Antonio Gómez Romera
Domingo, 15 de septiembre de 2024
EN EL CV ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL GENIAL CICLISTA ITALIANO FAUSTO COPPI
Tal día como hoy, domingo, 15 de septiembre, festividad de Santa Catalina Fieschi de Génova (1447 – 1510, patrona de su ciudad y de los Hospitales de Italia, en la trigésimo séptima semana de 2024, se cumplen 105 años (lunes, 1919) del nacimiento en Castellania, en las colinas de Tortona, provincia de Alessandria y región de Piamonte, del ciclista italiano Fausto Coppi, conocido popularmente como “Il Campionissimo” y “l’Airone” (“La Garza”), apodado así por sus largas piernas y el perfil ganchudo de su nariz. Castellanía, su pueblo natal, fue renombrado en su honor el 25 de marzo de 2019 por el Consejo Regional de Piamonte, como Castellanía Coppi.
Coppi está considerado como uno de los más grandes ciclistas de todos los tiempos. Pentacampeón del Giro de Italia, en 1949 se proclama campeón del Giro de Italia y del Tour de Francia, convirtiéndose en el primero de los pocos corredores de la historia en conseguirlo. En su vida en activo gana 122 carreras, luciendo la “maglia rosa” 31 días y el “maillot amarillo”, 19. Gianni Mura (1945 – 2020), uno de los grandes periodistas deportivos de la historia, dijo de Coppi que era el mito perfecto, porque es la suma de muchos. El mito total, libre de cualquier ambigüedad, porque su influencia en la estética, en el organigrama, en el entrenamiento y en el glamour de la competición hacen que haya un antes de Coppi y un después de Coppi en la historia del ciclismo.
Breves Notas Biográficas
Fausto Coppi es el cuarto hijo de Domenico Coppi y de Angiolina Boveri. Según su madre, “Fausto no lloró cuando nació. Era todo ojos y me miró, fijamente. Nació en la tarde. Su padre estaba atrasado en la cosecha porque era septiembre. Hacía mucho calor y pensé que cuando una mujer da a luz, sufre, sí, pero mientras tanto descansa porque al menos puede quedarse en la cama. Mandaron llamar a mis tíos y a mi Domenico, que había tardado más en llegar porque arrastraba un poco la pierna. Había regresado de la guerra con un agujero en la rodilla, pero había regresado. Domenico miró al niño y dijo, es pequeño. No pesaba ni dos kilos. El nombre fue elegido por su padre: Angelo Fausto. Luego cuando creció decían que se parecía a mí, porque era feo, tiene la nariz del Boveri, no del Coppi”.
De familia humilde, consigue su primera bicicleta con 8 años y la utiliza para trabajar como repartidor en la charcutería del señor Merlano, en la población vecina de Novi Ligure, situada a casi 17 kilómetros de distancia. Desde temprana edad, Fausto muestra un gran talento para la bicicleta y participa en competiciones locales. Por sus excepcionales características físicas, comienza a destacar en carreras amateur en la década de 1930, demostrando una habilidad innata para la escalada y la contrarreloj. Su estilo elegante y su capacidad para mantener altas velocidades en terrenos montañosos lo distinguen como un corredor único, con un potencial extraordinario para llegar a la élite del ciclismo mundial.
En 1937 conoce a su descubridor, el atleta, director deportivo y masajista ciego, Biagio Cavanna (1893 – 1961) que, con un bastón y unas gafas de sol, ve el ciclismo a través de sus manos. Es conocida su reputación de “chamán” en toda la región de Novi Ligure: las jóvenes promesas del pedal van a su casa a que les toque las piernas, el cuello, la espalda, a que les tome el pulso y dictamine, con precisión sobrenatural, si el chico vale para el ciclismo profesional. Dicen que solo acepta a pobres, a campesinos, a albañiles, a gente humilde con hambre para triunfar en las carreteras. Constante Girardengo (1893 – 1978), el ciclista de los años veinte, refrenda este molde.
