Domingo, 5 de junio de 2022
Antonio Gómez Romera
EN EL FARO, EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA: En el 55 aniversario del inicio de la guerra de los seis días
Hoy se cumplen 55 años (lunes, 1967) del inicio de la Guerra de los Seis Días, con un ataque preventivo sorpresa de Israel por la sospecha de un inminente ataque árabe. Se dio contra Egipto en el Sur, seguido por un contraataque a Jordania en el Este y la expulsión de las fuerzas sirias atrincheradas en las Alturas del Golán en el Norte.
Antecedentes
En el último día del mandato británico sobre la Palestina otomana, las fuerzas israelíes controlan, con ayuda de armas procedentes de Checoslovaquia, el conjunto del territorio que se ha previsto entregar al Estado judío, a excepción del Neguev.
Tel Aviv – Museo del Arte. A las 4 de la tarde del viernes, 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurión (1886-1973), líder de la Organización Sionista Internacional y de la Haganá, la organización de autodefensa judía en Palestina, lee el texto fundacional bajo un retrato de Teodoro Herzl (1860-1904), flanqueado por dos banderas israelíes y proclama la independencia del Estado de Israel, con una declaración de buena voluntad: “Extendemos nuestra mano a todos los Estados vecinos y a sus pueblos en una oferta de paz y buena vecindad, y los exhortamos a establecer vínculos de cooperación y ayuda mutua con el pueblo judío soberano asentado en su tierra. El Estado de Israel está dispuesto a realizar su parte en el esfuerzo común por el progreso de todo el Medio Oriente”.
Tan sólo unos minutos después de su proclamación, es reconocido por los Estados Unidos, a los que sigue de forma inmediata la URSS. Menos de 24 horas más tarde, los ejércitos regulares de Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak lo invadieron, forzando a Israel a defender su soberanía con las recién formadas y mal equipadas Fuerzas de Defensa Israelí (FDI), del primer intento de destruir el recién fundado estado judío. Los combates intermitentes se prolongaron unos 15 meses y cobraron más de 6000 vidas, casi el uno por ciento de la población judía del país.
En los primeros meses de 1949, bajo el auspicio de la ONU, se firman los acuerdos de armisticio, en los que la planicie costera, Galilea y el Néguev, quedan bajo la soberanía de Israel; Cisjordania (Judea y Samaria) pasan a dominio jordano; la Franja de Gaza queda bajo administración egipcia, y la ciudad de Jerusalén queda dividida, controlando Jordania la parte oriental, incluida la Ciudad Vieja, e Israel el sector occidental. Los acuerdos de armisticio de 1.949 no solamente no abrieron el camino hacia una paz permanente, sino que fueron constantemente violados. El miércoles, 11 de mayo de 1949, Israel ocupa su lugar como 59° miembro de “Naciones Unidas” (O.N.U.).
Diez y nueve años después de la fundación del nuevo Estado de Israel, el domingo, 14 de mayo de 1967, el líder egipcio Gamal Abdel Nasser (1918-1970), moviliza miles de soldados hacia la frontera con Israel en el Sinaí y, luego, solicita al Secretario General de la O.N.U., U Thant (1909-1974), el retiro de la zona de las fuerzas de paz (FENU), desplegadas desde la Guerra de Suez de 1956. El lunes, 22 de mayo, Egipto bloquea el paso de los barcos israelíes a través del Estrecho de Tirán, cerrando el único acceso que tiene el país al mercado asiático y cortando el flujo de petróleo que recibe Israel de su principal proveedor de la época: Irán. Según Nasser, en discurso ofrecido en fecha de 30 de mayo, «Los ejércitos de Egipto, Jordania, Siria y Líbano están en las fronteras de Israel… para enfrentar el desafío, parados detrás de nosotros están los ejércitos de Irak, Argelia, Kuwait, Sudán y toda la nación árabe. Este acto asombrará al mundo. Hoy sabrán que los árabes están dispuestos para la batalla. Ha llegado la hora crítica. Ya hemos llegado a la etapa de la acción seria y no de más declaraciones. Y por parte de «Háfez al-Ásad, (1930-2000), ministro de Defensa de Siria y padre del actual mandatario sirio Bashar al-Ásad, la situación es crítica, pues «El Ejército sirio, con el dedo en el gatillo, está unido. Creo que ha llegado el momento de comenzar una batalla de aniquilación.
