Domingo A. López Fernández
Cronista Oficial de la ciudad de Motril
LA COMPAÑÍA DE TEATRO PROSIGUE SU EXITOSA TRAYECTORIA TRAS MÁS DE TREINTA AÑOS DE VIDA EN LA CIUDAD
El Teatro Calderón de la Barca acogía el pasado viernes, 24 de enero, la representación de “Ángel de amor”, obra original del desaparecido artista y guionista Antonio Esteban Lirola, que era puesta en escena por la compañía “Cañadú”. En realidad se trata de un auténtico reestreno, pues por primera vez, “Ángel de amor”, se daba a conocer en la XXIX Muestra de Teatro Amateur que se celebraba en Motril durante los días 8 y 9 de junio de 2024. Ahora, como en aquel entonces, el éxito volvía a refrendar a esta conocida compañía de teatro que lleva tras de sí más de treinta años ejercitando el arte de la interpretación por los escenarios de Motril y la provincia. Un Teatro Calderón con su aforo al completo acogía la representación que tenía un fin totalmente altruista, ya que la recaudación estaba destinada a sufragar la realización del nuevo trono procesional de la imagen de Nuestra Señora de la Cabeza. La idea de ofrecer la actuación a este fin partía del empeño personal de la primera actriz, Ángeles Moreno Jiménez, camarera de la Virgen, que no dudó ni un instante en convencer a sus compañeros de reparto para brindar a los motrileños su arte escénico como medio de allegar recursos en favor de la Patrona.
El origen del libreto de “Ángel de amor” se encuentra en los diálogos y comentarios que mantiene Antonio Esteban Lirola con Ángeles Moreno. Es ésta la que le propone hacer algo con la obra de D. Juan Tenorio, pero en tono jocoso y divertido, respondiendo el director que es algo muy complicado pues significa darle toda la vuelta a una obra muy seria para que el público se pueda sonreír. La idea, sin embargo, caló en la mente del director y meses después le ofrecía a Ángeles Moreno “un regalo”, “Ángel de amor”, comedia en tres actos que trata las relaciones entre D. Juan y Dª Inés, pero con ese toque personal y humorístico que hace, por ejemplo, que Dª Inés tenga ya cuatro hijos. Y todo ello con la intención de hacer pasar al público un rato agradable y muy divertido.
Como ha quedado expresado, la idea del reestreno de “Ángel de amor” ha tenido un fin preclaro, la realización de un nuevo trono procesional para la Patrona. En su génesis, el cabildo de hermanos de la hermandad patronal aprobaba en fecha de 11 de febrero de 2023 el nuevo proyecto de trono que habrá de sustituir al que todos los años recorre triunfalmente las calles de Motril el día 15 de agosto y que fue realizado en el año de 1940. Este nuevo proyecto ha sido adjudicado al artista motrileño Álvaro Abril Vela, y se espera que los trabajos prosigan a buen ritmo y pueda ser una realidad en breves fechas.
Como ha quedado reseñado, el éxito ha vuelto a refrendar la representación teatral del grupo “Cañadú”, compañía que tras diversas etapas de vida tiene bien consolidada su trayectoria escénica. La obra “Ángel de amor” atribuyo, en su origen, el papel de D. Luis Mejía, el galán rival de D. Juan, a su director, Antonio Esteban Lirola. Asimismo, será autor del futuro cartel promocional de la obra, que presenta varias viñetas de los personajes en tono jocoso, así como el guiño a la ciudad de Motril que incluye la representación del santuario de la Virgen y la recuperación de la planta de la caña de azúcar. Por desgracia, su fallecimiento en el mes de enero de 2018 provocará la paralización de los ensayos y una nueva reestructuración de la compañía teatral.