Fausto, delgado como un mondadientes, moreno, enclenque y de ojos saltones, se presenta ante Cavanna hecho un manojo de nervios. Después de reconocerle, el invidente le lleva aparte: «Tus pulmones, tu corazón y tus músculos dicen que puedes ser un gran campeón. Créeme, no me equivoco. ¿Harás todo lo que te diga?». Coppi asintió.
En 1939, pasa a profesional, donde gana seis carreras esa misma temporada. Pero sus primeras exhibiciones datan de 1940, cuando Eberardo Pavesi (1883 – 1974) le ficha como gregario de Gino Bartali (1914 – 2000), que ya ha ganado los Giros de 1936 y 37 y el Tour 38, en el seno del equipo Legnano. Fausto tiene 20 años y cumple el servicio militar, pero disputa el Giro y su determinación y destreza en la montaña le permiten imponerse ante corredores más experimentados y gana en Milán, el 9 de junio, un día antes de que Italia entre “oficialmente” en guerra. Esta victoria le convierte en el corredor más joven que se hace con el triunfo absoluto en el Giro de Italia: con 20 años, 8 meses y 25 días, un récord todavía imbatido. Además en 1940 y 1941, se proclama campeón italiano en la especialidad de persecución.
El 7 de noviembre de 1942, establece el récord de la hora en el velódromo Vigorelli de Milán, dejando la nueva marca en 45,871 km, un récord que resiste casi 14 años hasta la plusmarca de Jacques Anquetil (1934 – 1987) el 29 de junio de 1956, en el mismo velódromo: 46,159 km.
En 1943, declarada la guerra, el cabo Coppi es destinado a Túnez con el 38° Regimiento de Infantería de la “Divisione Ravenna”. Tropas británicas lo apresan en Argelia, en Capo Bon, el 13 abril 1943 y será puesto en libertad el 1 de febrero de 1945.
Fausto está casado (22 de noviembre de 1945, en Sestri Ponente). Su mujer es una joven profesora llamada Bruna Ciampolini (1922 – 1979), con la que tiene una hija, Marina, nacida el 11 noviembre 1947. Bruna era «la guapa del pueblo», en palabras del también ciclista Nino Defilippis (1932 – 2010), era discreta, respetada, silenciosa, modesta y poco amiga de las fotos.
En 1945, corre alguna carrera con la sección ciclista de la “Società Sportiva Lazio”. En 1946, ficha con el equipo Bianchi, al que va a estar ligado durante una década.Gana su primera Milán – San Remo con una épica fuga que empieza en el Paso delTurchino y que acaba con 14 minutos de ventaja sobre el segundo clasificado. Nicolò Carosio (1907 – 1984) narra en la radio: «Primer clasificado, Fausto Coppi, en espera del segundo transmitimos música de baile». Ese año también gana tres etapas del Giro, aunque la general se la lleva Bartali, el GranPremio de las Naciones, el Circuito de Lugano y el Giro de Lombardía.
En 1947, siete años después del primero, gana su segundo Giro de Italia. En el verano de 1948, Fausto aún pugna por el liderazgo del ciclismo italiano con su compatriota Gino Bartali, “Il Vecchio”, reciente amarillo en París. En 1949, llega la definitiva consagración internacional de Fausto. Primero gana la Vuelta San Remo – Lombardía y en la 32 edición del Giro, celebrada entre el 21 de mayo y el 12 de junio, que también se adjudica y es su tercer Giro, firma una de sus hazañas más célebres: 192 kilómetros en solitario en la etapa entre Cuneo y Pinerolo. ‘Fostó’, como así le llamarían luego los franceses, entró en la leyenda tras atacar en La Madeleine el primer puerto de la jornada, y marcharse en solitario. Tras coronar destacado, y bajo un tiempo de perros, los puertos de Vars, Izoard y Montgenevre, se presentó en la cima de Sestriere con 11:52 sobre Gino Bartali, su gran rival, y con más de 20 sobre Adolfo Leoni (1917 – 1970), que aquel día llevó la maglia rosa por última vez. El famoso periodista Silvio Mario Ferretti Alvisi (1917 – 1977) dice en su crónica una frase que entra en la Historia del Ciclismo: «Un uomo solo al comando. La sua maglia è biancoceleste, il suo nome Fausto Coppi».