Bajo este prisma, el filósofo estadunidense MichaelWalzer (1935), autor del libro «Guerras justas e injustas» llegó a afirmar que “Mientras Egipto estaba al borde de una fiebre belicista, celebrando las victorias esperadas, el ánimo en Israel mostraba que el país vivía bajo amenaza con rumores continuos que anunciaban futuros desastres, y compras nerviosas que dejaban vacías las tiendas de alimentos, mientras en los cementerios militares se cavaban miles de tumbas (…) Israel estaba siendo estrangulada y necesitaba desatar el nudo que tenía en su cuello». En esta tesitura, Nathan Sachs, Director del Centro de Políticas sobre Medio Oriente del Instituto Brookings, Washington D.C., EE.UU., llegó a afirmar que «Israel era más fuerte, pero solo porque todo el país estaba comprometido en el mismo esfuerzo. Requería de enormes recursos para mantener el alto nivel de alerta. Entonces, había límites para lo que podía soportar en esta situación. Todo el país y toda la economía habían sido movilizadas para responder a la amenaza»
La Guerra de los Seis Días
Este breve conflicto bélico, se produce entre el lunes, 5 y el sábado, 10 de junio de 1967, entre Israel y una coalición árabe formada por Egipto, Irak, Jordania y Siria, en tres frentes distintos, en los que Israel consigue una victoria fulminante. En palabras de Menahem Begin (1913-1992), al New York Times, el 21 agosto de 1982, “En Junio de 1967 otra vez teníamos una opción. La concentración de tropas egipcias en Sinaí no probaba que Nasser realmente fuera a atacarnos. Debemos ser honestos con nosotros mismos. Nosotros decidimos atacarle a él”. Y Jaim Herzog (1918-1997), en “La guerra de Yom Kipur”, llegó a exponer que: “En 1.967, cuando se hizo evidente que la guerra estaba a la vuelta de la esquina, el mando israelí llegó a la conclusión de que no debía permitirse que los árabes hicieran el primer movimiento porque, por su propio peso, conseguirían una ventaja inicial que Israel no podría afrontar”. Tal como reconoce Arthur James Barker, en “La Guerra de los Seis Días” (1979), Ahmad Shukeiri (1908-1980), presidente de la OLP llegó a afirmar que: “Los judíos que sobrevivan a la guerra que es inminente, serían autorizados a permanecer en Palestina, pero no esperaba que muchos pudieran hacerlo”.
Primer día – Lunes, 5 de junio. A las 07:45 A.M., el gobierno israelí del primer ministro
Levi Eshkol (1895-1969), lanza un ataque preventivo sorpresa contra bases aéreas egipcias (“Operación Moked” – “Operación Foco”). Los 183 aviones militares de las Fuerzas Aéreas de Israel (FAI), al mando del Aluf (general) Mordejai “Mottie” Hod (1926-2003), despegan en dirección Oeste, hacia el mar Mediterráneo, seguidos atentamente por los radares jordanos de fabricación británica, que de inmediato detectan un número muy significativo de aparatos en el aire. Advierten a sus aliados egipcios con la palabra en clave “Inab” (uva): alerta de ataque inminente, pero los egipcios no se enteran, pues el día anterior han cambiado los códigos de radio sin avisar de ello a los jordanos. Los aviones de las FAI viran en dirección Sur, hacia el Sinaí y Egipto y 24 bases aéreas son atacadas. La primera oleada arrasa las bases aéreas del desierto y una segunda oleada (9:30 A.M.), destruye las situadas en suelo egipcio, jordano y sirio. El ataque destruye las pistas de aterrizaje, las estaciones de radar y el 90% de los aviones militares de Egipto, sin que estos tengan la oportunidad de despegar. Las FAI pierden solo 46 aviones; la coalición árabe, 452. Pocas horas después, los israelíes ponen en marcha el plan “Sábana Roja”: las FDI, comandadas por Ariel Sharón (1928-2014), Abraham Yoffe e Israel Tal (1924-2010), inician el ataque al Sinaí por tierra, combinando artillería y blindados, avanzan casi sin problemas, venciendo a las sorprendidas tropas egipcias que son comandadas por el general Sa’di Nagib en Umm Qatef.
Segundo día – Martes, 6 de junio. Las fuerzas israelíes del Mando Sur en el Sinaí, avanzan por la costa y penetran en el desierto por diferentes pasos, enlazando posiciones al Norte y Centro, y hacia a Sharm el Sheij, en el extremo Sur de la península. Las FDI inician el ataque a las fuerzas jordanas de Jerusalén y entran en Cisjordania donde se dan duros enfrentamientos entre blindados jordanos de importación soviética e israelíes. Por la orografía del valle del Jordán, las fuerzas jordanas nada pueden hacer contra la combinación de fuerzas terrestres y aéreas de Israel. Siria en un discreto intento de romper la línea en los estratégicos Altos del Golán es derrotada y obligada a replegarse. Al término del día, tanto Egipto como Jordania, inician una retirada general en sus respectivos frentes.
