Tradición y emociones a flor de piel en Teatro Flamenco Granada con la Orquesta Flamenca de Sevilla

EL FARO

  • El espectáculo contó con la participación de Maui de Utrera y Ana Santisteban como artistas invitadas
  • El domingo 15 de diciembre los ciclos de espectáculos especiales finalizarán con ‘Domingos de vermut y potaje’ de la cantactriz Maui de Utrera
Tradición y emociones a flor de piel en Teatro Flamenco Granada con la Orquesta Flamenca de Sevilla (EL FARO)

Teatro Flamenco Granada acogió el domingo, 8 de diciembre, el espectáculo ‘Quejío entre cuerdas’ de la espectacular Orquesta Flamenca de Sevilla (OFS), única en el mundo, un evento que supo entrelazar la tradición y la vanguardia en un ambiente íntimo y conmovedor, dejando al público tanto local como visitante, embelesado en cada nota y palo. Esta cita, que se enmarca en los ciclos especiales de diciembre del teatro, tuvo como protagonistas a la orquesta, dirigida magistralmente por la violinista María de Gracia del Saz, junto a dos invitadas de lujo: la cantactriz Maui de Utrera, que derrochó carisma y frescura, y la guitarrista Ana Santisteban, cuya sensibilidad y virtuosismo emocionaron a los presentes. Los ciclos, que complementan la programación habitual de ‘Sensaciones’, culminarán el próximo fin de semana con ‘Domingos de vermut y potaje’ de Maui de Utrera.

Desde las primeras notas, quedó claro que ‘Quejío entre cuerdas’ no era un espectáculo más. Con un repertorio que rindió homenaje a figuras como Pepe Marchena y Paco de Lucía, la OFS llevó al público a un viaje musical cargado de bulerías, fandangos y emociones profundas. Los instrumentos de cuerda añadieron una dimensión emocional única, fusionándose con los sonidos tradicionales del flamenco para crear algo verdaderamente innovador. Cada interpretación lograba arrancar aplausos espontáneos los asistentes.

Completaron la propuesta, la actuación de Ana Santisteban, uno de los momentos más destacados de la tarde. Su capacidad para mezclar la tradición flamenca con matices contemporáneos dejó una emoción única en escenario. Por su parte, Maui de Utrera, con su estilo único como violonchelista flamenca, añadió un toque de frescura e innovación al espectáculo. La química entre los artistas en escena era palpable, haciendo que cada interpretación se sintiera como un diálogo íntimo entre ellos y el público.

Sin duda, la actuación de la Orquesta Flamenca de Sevilla dejó claro que el flamenco sigue siendo un arte vivo, capaz de reinventarse sin perder su esencia. Una noche que, para los afortunados asistentes, quedará grabada como una de esas experiencias que solo pueden vivirse en Granada, bajo el embrujo de su historia y su arte.

Así, Teatro Flamenco Granada, con su emblemático espacio inspirado en un patio andaluz, se mostró como el escenario ideal para compartir lo que el flamenco, en cualquiera de sus expresiones puede ofrecer. Su ambiente cálido y cercano potenció la experiencia, creando una atmósfera donde la conexión entre artistas y espectadores fue total. Bajo la Alhambra, en pleno corazón de la ciudad, este lugar sigue consolidándose como un referente para el arte flamenco, combinando tradición y modernidad en cada detalle.

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