LOS CUENTOS DE CONCHA

MIS CUENTOS

CONCHA CASAS -Escritora-

Sin lugar a dudas, si existe un lugar mágico por excelencia, ese es el de la infancia. La mía tuvo además el privilegio de estar plena de cuentos. Tenía a mi disposición la mejor contadora de cuentos que en el mundo ha sido, mi abueli. Tan bien los contaba, interpretando a los diferentes personajes, dando a su voz diferentes tonalidades según quién entrase en la narración, que en ocasiones al leer las versiones originales, me llevaba una desilusión tan grande que retornaba a mi cuenta cuentos particular.

Cuando el repertorio se le acababa echaba mano a su  imaginación y se inventaba maravillosas historias, que desgraciadamente desaparecieron con ella.

También en ese interminable intervalo de la infancia, un accidente me retuvo en la cama cerca de un año. Creo que en ese tiempo leí todos los cuentos que se hayan escrito.

Me familiaricé tanto con los diferentes personajes que llegué a integrarlos en la realidad cotidiana con la mayor naturalidad. Un duende fue quién una noche me robó la cadena de la que colgaba la llave de mi diario, que yo siempre llevaba al cuello; y mi hada madrina fue quien la restituyó días después.

Los mismos ángeles me ayudaban en mis tareas escolares y mi vecino de enfrente por las tardes se convertía en un príncipe azul.

Afortunadamente en aquella época nunca hubo dragones malvados, ni perversas brujas que quisieran hacerme mal, estaba muy protegida por mis mágicos amigos.

Sin duda alguna mis cuentos favoritos eran aquellos en los que aparecía cualquiera de ellos, las hadas de la Bella durmiente, la de Cenicienta, las que vagaban por los bosques entregando anillos mágicos….

Esos y los orientales, me fascinaba la magia oriental ¡cuántas veces froté (y debo confesar que sigo haciéndolo) toda lámpara que guardara cualquier similitud con la de Aladino. O si no, las veces  que he gritado a las piedras ¡sésamo ábrete! O esas maravillosas alfombras que todavía al pisarlas pienso,  por una fracción de segundo, que van a echar a volar.

Todos de alguna manera han ido creciendo conmigo y son ellos los que en ocasiones me urgen a tomar un bolígrafo y poner en un papel lo que me susurran al oído, a veces de esa unión surgen otros como ellos y en ocasiones los que aparecen son tan comunes como cualquiera de nosotros, pero ambos están cargados de esa magia única y para mi imprescindible, que convierte cada día de mi vida en lo que siempre soñé.

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