EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA
Domingo, 31 de octubre de 2021
ANTONIO GÓMEZ ROMERA
Tal día como hoy, hace 64 años, (jueves, 1957), el Ayuntamiento de Granada firma la escritura notarial de permuta por la que el “Carmen de los Mártires”, con su palacete del siglo XIX, sus jardines románticos y sus huertos nazaríes, pasa a formar parte del patrimonio municipal de la ciudad. La escritura de permuta se otorga ante el Notario de Granada, José Rodríguez Sánchez, por un valor de 11.000.000 de pesetas, y es firmada por Manuel Sola Rodríguez –Bolívar (1912-1982), alcalde de Granada, y Sor Cristina de la Cruz y de Arteaga (María Cristina de Arteaga y Falguera, 1902-1984), Priora del Convento Jerónimo de Santa Paula de Sevilla, monja jerónima, escritora, historiadora y poeta, además de ser la primera mujer en alcanzar el Doctorado en Historia. Sor Cristina de la Cruz llegará a ser, igualmente, Priora General de la Orden.
Con la firma de dicha permuta, el Ayuntamiento de Granada cede a la propietaria del Carmen, el Real Monasterio de San Jerónimo, utilizado entonces como Cuartel de Caballería. El Alcalde Sola dijo tras la firma notarial: «Se ha rescatado de manos particulares -por cierto, bien generosas para Granada- lo que por sus extraordinarias cualidades merece su integración en el patrimonio público, el Ayuntamiento espera que cada granadino se convierta en guarda y celador de cuantos elementos embellecen su conjunto y confía en que cada cual sabrá conservar como casa suya lo que exige un trato y un disfrute particularmente delicado…».
Casi 11 años después, el 4 de Septiembre de 1968, el Ayuntamiento de Granada concede a Sor Cristina las distinciones de “Hija Adoptiva” y la “Medalla de Oro de Granada”. Hay que hacer notar que los jardines el Carmen se abrieron al público, y el palacete se explotó como restaurante, encargándose entonces un primer proyecto para un hotel en la zona posterior, «El Secanillo», que no se llegó a tramitar. Por lo que respecta al Real Monasterio de San Jerónimo, será restaurado en parte con el importe de la venta, siendo dirigidas las obras por Antonio Dalmases Mejías.
El “Carmen de los Mártires” está situado en la colina del Mauror, dentro del entorno de los Palacios Nazaríes de La Alhambra y al Sur de su amurallado recinto. La finca tiene una extensión de 67.199 m2 y contiene edificaciones con una superficie de 3.243 m2. El Palacete, un edificio de estilo neoclásico con dos plantas y sótano, contiene salas con una variada decoración escenográfica, si bien con el paso de los años y según las circunstancias de sus propietarios, se fueron incorporando elementos de valor a este conjunto de edificios y jardines. La entrada principal tiene un pórtico toscano, formado por cuatro columnas de mármol y la planta baja gira alrededor del patio central y destacan en el entorno dos columnas corintias, una lámpara de cristal de Baccarat y el artesonado mudéjar que proviene del Convento de las Carmelitas Descalzas. Tanto en su planta inferior como en la superior, hay dependencias ricamente decoradas con yeserías y azulejos, imitando a la Alhambra. Respecto a sus jardines, el Cronista Oficial de Granada, Cándido García Ortiz-Villajos (“Zirto”) refiere en sus crónicas la belleza y encanto del recinto, «con sus espesos grupos de palmeras, ocultando los estanques en que se mecen lánguidamente los blancos cisnes; sus laberintos de arrayanes olorosos, encantadoramente intrincados, y fantásticas grutas ocultas bajo el manto de fragantes madreselvas».
