Por, Domingo A. López Fernández
Cronista Oficial de Motril
Por segundo año consecutivo España entera no va a poder celebrar sus tradicionales ejercicios penitenciales de Semana Santa. Ese cruel y mortífero virus del Covid-19 ha vuelto a poner de manifiesto las carencias de la ciencia y la extraordinaria debilidad del ser humano ya que nunca antes una enfermedad como la neumonía vírica había causado tanta mortandad. Toca, por tanto, arrebato y la aceptación de las reglas del juego que emanan de los diferentes gobiernos autónomos para controlar la situación y evitar que los índices de fallecimientos se eleven sumariamente. Así pues, habrá que esperar a tiempos mejores y confiar que el inicio de 2022 traiga ya la normalidad más absoluta.
A un año visto del inicio de la pandemia vivimos una situación compleja, pues cierto es que el virus persiste y las vacunas se inoculan con un cierto retraso. Tradicionalmente, en la cuaresma, las cofradías y hermandades de la ciudad nos tienen acostumbrados a vivir esos cuarenta días con múltiples actos corporativos, entre ellos, la presentación de carteles, los pregones de exaltación a sus titulares, sus traslados y los cultos internos. Más no queda otra, y por causa de la pandemia las corporaciones penitenciales se han visto obligadas a reducir el número de sus actividades. En verdad se han restringido al mínimo y los actos que se han podido prodigar han servido para recordarnos que nos encontramos en tiempo de reflexión y muy próximos a conmemorar la pasión y muerte de Cristo, aunque eso sí, de un modo muy distinto a como lo venían haciendo.
En esta sucesión de hechos y actividades cofrades hemos se señalar que el pasado 20 de febrero tenía lugar la bendición de la nueva imagen del apóstol San Mateo que ha realizado el escultor Ángel Asenjo Fenoy para la hermandad de la Santa Cena. Ya son cuatro las imágenes secundarias que podrán acompañar en su día al Cristo de la Fe en su estación de penitencia, en concreto la de San Pedro, San Juan Evangelista, Santiago el Mayor y la referida de San Mateo. Un día más tarde tenía lugar la presentación del cartel oficial de Semana Santa de este año de 2021, que es obra del fotógrafo Vicente Tamayo Garvayo. A estos eventos han seguido igualmente los cultos a los sagrados titulares de tres cofradías motrileñas, la del Cristo del Perdón, la del Sepulcro y la de la Soledad, actos que se han celebrado siguiendo estrictos controles de seguridad.
La primera de estas corporaciones, conocida popularmente como de Jesús Preso, celebraba el triduo a sus dos titulares en su sede canónica, la iglesia del Carmen, durante los días 5 al 7 de marzo. Previamente, el día 28 de febrero, la junta de gobierno que preside su hermano mayor, Sergio Urrutia, procedía al traslado de su imagen cristífera desde la iglesia Mayor y ello de manera privada en previsión del contagio del Covid-19. Días después la cofradía erigía un espléndido altar de cultos en el que Jesús Preso se muestra a los fieles con su llamativa túnica de color blanco y bordados en oro y bajo el dosel del frontal de su paso mariano. Le acompaña su Madre, María Santísima de la Misericordia, revestida de hebrea y luciendo ya en su pecho la cruz pectoral que le ha donado una devota hermana en acción de gracias por el nacimiento de su hijo. Los cultos se han iniciado el mismo día en el que la iglesia conmemora el santoral del Cristo de Medinaceli, advocación que representa intrínsecamente al Cautivo en su iconografía. Durante los dos primeros días del triduo su imagen cristífera ha estado expuesta a la veneración de los fieles, al margen de que el día 6 se ha procedido a la bendición e imposición de las nuevas medallas a los hermanos por parte del consiliario de la cofradía, D. Alberto Sedano.
Igualmente, la cofradía del Santo Sepulcro celebraba un Triduo en honor de sus titulares en su sede canónica, la iglesia Mayor, durante los días 12, 13 y 14 de marzo. David Correa Galeote, vice-hermano mayor, ha sido el artífice del altar de Cultos que la junta de gobierno ha erigido junto a la pila bautismal entre dos llamativos centros de flores y los cuatro faroles del paso de misterio. En su centro y bajo dosel se alza la figura de la Virgen de los Dolores, que presenta al pueblo a su Hijo muerto sobre un túmulo de terciopelo blanco. El triduo ha sido oficiado por el director espiritual de la cofradía, D. José Albaladejo, quien el día 14 procedía igualmente a la bendición de las medallas de los nuevos hermanos. Asimismo, el día 12, la cofradía ofrecía la eucaristía de la tarde por el eterno descanso de D. Carlos Hernández Díaz, hermano recientemente fallecido que contaba la mayor antigüedad dentro de la corporación. Este mismo día, el hermano mayor de la cofradía, José Joaquín Jerónimo, mostraba a EL FARO su satisfacción personal por el hallazgo de unos nuevos estatutos que remontan sus orígenes corporativos al año de 1816. Hasta ese año la procesión del viernes santo se efectuaba gracias a las limosnas recaudadas entre el vecindario, aunque la escasez de los tiempos había provocado que algunos años no pudiese verificarse en la calle. Este será el motivo que anime a un grupo de personas pertenecientes al ramo del comercio a redactar las primeras ordenanzas que se conocen y que le van a conferir a la hermandad el título de “Caridad del Santo Cristo del Sepulcro”.
Finalmente, durante los días 19 al 21 de marzo, la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad viene celebrando el triduo a sus sagrados titulares en su sede canónica, la iglesia de Capuchinos. La junta de gobierno que actualmente preside Reinaldo Tarragona se ha afanado durante estos días en erigir un admirable altar de cultos que se ha ubicado en el presbiterio y que presenta a su titular mariana sobre las sencillas andas de traslado, figurando a sus pies el Santísimo Cristo Yacente sobre las antiguas angarillas en las que era portado en la procesión del Sábado Santo. Para esta ocasión la Virgen de la Soledad ha sido vestida por el hermano cofrade Jesús Ortega, quien le ha ataviado con su tradicional saya de salida, manto de capilla, toca de sobremanto bordada y su llamativa corona de salida. Los cultos están siendo llevados a cabo por el director espiritual de la cofradía, D. Antonio Rodríguez Hervás, quien en el día de ayer finalizaba la eucaristía con un sentido rezo a la Virgen de la Soledad, a quien pedía su mediación para sanar a las personas que en estos momentos pasan por el duro trance de la enfermedad. Hoy, tercer día del triduo, se darán por finalizados los cultos y es de señalar la gran aceptación que están teniendo entre la feligresía del barrio.