“Ángel de amor” puede catalogarse como una comedia en tres actos y un epílogo que adapta, en versión libre, el drama romántico de “D. Juan Tenorio”, original de José Zorrilla. Antonio Esteban Lirola siempre se gustó de revestir sus diálogos con textos, figuras y elementos propiamente motrileños como en este caso puede ser la degustación de un bizcocho de la panadería “Federico” o la alusión al bar de El Ramblero, entre otros. Y, también innovar, como es el hecho de que en pleno siglo XVII, el personaje central, D. Juan, que magistralmente interpreta el motrileño José Antonio García, escribe a su amada con una máquina de escribir. El argumento sigue de lejos la obra de Zorrilla, pues trata los amores de D. Juan y Dª Inés, sobre los que giran una serie de personajes secundarios que en un cuidado castellano antiguo dejan ver las notas cómicas que suscitan las sonrisas de los espectadores. En la comedia de enredo aparece D. Mendo y también el guarda del cementerio, papeles que recaen en la persona de Manuel Briones Mingorance, D. Luis, del que se reviste Francisco Gabriel Expósito Moreno, Chuti, que lo es Viki Campoy, Brígida, que recae en Mª Ángeles Molina González, la Comendadora, madre de Dª Inés y, asimismo, María La Portuguesa, que interpreta Encarna Escañuela. Como en la obra de Zorrilla, D. Juan muere y, en el epílogo final, todos ellos, a excepción del guarda del cementerio, salen a escena en un bien logrado camposanto para rescatar las figuras que fueron y ofrecer el punto y final. En el aspecto técnico, musical, de iluminación y sonido, la obra ha sido supervisada por Pepe Acosta y, en labor de apuntadora, Reyes Esteban Fernández, que sigue la estela de su padre en el mundillo teatral.
Finalizada la representación, los actores recibieron el cálido aplauso de los espectadores que llenaban el patio de butacas y los palcos, reiterándose en varios pases el gran recibimiento que les ofreció el público. Por su parte, la primera actriz, Ángeles Moreno Jiménez, Dª Inés, volvía a ofrecer su predisposición a la hermandad patronal para allegar fondos con los que seguir costeando el trono de la Virgen. Ya sobre el escenario, el hermano mayor de la hermandad patronal, D. Miguel Ángel Gállego, hacía entrega a la compañía de un reconocimiento por su predisposición a destinar el montante de la taquilla a la realización del trono procesional de la Virgen. A partir de aquí fueron muy numerosas las felicitaciones del público asistente, que supo reconocer el arte de todo el plantel de actores para suscitar las muy numerosas notas cómicas que se vierten en sus diálogos, gestos y ademanes.
Como ha quedado expresado, el grupo “Cañadú” tiene consolidado su buen nombre en el panorama escénico local. Sus orígenes se encuentran ligados a la proliferación de grupos teatrales en la ciudad en los inicios de los años noventa, etapa en la que el entonces grupo actúa como taller de teatro bajo el nombre de “Cañadú”. Así, en enero de 1991, bajo la dirección de la actriz y escritora madrileña Marta Sánchez, el Centro Cultural de la General acogerá la obra “Lisístrata, de Aristófanes, alegato contra la guerra que tuvo muy buena crítica ya que se catalogó a los actores de auténticos profesionales. Según la crónica de Ideal, “todos los actores son alumnos de la escuela de Educación de Adultos de Motril, que hacen huecos en sus tareas habituales para mejorar su formación cultural y aún encuentran tiempo para estudiar sus papeles y entregarse con ilusión a la cansina tarea de los ensayos”. Ese mismo año, en las fiestas de agosto, “Cañadú” pone en escena la comedia de Miguel Mihura “Tres sombreros de copa”, que se representa en el Patio de los P.P. Agustinos. Toma cuerpo después el Teatro Estable de Adultos “Cañadú”. Por aquel entonces, es director de escena el técnico Rolando Salas Cabrera, creador del Aula Municipal de Teatro, que gratificará al público motrileño con obras como “Pecados”, que verá la luz en el Huerto del Capitán en el mes de julio de 1994, así como en la Casa de la Palma en el mes de agosto del mismo año. Junto a esta obra destacará, igualmente, “El Impostor”, adaptación de “El Tartufo” de Moliere, que se representa en el año 1995, o la versión de la obra “Puebla de las Mujeres” de los Hermanos Álvarez Quintero que lo hace en 1998.
