Domingo A. López Fernández
Cronista oficial de Motril
Finalizan los actos en honor de la Virgen de la Cabeza
El día 15 de agosto señala en Motril la que es su fiesta por excelencia, la dedicada a la Virgen de la Cabeza, imagen sagrada que es patrona celestial desde el año de 1635. Si contabilizamos ese año, vamos camino de cumplir cuatro siglos de historia, cuatro siglos de un hecho que marcó para siempre el sentir devocional de los motrileños. Aquel señalado hecho fue acordado por decisión mayoritaria de los vecinos y va a ser en fecha de 9 de febrero de 1635 cuando den cuerpo legal a la preceptiva escritura de patronato que dispone, entre otras cosas, que la Virgen salga en procesión el día de la Asunción de Nuestra Señora. Desde entonces, devoción y derecho consuetudinario han marcado el transcurrir de los años viendo desfilar por las calles de la ciudad el trono de la Virgen Morena. Así ha sido siempre, aunque determinados hechos luctuosos han marcado su propia historia, lo que ha llevado a suspender esa procesión de alabanza que ensalza y engrandece el corazón de los motrileños. Por desgracia nos encontramos en un nuevo ciclo negativo en el que por causa de la pandemia del Covid-19 Nuestra Señora de la Cabeza Coronada suma ya dos años sin procesionar por las calles de la ciudad.
En el santoral de la iglesia, el día 15 de agosto se celebra la Asunción de la Virgen en cuerpo y alma a los cielos, misterio que fue declarado dogma de fe por el Papa Pio XII en 1950. Siguiendo el programa de actos diseñado por la Real Hermandad de Nª Sª de la Cabeza Coronada, la junta de gobierno que le rige pone en este día el colofón a intensos días en los que se engrandece por siempre su nombre en la que es su casa y morada. Tradicionalmente, ese día 15 la hermandad patronal celebra la función principal de instituto que luego, a la tarde, ha de culminar en la procesión de alabanza por las calles de la ciudad. La anécdota, como hemos señalado, pone nuevamente su énfasis en este año de 2021 en el que por segundo año consecutivo hemos sido privados de verla transcurrir por sus calles en previsión del contagio del Covid-19.
Fiel a su cita, la hermandad patronal ha celebrado este domingo la función principal de instituto en un señalado acto en el que ha estado presente su junta de gobierno al completo, juntamente con la institución municipal, autoridades civiles y militares y resto organismos públicos, además de la representación de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad y varias corporaciones penitenciales. De nuevo el templo ha vuelto a completar el aforo previsto por la hermandad, de modo que han sido muy numerosos los fieles que han tenido que seguir el ceremonial desde el exterior. La eucaristía del día ha sido oficiada por el rector del Santuario, D. Daniel Barranco Rodríguez, solemne misa que ha contado con la asistencia de la coral “Armiz” que magistralmente ha interpretado los tradicionales cánticos religiosos. Como es norma obligada en esta función de instituto, durante su transcurso se ha procedido al juramento de reglas e imposición de medallas a los nuevos hermanos de la hermandad.
Ya en la tarde, a las 20:30 has, el Santuario ha vuelto a abrir sus puertas para permitir que los fieles honren a la Virgen con su presencia y le presenten personalmente sus oraciones. Durante los días de la novena y hasta la misma mañana del domingo la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza ha permanecido expuesta en el espléndido altar que la “priostía” de la corporación le ha erigido fuera de su camarín. En su conjunto una treintena de candeleros le han ofrecido la luz celestial y las flores que le han ofrecido sus devotos han posado a sus pies un hermoso vergel en el que se ha significado con valor propio el color blanco virginal de las azucenas, rosas, nardos y los populares claveles de Motril. Como viene siendo habitual la imagen ha sido ataviada por su tradicional vestidor, Antonio Jesús Hernández Camacho, presentando para la ocasión el terno de color azul celeste que le regalase el Marqués de Vistabella y la saya de dragones que ha sido diseñada por el motrileño Álvaro Abril y bordada por la también motrileña Elena Burgos.
El protocolo de veneración que ha diseñado la junta de gobierno de la hermandad para la tarde del domingo ha hecho trasladar la imagen de la Patrona hasta su trono procesional, que ha sido exornado para la ocasión como si verdaderamente fuese a efectuar su recorrido procesional. Para esta jornada sublime la imagen de la Virgen ha sido ataviada con el terno que le regalase la reina Isabel de Braganza, su corona imperial y un completo ajuar de joyas que han sido fruto de la donación de los motrileños. Abiertas las puertas del Santuario, Francisco Posadas, hermano de la hermandad, ha ofrecido a la Patrona las azucenas de mar que las RR. MM. Nazarenas cultivan en el interior de su convento para que en este señalado día las pueda enseñorear. Es de señalar que durante la tarde y hasta prácticamente la hora de su clausura han sido interminables las colas de fieles que han ofrecido sus oraciones a la Patrona de Motril. Puntualmente, a las 23:00 has, la hermandad ha dado por terminado el acto de veneración, momento en el que se ha dejado sentir sobre la ciudad un sonoro repique general de campanas.
Solo resta decir que la junta de gobierno de la hermandad ha permanecido en el templo hasta las 03:00 hrs. de la madrugada para acondicionar su interior al culto y hacer regresar a la Virgen hasta su camarín. Desde esa hora la Patrona de Motril luce ya en talla tal y como fue concebida hace más de cinco siglos y así va a permanecer durante días para que pueda ser contemplada en la belleza natural que le confiere su policromía y particular compostura. Por su parte, Miguel Ángel Gállego, hermano mayor de la hermandad, ha trasladado a EL FARO su agradecimiento por el exhaustivo seguimiento que ha realizado de los actos desarrollado en honor de la Virgen, agradecimiento que ha hecho extensivo a instituciones, corporaciones, autoridades civiles y militares y feligresía en general, que igualmente han estado presentes durante los cultos y el resto de actos programados.
