Domingo A. López Fernández
Cronista Oficial de la Ciudad de Motril
La idea surgía ante la necesidad de que un Cristo clavado en la cruz presidiera la ermita, canon que la iglesia considera obligatorio en todo recinto eclesial
En la mañana del domingo, la ermita de Nuestra Señora de las Angustias ha acogido el acto de bendición de la nueva imagen que ha quedado entronizada en el presbiterio y que a partir de ahora va a ser conocida bajo la advocación del Santísimo Cristo de la Sed. El rito de la bendición se ha practicado en el curso de la santa eucaristía del día y ha congregado a numerosos feligreses del barrio que no han querido faltar a esta cita que consideran histórica, pues la efigie viene a engrandecer el patrimonio artístico y devocional del recinto eclesial. La santa misa ha servido igualmente para que un joven motrileño, José María, reciba por primera vez el pan de los ángeles, quien acompañado de su familia y al igual que el resto de feligreses ha tenido que seguir las estrictas medidas de control para prevenir el contagio del covid-19.
La eucaristía del día ha sido impartida por el párroco de la ermita, D. Alberto Sedano Rodríguez, quien en la homilía ha querido resaltar el acto de la bendición y el significado de la advocación del nuevo crucificado. Para ello ha aludido al evangelio de San Juan (19,17-30), momento en el que Jesús sabe que todo está consumado y hace referir ¡Tengo sed! para que se cumpla la escritura. Instantes después afirmaba ¡todo está consumado¡ e inclinando la cabeza entregaba su espíritu al Padre. Con ello el mensaje del párroco no era otro que avanzar a todos los presentes que el Señor tiene sed de cada uno de nosotros y a Él le entregamos nuestros corazones dado que es el único que puede calmar nuestros momentos de padecimientos y tristezas.
Finalizada la ceremonia y a requerimiento de EL FARO Alberto Sedano ha trasladado a la redacción los antecedentes que han cristalizado en la adquisición de este nuevo crucificado que viene a engrandecer el patrimonio imaginero de la iglesia. Concretamente afirmaba que la idea le surgía ante la necesidad de que un Cristo clavado en la cruz presidiera la ermita, canon que la iglesia considera obligatorio en todo recinto eclesial. Al margen de ello Alberto Sedano hacía reconocer su necesidad para la ayuda espiritual y de oración, de ahí que comenzara una intensa búsqueda por las distintas parroquias del arzobispado. Según afirma, tuvo conocimiento de la existencia de un crucificado tallado en madera sin policromar que todavía no recibía culto, y por ello solicitó su cesión a la Curia granadina. Con ello se iniciaba un largo proceso de retallado en algunas de sus formas y el policromado de la imagen que ha realizado un conocido escultor malagueño. Al margen de ello se planteó realizar la cruz que le sustenta con dos antiguos varales del trono de Nuestra Señora de las Angustias, labor en la que se ha volcado el hermano mayor de su Real Hermandad, Antonio García Ruiz, para finalmente conferirle la traza arbórea que actualmente evidencia.
La imagen del Santísimo Cristo de la Sed se recibía en Motril con gran solemnidad el pasado miércoles y con ello daban principio los trámites para su bendición. Desde el punto de vista artístico se puede definir como una efigie tallada en madera que por su traza se ha de encuadrar en los años finales del siglo XIX y los iniciales del XX. La imagen ha sido policromada y cuenta algo más de un metro de altura, proporción que se extiende a los dos metros y medio si tenemos en cuenta el instrumento de su martirio. Es de autor desconocido y muestra al Redentor en el momento de expirar, concretamente en el instante en que dirige su mirada al Padre y exhala las célebres “Siete palabras”: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Es de significar que por su entronización en el testero derecho de la ermita esa mirada contemplativa se dirige con todo sentimiento a su Madre de las Angustias, titular que plasma en su iconografía el momento en que el cuerpo de Cristo ha sido bajado de la cruz y reposa sobre su regazo. Alberto Sedano refería igualmente a EL FARO las distintas advocaciones que se han barajado para nominar a esta bella imagen de Cristo en la cruz. Según afirma, se planteó en primera instancia la advocación de “Cristo de Pataura” por la raigambre histórica que en su momento tuvo esta efigie y la cercanía de la ermita al antiguo lugar de Motril que desapareció en una de las avenidas del río Guadalfeo. Asimismo se ideó igualmente la advocación de “Cristo del Trabajo”, título con el que se pretendía ennoblecer el barrio humilde y laborioso que a partir de ahora le iba a acoger. Finalmente también se tuvo en cuenta la advocación de “Cristo de las Siete palabras”, “pero finalmente nos decantamos por la advocación bíblica del Santísimo Cristo de la Sed, pues no existe en toda Granada y así se ha podido realizar con la anuencia del arzobispado”.
Así pues, con el acto de la bendición puede afirmarse que Motril logra un paso más en el engrandecimiento del patrimonio imaginero que recibe culto en las iglesias y ermitas de la ciudad. Así quedaba demostrado en la mañana de ayer y así lo manifestaban a EL FARO todos los vecinos que fueron partícipes de la santa misa. Desde hoy el Santísimo Cristo de la Sed se ha de convertir, sin duda, en el centro de las plegarias de todos los feligreses de ese humilde barrio que se postra a sus pies.