En el mes de marzo de 2001, ya bajo la dirección de Antonio Esteban Lirola, “Cañadú” lleva al Centro Cultural de la General la obra “Aquellas Mujeres”, de Enrique Suárez de Deza, un bello melodrama orlado de numerosos toques de humor. En el mismo mes, “Cañadú” saldrá a escena en el mismo lugar con una versión cómica de “Romeo y Julieta” cuyo libreto ha sido adaptado por su director. La obra volverá a representarse el día 8 de junio dentro del Primer Encuentro de Teatro de Centros de Adultos de los Montes Orientales. La originalidad vendrá dada por el escenario elegido, el incomparable marco de la Cueva de las Ventanas de Piñar (Granada), espacio que su ayuntamiento recuperó para su visita y actos culturales. Tres días más tarde, “Cañadú” y su obra “Romeo y Julieta” vuelve al Teatro Calderón en una única función y como parte integrante del “Encuentro de Teatro Aficionado” que organiza el ayuntamiento de la ciudad.
“Cañadú” alcanza gran relieve en la ciudad en los inicios del mes de junio de 2002 con la representación de Yerbabuena, obra del genial poeta motrileño Gaspar Esteva Ravasa. Se trata de una comedia ambientada en el Motril de los años veinte con una acción que se desarrolla en un taller de modistillas en el que se produce un triángulo amoroso. La actividad continua con una comedia corta que homenajea a Antonio Machín en el mes de febrero de 2004 siguiendo un libreto original de Antonio Esteban Lirola. Ya casi a finalizar el año, “Cañadú” pone en escena en el Teatro Calderón “La copla que tu cantabas”, una comedia rural ambientada en los años cuarenta con igual éxito de público.
En el año de 2005, El Centro de Educación de Adultos de Motril celebra su semana cultural con una gran variedad de actos entre los que destacan proyecciones cinematográficas, charlas y dos representaciones teatrales, “La apuesta”, a cargo del grupo de teatro Mutrayil, y “Cinco Mujeres”, que lo hace a cargo de “Cañadú”. En este mismo año, pero en el mes de octubre, el entonces alcalde de la ciudad, Pedro Álvarez, inaugurará el curso del Centro de Adultos, representándose la obra “La Melodía inolvidable”, comedia original de Antonio Esteban Lirola que de nuevo es puesta en escena por “Cañadú”.
En el año 2007, el grupo de teatro destaca por la representación de dos obras que vienen a remarcar su éxito y profesionalidad. La primera de ella, “Que Romeo, y que Julieta”, se alza sobre las tablas en los inicios del mes de junio en el Teatro Calderón y es una adaptación libre del inmortal drama de William Shakespeare. En este caso, tal y como acostumbra su director, Antonio Esteban Lirola, ha adaptado el drama en clave de humor y con un relato en verso que conecta muy directamente con el público. Y, en el mes de diciembre, el Teatro Calderón de la Barca acoge la representación de la comedia de humor “Mariquita Linda”, con una espectacular acogida del público motrileño.
A estas alturas puede decirse que “Cañadú” tiene bien ganada su fama, a pesar de ser una compañía de actores aficionados ligados al Centro de Educación de Adultos de Motril. En 2008, por ejemplo, el Teatro Calderón acoge la representación de dos de sus obras, “Que Romeo, y que Julieta” y “En un rincón de embrujo”, libreto éste último que ha sido adaptado a dos actos por Esteban Lirola. En 2009 volverá a escena “Que Romeo, y que Julieta” y, en 2011, un estreno en el Calderón que constituye la gran novedad del año por su propio contenido “motrileñista”. Se trata de “El último amor de La Caramba”, que lleva a gala ser la primera vez que se sube a un escenario teatral la historia de la tonadillera motrileña. Un año después, un nuevo estreno en el Calderón vuelve a gozar de la estima y consideración del público motrileño. En esta ocasión, el 29 de noviembre, “Cañadú” escenifica la obra “Amores que van de paso”, original de Antonio Esteban Lirola, que trata en su argumento las sugerentes historias de un casanova en las playas de Marbella que siempre está dispuesto a dar rienda suelta a sus instintos carnales.
