El joven presentaba heridas leves en el rostro
La Guardia Civil ha investigado a un repartidor de comida rápida, un joven de 29 años sin antecedentes policiales, como presunto autor de presuntos delitos de simulación de delito después de que «denunciara haber sido víctima de un falso atraco para quedarse con el dinero de la recaudación», y otro de apropiación indebida.
El propietario del establecimiento para el que trabajaba el investigado denunció ante la Guardia Civil que durante la noche del pasado 14 de septiembre atracaron a su empleado y le sustrajeron 500 euros, según ha informado el instituto armado en una nota.
El joven que supuestamente fue víctima de un robo con violencia e intimidación llamó a la Policía Local de una localidad del área metropolitana de Granada porque había sido abordado por tres individuos encapuchados que le obligaron a parar y que le golpearon para arrebatarle el bolso con la recaudación de la comida que había repartido esa noche y su teléfono móvil. El joven presentaba heridas leves en el rostro.
La Guardia Civil se hizo cargo de la investigación del atraco. Una de las primeras pesquisas de los investigadores fue hacer una llamada al teléfono de la víctima y fue el propio repartidor el que contestó. Los agentes empezaron a sospechar y le preguntaron si ya había recuperado el teléfono y el joven contestó que había conseguido un duplicado de la tarjeta. Las sospechas se incrementaron cuando al preguntarle si iba a denunciar el robo dijo que no, que temía las represalias.
Posteriormente, al reconstruir el atraco, quedaron al descubierto más contradicciones el joven acabó confesando que todo era mentira y que fue él quien «se autolesionó para dar veracidad al falso atraco».
Después de que el falso robo quedara desenmascarado, el joven ha acordado con el propietario del establecimiento de comida rápida al que se sustrajo los 500 euros la devolución del dinero.