Texto: Juan Mateo -Periodista-
Motrileño hasta la médula muy querido y estimado que siempre tuvo la mano abierta para ayudar a todos los que tocaban a su puerta
Ha fallecido Gerardo Romano Díaz. Toda una institución que eclosionó en la sociedad motrileña por su quehacer en el mundo taurino, de la restauración y del ocio. De todos ellos quedaron patentes las emblemáticas empresas que emprendió, en las décadas de los 70, 80, 90 y bien entrado el siglo XXI, como fueron el Restaurante La Caramba ubicado en la avenida de Salobreña, la plaza de Toros de Motril de la calle de Las Monjas y la Discoteca la Caramba localizada en Río Jalón.
La antiquísima plaza de toros motrileña construida en un tiempo récord e inaugurada el 18 de octubre de 1916, fue adquirida en el epílogo de los 70, por Gerardo Romano dando a lo largo de sus años de existencia las mejores corridas que podrían verse en los cosos taurinos de máxima categoría. Desde El Cordobés, pasando por Curro Romero, Paquirri, Espartaco, Manzanares, Niño de la Capea… Un recinto que también sirvió para concederle la oportunidad a los míticos novilleros de la tierra, entre ellos Pepe El Berenjeno, Jorge el del Rex…
El Restaurante la Caramba era un punto de encuentro y mentidero, junto a la cafetería Rex, no sólo de la gente de la tierra sino de aquellos otros que venían a visitarnos por un motivo u otro. Magdalena, su esposa, ofrecía a todos sus comensales, una de las mejores cartas de la costa junto a Mesón Durán en Salobreña, al pie del Monte de Los Almendros.
Al final de los años 70 y década de los 80, había pocos sitios para bailar o tomar una copa por la noche, si exceptuamos, La Gruta de Enrique, Los Bongós o “Play House”. Por entonces surgió la Discoteca La Caramba con fuerza, dándole la vida nocturna que demandaban los jóvenes y no tan jóvenes, para pasar un rato agradable en el entonces Mucho Motril.
Si tuviéramos que buscar un ejemplo de persona emprendedora, tendría el nombre de Gerardo Romano. Motrileño hasta la médula muy querido y estimado que siempre tuvo la mano abierta para ayudar a todos los que tocaban a su puerta.
El sepelio tendrá lugar mañana a una hora no concretada aún.