El año de 2013, tiene como novedad el reconocimiento público a la compañía de teatro “Cañadú”. La primera de ellas viene de parte del gran crítico teatral Andrés Molinari, que queda reflejada en el diario Ideal de fecha 12 de octubre de 2013 y que es escrita con motivo de la representación de “Amores que van de paso” en el Teatro Isabel la Católica de la capital granadina. Molinari hace destacar en su exposición el fin altruista de los actores, la valía de su director, Antonio Esteban Lirola, y los propios orígenes de la compañía al consignar que “Cañadú” “nació en uno de los centros de educación de adultos que se reparten por nuestra geografía; ha nacido haciendo obras de guion propio, muchas de ella escritas por su director y primer actor y ha madurado en la creencia de que el teatro es cosa fácil que se pueda hacer en la más mínima preparación. Y no es culpa suya porque dicha creencia esta extendía en todo el goce colectivo…”. La actuación de “Cañadú” en Granada puede calificarse de apoteósica. En la mente de sus componentes no cabía la idea de que un miércoles, a las 20:30 hrs de la tarde, pudiese haber público suficiente en el teatro. Pero la realidad superó todas las expectativas. A Esteban Lirola se le requirieron unas entradas una semana antes de su debut y con sorpresa, pero también con enorme satisfacción, tuvo que encajar que desde una semana antes las entradas se encontraban agotadas. El segundo reconocimiento tiene lugar en el mes de noviembre y tiene como protagonista a la Asociación del Centro Comercial Abierto de la ciudad. En esta ocasión se trata de la sexta edición de los premios “Torre de Azúcar”, que en el apartado de entidades a distinguir tuvo a bien conceder a “Cañadú” este reputado galardón que reconoce su labor y actividad sobre el escenario.
La mayor parte de las representaciones que “Cañadú” ha venido haciendo tienen un fin asistencial, pues la taquilla siempre ha estado destinada a entidades benéficas. En febrero de 2015, por ejemplo, “Cañadú” vuelve a reponer “Romeo y Julieta” en el Teatro Calderón, y cede la taquilla integra a la institución AMAT Proyecto Hombre. Otras entidades beneficiadas han sido la Asociación Parkinson, la del Cancer, residencias de ancianos y otras muchas más. El nombre de la compañía “Cañadú” cobrará asimismo enteros en los sucesivos certámenes de teatro aficionado que tienen lugar en Motril. En 2017, por ejemplo, el Calderón acoge la XXV “Muestra de Teatro Aficionado”, en la que además de la compañía “Cañadú” intervienen los grupos “Mutrayil”, “Ingenio”, “Pasaboga”, “Gabazo” y el Grupo de Teatro “Fundación Martín Recuerda”.
La muerte del director y guionista de “Cañadú”, Antonio Esteban Lirola, en el mes de enero de 2018 sume a la compañía en un pequeño impase que se ve agravado por la pandemia del Covid-19, lo que le hace prácticamente desaparecer de los escenarios. Más la vena teatral no se extingue entre sus miembros y con mucho esfuerzo y enorme dedicación y trabajo, “Cañadú” vuelve por sus fueros y sigue hoy en día mostrando el pabellón muy alto. El grupo de actores se han ganado a pulso su buen nombre con el paso de los años, ofreciendo, además, en cada una de sus representaciones el homenaje que corresponde a quien fue su director. Es más, todo el atrezo de las representaciones es obra de ellos mismos, destacando primordialmente la actriz principal, Ángeles Moreno Jiménez, que en “Ángel de amor”, por ejemplo, ha sido la artífice de las vestimentas del siglo XVII y los elementos que decoran el cementerio en su epílogo final, entre otros aspectos. Actualmente realizan sus ensayos en el Centro de Educación de Adultos los lunes, a las 18:00 hrs y el viernes a la misma hora en el Hogar del Pensionista. Persisten, pues en su labor de difundir el género teatral en la ciudad y donde corresponda con un fin altruista y con la única finalidad de hacer pasar un buen rato al público, a su público. El trabajo y la constancia lo ponen ellos para satisfacción de todos nosotros.