PORNOVENGANZA EN LA RED
Antiguamente, cuando una pareja discutía y dejaba su relación, podían ocurrir dos cosas: que todo quedara ahí, que ambos comprendiesen que lo que no tiene futuro ha de terminarse y allí paz y aquí gloria; o que la pareja en cuestión saliese como el rosario de la aurora tirándose los trastos a la cabeza (figuradamente) y despotricando a los cuatro vientos proclamando las maldades del otro. Eso era antes, claro. Porque lo que es ahora las cosas han cambiado mucho, y me temo que a peor.
Hoy abordaremos un tema que no hace sino ponernos los pelos de punta cada vez que reparamos en él. La venganza en las redes o pornovenganza es un problema que las principales plataformas están tratando de erradicar. Colgar vídeos subidos de tono de tu ex pareja por despecho proliferan por doquier como las vinagreras entre la hierba.
Una de las redes sociales más utilizada como es Facebook está poniendo todo su empeño en acabar con esta práctica. Una práctica, por otro lado, que trae quebraderos de cabeza a más de una mujer, que son las que principalmente sufren esta pornovenganza. Una de cada cinco de ellas con edades comprendidas entre los 18 y 45 años se ve afectada de alguna forma por esta nueva y repulsiva moda. Hay que ser cobarde, ruin y no tener ningún respeto por alguien que en su día fue importante para nosotros.
Como les decía, Facebook anda trabajando con el gobierno australiano para desarrollar mecanismos de defensa contra estos ataques. El mecanismo debería ser activado por los usuarios con antelación, para evitar la futura difusión de contenido comprometido sin nuestro consentimiento. Lo que se está haciendo en concreto es algo que parece rebuscado, pero que tiene su porqué. En el caso de que un vídeo o una fotografía íntimos se filtren y acaben por los caminos de Facebook o Instagram, deberemos ponernos en contacto rápidamente con el Departamento de Seguridad en la web (e-Safety) del gobierno de Australia. Una vez realizado este trámite se le solicitará que se auto envíe el archivo por Messenger que, aunque parezca insólito, es un sistema seguro.
Según explicó para el portal ABC de Australia un representante del Departamento de Seguridad antes mencionado, estas imágenes no se guardan, sino que se almacenan en el link y se creará inmediatamente una huella digital para identificar ese contenido. Esto se utilizaría luego para nutrir un sistema de inteligencia artificial y evitar que toda esa información se publique en Instagram, Messenger o Facebook.
Aunque no es la primera vez que Facebook toma medidas para combatir la pornovenganza (en abril de 2017 se implementó una herramienta para denunciar contenidos ofensivos) sí que es cierto que en esta ocasión las cosas podrían ponerse verdaderamente serias. Así, el sistema de inteligencia artificial que por ahora es solo una prueba piloto, de resultar exitosa, podría extenderse a otros países.
Desde la red social remarcaron que el contenido que se almacena en el link no podrá ser enviado ni visto por ningún empleado de la Compañía, ya que el sistema puede reconocer los archivos sin necesidad de acceder a ellos. Cuando alguien intente acceder a ellos, el sistema podrá leerlo y reconocerlo ya que en su momento fue identificado por medio de una huella digital.
Ya ven cómo anda el panorama. Les contaba al principio que antes todo era mucho más fácil y no nos encontrábamos en estas tesituras. La verdad es que no somos conscientes cada vez que enviamos una foto o un vídeo nuestro (verdaderamente da igual que sea subido de tono o no) de dónde pueden terminar. Puede que en un futuro nos llevemos una desagradable sorpresa cuando nos encontremos con nuestro orondo culo anunciando un portal de citas gay o en algún sitio mucho más sórdido. Lo mejor que puede hacerse para que esto no ocurra es prevenir, meterse las manos en los bolsillos y evitar hacer el canelo delante del mundo entero. También habrá a quien le guste, cómo no, porque se sea narcisista, exhibicionista o porque no se le ha ocurrido otra cosa mejor que hacer, pero estos especimenes necesitarían un capítulo aparte.
No me canso de repetir que las redes sociales son un instrumento bárbaro para estar informado, divertirse o interactuar con los demás compartiendo vivencias, pero siempre haciendo un uso correcto de las mismas. Una herramienta maravillosa pero también plagada de zonas oscuras donde podríamos meternos sin darnos cuenta.
Pues ya saben: las fotitos en poses despampanantes o ligeros de ropa (o sin ropa directamente) que se queden en la intimidad de las alcobas o en los álbumes familiares allí, junto a las de la comunión del niño.