ni porqué, comenzaron los primeros síntomas de esta supuesta crisis que nos ha traído hasta donde estamos.
Si todo esto es real, si todo está orquestado desde esos poderes que actúan en la sombra, la siguiente pregunta sería por qué y para qué.
Contestar a esto es bastante más difícil porque desde una mente normalita, como la suya o la mía, es difícil concebir tanta maldad. Solo se me ocurre pensar en el poder como una especie de droga que ansía cada vez más. No es suficiente ser mega multi millonario, cuando ya se ha conseguido todo lo material, todo es poco, se quiere más. Se quieren las voluntades de la humanidad entera. Supongo que observarán la evolución de su siniestra partida, como si de un tablero de ajedrez gigante se tratara y nos mueven como eso, como los simples peones en los que nos intentan convertir.
Pero en toda película, por muy de terror que sea, tras el malo, por muy malo que a su vez sea, siempre está el bueno. Y he llegado a la conclusión de que el bueno eres tú y soy yo… somos nosotros y nuestro poder no solo es enorme, sino que les va a pillar tan de sorpresa, que nuestra victoria está cantada. Solo nos falta despertar.