Acude por primera vez al Tour de Francia en su 36 edición, celebrada entre el 30 de junio y el 24 de julio. Fausto empieza muy mal, perdiendo más de media hora en la primera etapa de París – Reims, de 182 kilómetros. Pero remonta y recupera tiempo, dominando las dos etapas contra el reloj e imponiéndose en la etapa entre Briançon y Aosta. Consigue la victoria en la general siendo el primer hombre que consigue ganar Giro y Tour en el mismo año: en Francia nace el mito de «Fostò».
En 1950 tiene un inicio espectacular, venciendo en la París – Roubaix y la Flecha Valona. Pero la suerte le da la espalda en el Giro; en la etapa entre Vicenza y Bolzano, un corredor que va por delante hace caer a Fausto, que se fractura tres costillas y tiene que abandonar dando por concluida la temporada.
En 1951, las cosas no mejoran para Fausto ya que su hermano pequeño Serse (1923 – 1951), al que Fausto adora, muere en el Giro del Piamonte a causa de una caída. Sucede en el último kilómetro. Serse cruzó en bicicleta la línea de meta y también en bicicleta se trasladó hasta el hotel, donde empezó a sentirse mal. Poco después falleció de un edema. La muerte de su hermano afecta tanto a Fausto que hace un discreto Giro. Y en el Tour, sufre una crisis nerviosa y sólo gana la etapa alpina entre Gap y Briançon.
En 1952, Fausto reconoce públicamente su agnosticismo y esas declaraciones a la prensa levantan ampollas en una sociedad italiana que se polariza: unos aficionados se declaran seguidores de Coppi (agnóstico), y otros de Bartali (católico convencido). Polémicas aparte, 1952 es un año excepcional para Fausto. Gana tres etapas del Giro de
Italia, cinco en el Tour, una de ellas, la primera llegada al Alpe d’Huez y, desde entonces, la ronda francesa dedicó una cima a Coppi, y llega con el maillot amarillo a París. Pese a todo lo conseguido, a Fausto aún le falta el maillot arcoíris de Campeón del Mundo. No lo consigue hasta 1953, a la edad de 34 años, en el principio del fin de su carrera. Fausto entra en la meta de Lugano completamente acalambrado tras una escapada de casi 100 kilómetros. Ese mismo año consigue su quinto Giro de Italia: en la etapa Bolzano – Bormio, se afronta la subida al célebre Stelvio (2.758 m.s.n.m.). Es líder el suizo Hugo Koblet (1925 – 1964), joven y gran estrella de la nueva generación. Segundo en la Clasificación General es Fausto, a 1’59”. En las primeras rampas del Stelvio, Fausto ataca, con valentía y convicción. El gran pelotón se rompe en mil pedazos y Koblet cede ante Fabio que parece volar sobre el asfalto. En la cinta de la meta, las multitudes aclaman con gran entusiasmo a Fausto, mientras que Koblet llega casi cuatro minutos después. Pero durante esa competición, se convierte en el centro de la crónica rosa por un escándalo monumental, tener una relación extraconyugal con Giulia Occhini (1922 – 1993), conocida como “La Dama Blanca”, mujer del rico doctor varesino Enrico Locatelli, apasionado seguidor de Coppi, con quien tiene dos hijos, Maurizio y Loretta,“Lolli”.