Tercer día – Miércoles, 7 de junio. Continúan los bombardeos sirios a las poblaciones del Norte de Israel. Tras 2 días de enfrentamientos las FDI toman la Ciudad Vieja de Jerusalén y las tropas llegan hasta el Muro de las Lamentaciones. También toman Belén y el territorio de la Franja de Gaza. La marina egipcia, que no ha salido aún de puerto, es destruida con ataques aéreos, mientras que la flota israelí toma Sharm el Sheij abriendo el bloqueo de Tiran. En un movimiento envolvente, las FDI en el Sinaí cercan lo que queda del ejército egipcio en retirada. A las 22:00 de la noche, el rey de Jordania abandona a Nasser y sus aliados y acepta el alto el fuego propuesto por la O.N.U.
Cuarto día – Jueves, 8 de junio. Continúa el fuego artillero sirio a lo largo de los Altos del Golán sin demasiado éxito. Las FDI toman toda la península del Sinaí y cortan cualquier retirada de las fuerzas de Egipto, que pese a sus últimos embates son derrotadas. La magnitud del desastre obliga a Nasser a aceptar el alto el fuego que Israel acepta por su parte.
Quinto día – Viernes, 9 de junio. Al haberse librado de la presión en los frentes jordano e egipcio, las FDI centran sus esfuerzos contra las posiciones sirias en el Norte que hasta ahora solo se habían limitado a bombardear las poblaciones fronterizas de Israel. Al Norte del Mar de Galilea y por el Golán, las FDI inician una ofensiva contra Siria consiguiendo un éxito significativo al obligar a los sirios a replegarse hacia Damasco. En el Sinaí, los israelíes llegan al canal de Suez e izan la bandera de Israel, ante la mirada perpleja de los
egipcios desde la orilla opuesta.
Sexto día – Sábado, 10 de junio. El ejército sirio cae ante la ofensiva de las FDI y Siria
firma el alto el fuego. A las 18:30 se declara el fin de las hostilidades.
Consecuencias – Colofón
Para Kenneth Stein (1946), profesor de Historia de Medio Oriente y Ciencia Política en la Universidad Emory, en Georgia (EE.UU.): «No fue un evento cualquiera. Esa guerra transformó Medio Oriente porque tuvo un impacto significativo en la política en el mundo árabe, en Israel, en la implicación de Estados Unidos en esta región del mundo (…) el mapa de Medio Oriente cambió más dramáticamente en junio de 1967 que en cualquier otro momento desde los acuerdos Sykes-Picot de 1916, mediante los cuales Francia y Reino Unido se distribuyeron áreas de influencia en las zonas que pertenecían al Imperio Otomano, cuya derrota en la I Guerra Mundial ya anticipaban».
Israel multiplicó el tamaño del territorio bajo su control al quitarle a Egipto la península del Sinaí y la franja de Gaza; los Altos del Golán a Siria; y Jerusalén Este y Cisjordania a Jordania. Pasaran cinco meses hasta que el Consejo de Seguridad de la O.N.U. apruebe la resolución 242, que llama al «reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de cada uno de los estados del área y a su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, libre de amenazas o actos de fuerza» y de la que surge el concepto de «tierra a cambio de paz», llamando a Israel a retirarse de los territorios ocupados para conseguir estabilidad con sus vecinos. La idea de «tierra a cambio de paz» ha sido una constante en las negociaciones desde entonces, «pero solo se ha implementado con éxito en una ocasión»: en los acuerdos de Camp David en 1978, cuando Israel devolvió a Egipto la península del Sinaí.
Para Nathan Sachs, Director del Centro de Políticas sobre Medio Oriente del Instituto Brookings, Washington D.C., EE.UU., «Tras la Guerra de los Seis Días, los países árabes están menos interesados en luchar por los palestinos y más preocupados en recuperar su propio territorio. Las organizaciones palestinas pierden la fe en que otros los salven. Entonces, surge un movimiento palestino independiente con una causa nacionalista que intenta lograr la atención internacional (…) recurrieron a sus propios medios violentos para impulsar su causa, lo que derivó en secuestros y ataques contra ciudadanos israelíes e instituciones judías alrededor del mundo como ocurrió con el asesinato de 11 deportistas israelíes que asistían a las Olimpiadas de Múnich de 1972”. Según los expertos, ese conflicto hizo posible los acuerdos posteriores de paz con Egipto (1979) y Jordania (1994), así como las negociaciones fallidas con Siria y el acuerdo de paz por territorios frustrado con los palestinos (1993-1995).