Tres curiosidades sobre las Mazmorras, el Convento y el Carmen de Los Mártires:
1. “El principio del fin para las mazmorras del Campo de los Mártires llegó en 1835 con la desamortización de Mendizábal y la exclaustración definitiva de los carmelitas. El convento de los Mártires y sus extensas huertas, alamedas y secanos fueron troceados y empezaron a pasar de mano en mano de particulares. El objetivo final no fue dar nuevos usos a los claustros y a la iglesia, sino demolerlos para reaprovechar los materiales y convertir la zona en cultivable. En 1838 fueron derribadas las cuatro cruces que adornaban el paseo y talada la chopera. En 1842 la mayor parte del olivar y las hazas que daban a la Antequeruela pasaron a manos de Rafael García López; el convento fue adquirido por Francisco López Castaño, que acabó la demolición de los edificios. Uno y otro continuaron el relleno de las mazmorras que quedaron dentro de sus respectivas propiedades. En el caso del edificio conventual, López Castaño acabó vendiéndolo a Juan Manuel Calderón, quien daría la puntilla final al utilizar los últimos materiales y escombros en la urbanización y relleno del Paseo de los Mártires. Bajo esta avenida quedaron definitivamente desaparecidas unas cuantas mazmorras de la zona alta del Corral de Cautivos” (“¿Qué fue de las famosas mazmorras de cautivos de la Alhambra?”, Gabriel Pozo Felguera, “El Independiente de Granada”, Domingo, 26 de Enero de 2020).
2. En 1573 y bajo el patronazgo de Luís Hurtado de Mendoza y Mendoza (1543-1604) V Conde de Tendilla, Capitán General de Granada y Alcaide de La Alhambra, los Carmelitas Descalzos se instalan en la Ermita de los Mártires y fundan el Convento de Santos Mártires de Carmelitas Descalzos. San Juan de la Cruz (Juan de Yepes Álvarez, 1542-1591), hacia 1582, año de la muerte de Santa Teresa de Jesús, entra en contacto con la Venerable Madre Ana de Jesús (Ana de Lobera Torres, 1545-1621), para la fundación en Granada de un convento descalzo. La pequeña comunidad se asienta, en principio, en una modesta casa de la Cuesta de Gomérez donada por Doña Ana de Mercado y Peñalosa, viuda de don Juan de Guevara, presidente de la Chancillería. En Granada vivió el poeta, entre 1582 y 1588, cuando fue prior del convento carmelita y vicario provincial de Andalucía. En sus jardines compuso las obras que hoy representan la expresión más pura de la poesía mística, como “La noche oscura del Alma”, “Los doce romances” o “Llama de Amor Viva”. Queda su recuerdo en elementos como el acueducto que mandó construir al lado del huerto o el legendario cedro de San Juan.
3. Carlos María Calderón y Vasco, es el hijo del constructor del Carmen de los Mártires, y el genial dramaturgo, poeta y novelista gallego, Ramón María del Valle Inclán (Ramón María Valle Peña, 1866-1936), se basa en su licenciosa vida para crear a su personaje novelesco, el marqués de Bradomín. El crítico literario, político, historiador y periodista, Melchor Fernández Almagro (1893-1966), publica en «ABC» de Madrid, el 15 de Octubre de 1955, un artículo titulado «Bradomines», que comienza con los versos del “Retrato” (1906) del poeta Antonio Machado: «Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido». Carlos María Calderón y Vasco es descrito como guardia noble del Papa, viajero en Tierra Santa y Méjico, agregado militar en la Embajada de España ante el Zar en San Petersburgo. Generoso y religioso no practicante, calavera y valiente militar, que cayó prisionero en la Toma de Estella ante el general Fernando Primo de Rivera y Sobremonte (1831-1921). Relacionado amorosamente con María Leonor de Salm-Salm Beaufort Spontin (1842-1891) duquesa de Osuna y princesa del Rhin, se dice que durante una fiesta en su lujoso piso del parisino boulevard Malesherbes, la noche antes de la muerte de Carlos María, la vidente Anne Victorine Savigny (1845-1916), conocida como “Madame de Thèbes”, le puso en contacto con el alma de su amada María Leonor, fallecida unos meses antes, que por boca de la vidente le dijo: “Estoy en un sitio horroroso, donde padezco de insoportables torturas; pero hoy he recobrado un poco de ánimo porque acabo de saber que dentro de breves momentos te tendré a mi lado…” y al día siguiente, Carlos María, falleció de una angina de pecho, a la edad de 46 años.