CUANDO NOS QUEDEMOS SOLOS
Nos han dicho innumerables veces que interactuar en demasía con las redes sociales puede llegar a ser perjudicial para nuestro organismo. Que no nos hace ningún bien si no sabemos utilizarlas y hasta podrían meternos en graves problemas. A estas alturas de la vida a nadie se le escapa que las redes sociales se han adueñado por completo de nuestra razón de ser, de nuestros actos y de nuestras mismas intenciones. No nos detenemos a pensar que, muchas veces, volcamos en determinados lugares de Internet datos y migajas casi imperceptibles que son recogidas y atesoradas por otros con fines delictivos o lucrativos. Pero un uso mesurado, atento y justo de estas mismas redes también puede facilitarnos el camino y hacernos la vida más fácil. Lo que sí hay que tener claro es que permanecer muchas horas inmerso en el universo de las redes sociales puede suponernos un drenaje emocional que nos perjudique seriamente. Hoy presentamos algunas opciones para administrar tus redes sociales y evitar, precisamente, ese perjuicio.
1.- Reconoce tu aislamiento. Aunque reconozcamos que la tecnología puede ser una buena vía de escape para el estrés del día a día, lo cierto es que un apego continuo puede producir el efecto contrario: aislamiento. Tanto que un estudio realizado por la Universidad de Missouri (Columbia) revela que un uso indiscriminado de las redes sociales afecta negativamente a las relaciones románticas en tiempo real. Vamos, que le prestamos más atención al teléfono que a la novia. Entrégate a vivir el momento.
2.- Recuerda que la vida es corta. Seguro que si echáramos la vista atrás ninguno de nosotros diría que nos hubiese gustado pasar más tiempo con nuestro teléfono móvil. Al contrario, echaremos en falta momentos perdidos mirando pantallitas y que, de ningún modo, volverán a regresar. La vida es demasiado corta para obsesionarse con Instagram o Facebook. Mejor utilizar nuestro tiempo libre para visitar a un pariente o amigo ¡en persona! Si tomamos un descanso de la tecnología, nuestra mente podrá descansar y fluir. Las estrategias de recompensa positiva son muy efectivas, como por ejemplo hacer un trato con uno mismo para mantenerse fuera de las redes sociales durante todo un día (Oh, my God!!!!!!!) o un fin de semana (¡¡¡¡¡¡¡!!!!!!!!) y recompensarnos con algo no relacionado con las redes.
3.- Mantente enfocado en ti. En vez de cabrearte y de que te afecte negativamente, céntrate en la publicación de cosas que te hagan feliz y no en las publicaciones de otros que pueden sacarte de tus casillas. Como dijo el gran Wayne Deber “el estado de tu vida no es más que un reflejo del estado de tu mente”.
4.- Recuerda que no todo es totalmente como se ve. Cuando vemos el perfil de alguien en las redes, seguramente las imágenes que aparecen estén alteradas y todas las actualizaciones suelen ser positivas representando éxitos, felicidad e hitos. Rara vez se centran en cosas negativas. Y si no ponemos cuidado, nos parecerá que todo el mundo es más guapo, más listo y más feliz que uno mismo sin ser cierto, abocándonos a pensar (y no sin razón) que la vida es una mierda. Puedes llegar a sentirte inferior y desgraciado, cuando en realidad lo que estás viendo es algo distorsionado.
5.- Utiliza un reloj de alarma…uno real. Mejor utilizar un despertador de verdad en vez de poner la alarma del móvil. De esta forma no tendremos la tentación de apagarla y dedicarnos seguidamente a iniciar sesión en Facebook o Instagram, o verificar si nos ha entrada algún mensaje vía Whatsapp. Incluso ganaremos algunos minutos más de sueño. Si despertamos con un reloj real, tomamos una ducha y desayunamos antes de agarrarnos al móvil, les sorprendería lo bien que pueden llegar a sentirse y el montón de cosas y tareas que podrían completar por las mañanas.
En fin, tecnología sí por supuesto, pero no olvidemos como diría algún filósofo, vivir la vida.
Es lo único que nos llevaremos a la tumba.