Fausto y Giulia inician una larga historia de amor, que el Papa Pio XII (1876 – 1958) condena abiertamente. Fausto y Bruna se separan de mutuo acuerdo en 1954, mientras que Enrico denuncia a Giulia por adulterio, delito vigente en Italia hasta 1963. Resultado: Giulia ingresa en la prisión de Alesandría, donde permanece 4 días, y a Fausto se le retira el pasaporte. En marzo de 1955 son juzgados, Fausto condenado a 2 meses por abandono del hogar y Giulia, que está embarazada, a 3 meses de residencia forzosa en Ancona, con una tía. Ambas penas son suspendidas condicionalmente, pero “la Dama Blanca” sufre una dura persecución y su nombre es calumniado en la prensa italiana. Tras muchas dificultades, la pareja se casa en México, matrimonio que nunca fue reconocido en Italia, y su hijo, Angelo Fausto Coppi “Faustino”, nace en Buenos Aires (Argentina), en 1955.
En 1954 gana una de sus últimas grandes carreras, el Giro de Lombardía. Alejandro (Federico) Martín Bahamontes, el ‘Águila’ de Toledo (1928 – 2023) corre para Coppi. Según refiere, «Fausto fue mi jefe en 1959, el año que gané el Tour. Fue él quien, tras fichar con su equipo, el Tricofilina-Coppi, me dijo que me olvidara de luchar por el premio de la montaña y me dedicara a la general, porque podía ganar en Francia. ¡Qué razón tenía! (…) Aunque los equipos Kas y Ferrys se presentaron en mi casa con medio ‘kilo’ de los de entonces en la mano para que me fuera con ellos, preferí hacerlo con Coppi por menos dinero para que no se cabreara ninguno de ellos, ya que si fichaba por Kas, se enfadaba Ferrys, y al revés. Así que fiché con el Tricofilina, una marca de brillantina que patrocinaba a Coppi y que aquel año le sirvió para que corriese algunas carreras y criteriums». Bahamontes sólo tiene buenas palabras hacia el ‘Campionissimo’: «Coppi era mi ídolo, un fuera de serie. En Italia, los ‘tifosi’ besaban la carretera por donde pasaba. Era como El Cordobés en España o como yo cuando gané el Tour, porque el país se paralizaba para verme correr. Para mí, ha sido el mejor corredor de la historia, aunque también Gino Bartali podía haber sido tan bueno o mejor si no le hubiera pillado la Guerra por medio. Cavanna, su masajista ciego, la Dama Blanca, una gran señora, y sus gregarios, de entre los que yo destacaría a Michele Gismondi -no confundir con Felice-, que aun corriendo con Italia me ayudó a ganar el Tour del 59 por indicación de Fausto, fueron personajes muy distinguidos en la época. Y es que, además de muy inteligente, Coppi siempre estuvo rodeado de un gran equipo».
El campeón participó en 1958 en la prueba de los Seis Días en el Luna Park.
Colofón
Fausto Coppi muere a consecuencia de la malaria que contrae en un viaje a África. Había recibido una invitación para disputar una carrera en el Alto Volta, hoy, Burkina Faso, y decidió que podía ser una bonita ocasión de entregarse a uno de sus placeres: la caza. Viajó el 10 de diciembre de 1959 en compañía de Raphael Geminiani (1925 – 2024), Roger Rivière (1936 – 1976), Henri Anglade (1933 – 2022), Roger Hassenforder (1930 – 2021) y Jacques Anquetil (1934 – 1987), que disputaron tres días más tarde la carrera, apenas 70 km en los que el joven Anquetil se impuso a Coppi al sprint. Al día siguiente, en un avión privado, partieron para Fada N’gourma, donde iban a realizar un safari. Fausto se negó a tomar quinina. Tras el safari, Coppi se siente cansado, hasta que la fiebre hace que no pueda levantarse de la cama (27 diciembre). Los médicos le tratan como una simple gripe, después como una pulmonía: le administran cortisona y entra en coma, por lo que deciden que padece una enfermedad desconocida y el doctor Aminta Fieschi (1904 – 1991), director del Instituto de Patología Médica Especial de Génova, aconseja su hospitalización. Mientras Fausto ingresa en el Hospital de Tortona de Clermont – Ferrand, en Francia, entra también Raphaël Geminiani, compañero de habitación de Coppi durante aquellos 16 días, con los mismos síntomas. Geminiani tiene más suerte, porque un especialista en enfermedades tropicales, el doctor Brugière, está de paso y aconseja que se envíe una muestra de su sangre al Instituto Pasteur de París. Diagnostican el caso como malaria y, convenientemente medicado, Geminiani se salva.
