Domingo A. López Fernández
-Cronista Oficial de la ciudad de Motril-
Fotos: EL FARO
MOTRIL CELEBRA LOS TRADICIONALES CULTOS AL SANTÍSIMO CRISTO DE MEDINACELI
En el día de anteayer, primer viernes del mes de marzo y segundo viernes de cuaresma, Motril ha celebrado los tradicionales cultos al Santísimo Cristo de Medinaceli, advocación que fue entronizada en la iglesia de la Encarnación en el mes de noviembre de 1943. La imagen de Cristo Nazareno de tez morena y manos atadas que un día donara a la iglesia D. Vicente Sevilla Cazorla y su mujer, Dª Concepción La Chica Cuevas, fervorosos motrileños avecindados en Madrid, va camino de cumplir ochenta años de historia y, por tanto, de devoción en la ciudad. Hay que reconocer que desde su advenimiento, la imagen desplegó un gran fervor entre el pueblo y, de hecho, ante la falta de efigies de pasión, llegó a ser procesionada durante algunos años en la semana santa motrileña. Así ocurría, por ejemplo, en el mes de abril de 1944, cinco meses después de su bendición, año en el que por primera vez en su historia se veía procesionar por las calles de la ciudad en la tarde del jueves santo, aunque por causa de la lluvia tuvo que anticipar su encierro en la iglesia parroquial.
A nivel de España, la devoción al Santísimo Cristo de Medinaceli hunde sus raíces en la tradición instaurada en la actual basílica madrileña en la que recibe culto una imagen a tamaño natural que fue tallada en Sevilla para ser llevada a la plaza de Mármora que se enclavaba en el norte de África. Tomada por las tropas musulmanas en 1681, la imagen, símbolo de la religión cristiana, fue arrastrada por las calles, siéndole solicitado su rescate por la orden trinitaria, y conseguido éste, la efigie de Jesús Nazareno pasará por varias ciudades hasta confluir en Madrid, donde comenzará a ser conocida como Jesús del Rescate. La imagen será entronizada en la iglesia de los Trinitarios Descalzos, donde los Duques de Medinaceli comienzan a vislumbrarle su devoción, hecho que dará lugar a que con el tiempo la imagen sea conocida con la advocación de Medinaceli.
Fiel a la tradición impuesta en la basílica madrileña, donde se celebran sus cultos y donde todos los años se suceden largas colas que constituyen portada de informativos y medios de prensa, Motril ha retomado su tradición y mantiene su senda espiritual organizando un solemne triduo que ha tenido su comiendo en el día 1 de marzo y ha finalizado el día 3 con la solemne función de iglesia que ha presidido su párroco, D. José Albaladejo, ante un templo totalmente repleto de devotos. Asimismo, durante los tres días, la santa misa ha estado amenizada por el Coro Virgen de las Angustias de Motril, que con música y voces han ofrecido a la feligresía conocidos cánticos religiosos entre los que se han podido escuchar “Desde lo hondo a ti grito”, “Oh, señor, delante de ti” el conocido y pegadizo “Santo de Haendel”, “La Muerte no es el final”, o “Consolad”, entre otros.
En el día de su santoral, se han celebrado dos misas en la parroquial, una, a las 11:00 de la mañana, con el fin de facilitar la asistencia de las personas de mayor edad que tienen sus lógicas dificultades para estar presentes en la noche. Y la otra, a las 20:00, tras la exposición del santísimo y el santo vía crucis claustral que se ha verificado en la nave central de la iglesia. El sagrado ejercicio ha sido llevado a cabo con la pequeña imagen del crucificado que se encuentra expuesta a la devoción en la sacristía y que ha sido portada por diferentes feligreses en cada una de las estaciones que figuran colgadas en los pilares de la nave central, a la vez que desde el altar se procedía a la correspondiente lectura.
En esta señalada jornada, la iglesia ha permanecido abierta durante todo el día para que los motrileños puedan acompañar a su Cristo devoto. Concretamente, el templo abría sus puertas a las diez de la mañana, comenzando ya un largo peregrinar de motrileños para ofrecer sus rezos al Santísimo Cristo de Medinaceli. Precisamente, la organización del triduo ha puesto a disposición de la feligresía numerosos ejemplares donde se expone la tradicional oración que dedican al Cristo y que textualmente declara: A visitarte vengo/Rey de la Gloria/a pedirte misericordia/ 33 veces te alabo/33 veces te bendigo/ por el pregón que tanto te ha ofendido/concédeme lo que te pido. Cumplida su oración, los devotos han dedicado al Cristo de Medinaceli sus ofrendas de luz en los lampadarios que han sido dispuestos frente al altar.
Por segundo año consecutivo, la imagen del Santísimo Cristo de Medinaceli ha sido colocada en un sencillo altar de cultos junto al presbiterio, cuyo ornato ha sido llevado a cabo por su tradicional mentor, José Gómez, y la ayuda y colaboración de varios amigos, entre ellos Emilio González Carrillo, artífice del tradicional Belén que todos los años se erige en la parroquial. Minutos antes de procederse al cierre de las puertas José Gómez dedicaba unas palabras a EL FARO para mostrar su satisfacción de haber cumplido un año más con su sagrado deber. Como bien exponía, “me encuentro muy satisfecho de la gente que ha venido a ver al Cristo de Medinaceli, ha sido innumerable, y después de estos años de pandemia, este año se han visto grandes ganas del pueblo para cumplir con su Cristo. Las puertas se han abierto a las diez de la mañana y desde entonces han comenzado a llegar a la iglesia innumerables personas, de forma que el Santísimo Cristo de Medinaceli no ha permanecido nunca sólo. Ha sido incesante la presencia de fieles devotos que han cumplido con la tradición de tocar los pies y besarle. Por tanto, totalmente satisfecho”. Igualmente, al término de la solemne función de iglesia, Pepe Gómez hacía un reconocimiento público al “Coro Virgen de las Angustias de Motril” por su labor de asistencia al triduo, momento en el que le ha sido entregado a su directora un cuadro conmemorativo que ilustra una espléndida fotografía del Santísimo Cristo de Medinaceli que es original del fotógrafo motrileño Vicente Tamayo.
Otro año más, Motril ha cumplido con la tradición al Santísimo Cristo de Medinaceli, a las puertas de cumplir ya ochenta años de existencia, efeméride que ronda la mente de los organizadores del triduo para que en el día de su bendición pueda ser procesionado por las calles de Motril en un pequeño itinerario conmemorativo de aquel significativo acontecimiento religioso.
