ENTRE DOS AGUAS
- Dedicado a Paco de Lucia
Existe un hermoso paraje donde las veredas comienzan a entre lazarse y los cruces a confundirse.
El cansancio empieza a multiplicarse y los pensamientos a dividirse.
Las acequias bajan agua hasta las huertas como manos amigas, llevando una niña perdida hasta su madre.
Un riachuelo cercano murmura graciosos saltos de agua para luego caer prisionero en pozas grandes y profundas.
La Alhambra aparece y desaparece entre pitas y chumberas.
Su figura dibuja el horizonte como una joven delicada y elegante a pesar de ser muy mayor y descuidada.
Allí, cerca de la verdad y la mentira se encuentra el camino de En medio.
Un camino de ida y vuelta para el caminante por la ladera de un monte.
Un camino que se hace puente derruido y muere en el barranco.
Acompañados del vino de la Contraviesa, el castellano y el gitano buscan descanso a la sombra de unos árboles centenarios.
Flamenco: alegría y pena fundidas en un mismo quejido.
La piedra se transforma en silla, el mimbre en canasto y el abeto entrega su vida a una guitarra.
La garganta es voz que se lleva el eco y el viento trae consejos sencillos de comprender que yo no entiendo.
El sol suda fe desde que despunta el alba hasta el ocaso y cuando anochece la luna baila junto a hogueras y aquelarres.
Una escalera hasta el cielo serpentea por el esqueleto de la montaña.
Sus trancos están hechos de tierra y hierba y al subir o bajar, el viajero puede oír como los pájaros cantan y los Ángeles lloran y ríen a la vez.
Siempre es invierno y también verano en aquél lugar.
Algunas promesas se cumplen durante el viaje y otras caen en agua de borrajas.
Aguas arriba. Aguas abajo.
Agua dura. Agua blanda.
Agua caliente. Agua de nieve.
Agua pesada. Agua pasada.
Agua bendita.
Entre dos aguas.