A las 8.45 de la mañana del 2 de enero de 1960, sólo unos días después de su ingreso, Coppi muere en una cama del Hospital de Tortona. Tiene 40 años recién cumplidos. Italia llora su pérdida, pero el ‘Campionissimo’ se convierte en un mito. Bartali, Jacques Anquetil y otros compañeros del ciclismo, acompañados de una multitud de más de 50.000 personas lo enterraron subiendo por el barro a Castellania, su pueblo natal, de 86 habitantes. «Para salvarlo –se lamentó Sandro Carrea (1924 – 2013), uno de sus gregarios más fieles– habría bastado un tubito de quinina».
Bahamontes sintió su pérdida. «Yo también estaba invitado a aquella carrera, y posterior cacería, en África. Pero renuncié porque, a los 16 años, ya había pasado unas fiebres tifoideas que me tuvieron, entre delirios, al borde de la muerte. Me decían que lo íbamos a pasar bien cazando, pero en las fincas de Toledo ya había suficiente caza y no tenía ninguna necesidad de ir a África. De hecho, durante el invierno de 1958, Coppi y Geminiani estuvieron en Toledo cazando. Nunca lo habían hecho con galgos y aquí pudieron hacerlo. Sentí mucho la muerte de Fausto, porque nos habíamos cogido un gran aprecio. Creo que me quería mucho porque yo nunca le había defraudado».
El “Museo dei Campionissimi”de Novi Ligure (Viale dei Campionissimi, 2), inaugurado en el año 2003, sigue considerándose el mayor Museo del Ciclismo de Europa. Ocupa una superficie de 3.000 m2, un antiguo almacén industrial de principios del siglo XX en pleno centro de la ciudad. La exposición permanente recorre la historia de la bicicleta, desde el primer prototipo diseñado por Leonardo da Vinci hasta los modelos más modernos. Verás de cerca los 40 ejemplares que ocupan la «pista» central, mientras que a ambos lados del vestíbulo se abren salas dedicadas a la historia del Giro de Italia y exposiciones temporales.
Del recuerdo de Giulia Occhinise ocupa la marca de bicicletas Bianchi, con un precioso modelo para mujeres llamado “Dama Bianca».
Datos personales, profesionales y su Palmarés de Victorias:
-Altura y peso: 1,78 m / 76 Kg. Capacidad pulmonar: 7’5 litros. Latidos del corazón en reposo: 34 latidos por minuto.
-Profesional de 1940 a 1959. Equipos: Legnano (1940), Bianchi (1941 y 1942, 1945 a 1955), Carpano – Coppi (1956 y 1957) y, otra vez, Bianchi y Tricofilina (1958 y 1959).
● Giro de Italia (5: 1940, 1947, 1949, 1952 y 1953).
● Tour de Francia (2: 1949 y 1952).
● Campeón del Mundo de fondo (1: 1953, Lugano).
● Campeón del Mundo de persecución (2: 1947 y 1949).
● Campeón de Italia de fondo (4: 1942, 1947, 1949 y 1955).
● Campeón de Italia de persecución (5: 1940, 1941, 1942, 1947 y 1948).
● Milán-San Remo (3: 1946, 1948 y 1949).
● Giro de Lombardía (5: 1946, 1947, 1948, 1949 y 1954).
● París-Roubaix (1: 1950).
● Flecha Valona (1: 1950).
● Gran Premio Naciones (2: 1946 y 1947).
● Trofeo Baracchi (4: 1953, 1954, 1955 y 1957).
● Atleta mundial: 1953.
● Récord de la hora: 45,798 km el 7 de noviembre de 1942.
● 31 días de maglia rosa en el Giro, 22 etapas del Giro, 19 días de maillot amarillo en el Tour, 9 etapas del Tour. 154 victorias en total como profesional, incluyendo critériums.