Echo un vistazo a la prensa: crisis, ladrones por todas partes, algunos de guante blanco pero ladrones al fin, juicios a etarras, juicios a jueces… leo las columnas de este periódico y de otros y todas ellas hablan sobre esas mismas noticias. Hace seis años que escribo una semanal en este medio y en ese tiempo creo haber hablado de todo o de casi todo.
El tiempo pasa tan veloz que parece querer escaparse de sí mismo, se amontonan las navidades unas encima de otras, los días de Andalucía, las Semanas Santas, los veranos y de alguna manera con las noticias y las columnas pasa lo mismo, apenas he puesto el punto final a una y ya estoy empezando la siguiente .
Y mientras todo esto ocurre y nosotros lo contamos o comentamos, que aunque es parecido no es igual, la vida sigue su curso.
A pesar de la crisis, de los ladrones de guante blanco, de los cambios de gobierno, de la nula credibilidad que esos cambios generan ya en un pueblo harto de escuchar las mentiras de unos y de otros, a pesar de todo eso… la vida sigue.
Cada invierno es noticia el frío y cada verano el calor, queremos hacer noticiable lo evidente, siempre ha hecho frío en invierno y calor en verano, pero ahora nos empeñamos en llenar páginas e imágenes con la evidencia, queriendo convertirla en novedad.
Y me da la impresión que entre medias se nos escapa lo mejor, que es precisamente ese milagro que es el vivir cada día.
Porque la vida no es nada de lo anteriormente citado, la vida es lo que pasa mientras nos enredamos en todo eso.
El campo está plagado de ella y pugna por repetir su ciclo y nosotros, los humanos, también. Por eso hoy escribo sobre eso, sobre nosotros y lo que llevamos dentro, sobre esa vida que nos empeñamos en obviar, supuestamente para sobrevivir. Vivimos imaginando problemas que no han ocurrido y quizás no vayan a ocurrir.
Buscar la felicidad en vez de la angustia, para variar. La maravilla se encuentra en cada instante, Quizás el sentido profundo de la vida se encuentre más allá del pensamiento, sentir y percibir en vez de pensar.
Cada vez que alguien escapa de sus miedos, de sus pesadillas mentales de alguna manera está despertando. Los momentos duros, las crisis nos hacen mas fuertes y en cualquier caso, siempre ocupan menos tiempo que lo bueno.
El camino a la felicidad está en nosotros mismos, tómalo aunque solo sea por hoy.