Villalobos considera “lesivos e intolerables” los nuevos aranceles que impondrá Estados Unidos a los productos agrarios

El presidente de la FAMP pide que todas las Administraciones Públicas, el sector agroindustrial y la Unión Europea “remen en la misma dirección” para salvar al mundo rural

Rodriguez Villalobos, presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (Foto: El Faro)

El presidente de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) Fernando Rodríguez Villalobos, ha considerado “lesivos e intolerables” los nuevos aranceles que Estados Unidos impondrá a una serie de productos agrarios españoles, entre ellos el aceite de oliva, a partir del 18 de octubre. Estos aranceles irán del 10 al 25% en algunos casos.  El Ejecutivo de Trump no ha tardado en poner en práctica el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y ha dado un paso más en su enfrentamiento con la Unión Europea. Un enfrentamiento que perjudica gravemente a la economía de cientos de municipios andaluces, lo que pone “en serio riesgo” la agroindustria y el mundo rural.

Villalobos ha afirmado que “es un nuevo varapalo”para un sector, el del AOVE, que es el segundo en exportaciones en Sevilla, tras la aeronáutica, que también se verá afectada en esta última oleada de aranceles. “Ya teníamos la mala experiencia de lo que venía aconteciendo con la aceituna negra, pero ahora los aranceles al AOVE son un nuevo jarro de agua fría para nuestro sector agroalimentario”. “Es un anuncio que hará resentir nuestras exportaciones y, ante el cual, debemos volver a hacer bloque entre la UE, el Gobierno de España, la Junta y las corporaciones locales andaluzas. Pero no nos engañemos, es la UE la que puede frenar esto y plantar cara en esta guerra comercial peligrosa y nada beneficiosa para ninguna de las partes”, ha argumentado el presidente de la FAMP y de la Diputación de Sevilla.

Villalobos también ha mostrado su “preocupación por el sector del vino, “porque nada podría quedar fuera de este fuego cruzado. Habrá que estar atentos a próximos acontecimientos”. En clave de exportaciones y para calibrar la repercusión de estos aranceles, basta decir que Sevilla es ya la segunda provincia andaluza, solo por detrás de Almería, en exportaciones agroalimentarias en el primer semestre de 2019.

En cifras, registramos ventas al extranjero por valor de 1.382 millones de euros; lo que equivale al 21,4% del total andaluz. La agroindustria es un sector potente en la economía andaluza con una calidad y excelencia reconocida de sus productos. Las ventas de aceituna negra a EEUU han caído un 50% desde las medidas arancelarias de Trump y, con el aceite, podríamos estar hablando de una debacle aún mayor en cuantía económica.

Casi la mitad de las aceitunas negras de mesa que habitualmente se vendían en Estados Unidos se quedaron esperando comprador en el primer trimestre de 2019. Las empresas productoras y distribuidoras, ubicadas en Sevilla y Córdoba, pasaron de vender 6,9 millones a 4 millones de kilos de este tipo de aceituna por culpa de los nuevos aranceles. Las pérdidas económicas se han estimado entre 6 y 7 millones de euros.

Según calcula la organización agraria COAG Andalucía la subida de los aranceles anunciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las importaciones de vino, aceite, aceitunas y quesos de la Unión Europea impactará sobre un volumen de exportaciones andaluzas aproximado de 600 millones de euros. En el caso de España, el aceite de oliva se verá especialmente afectado, porque además las sanciones excluyen al aceite italiano, con lo cual el daño será mucho mayor para los productores y el campo andaluz.

Villalobos ha dejado claro que se está cuestionando las bases de la Política Agraria Común (PAC) en esta guerra comercial porque “el conflicto de intereses entre Europa y EE.UU ya está afectando a la economía de nuestros pueblos. Es inconcebible que en un mundo global se piense en un proteccionismo comercial más propio del siglo XIX”, ha argumentado el presidente de la FAMP quien ha pedido que “todas las Administraciones Públicas, el sector agroindustrial y la Unión Europea remen en la misma dirección porque en ello nos va el presente y el futuro de la PAC, de nuestra agricultura, industria transformadora e incluso de nuestros pueblos”.

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