Manuel Domínguez García
-Cronista Oficial de la ciudad de Motril-
LA ESPARRAGUERA. UN BARRIO MOTRILEÑO A MEDIADOS DEL SIGLO XVIII
El barrio de la Esparraguera toma el nombre de la ladera donde está situado, entre las ramblas de la Palma al oeste y la rambla de las Monjas al este. El topónimo debe tener relación a que en este sitio se debían encontrar gran cantidad de espárragos. Originariamente se debió como la zona de la Esparraguera toda la extensión de la ladera hasta llegar a la calle San Francisco. Pero al abrirse la calle Camino de las Cañas a fines del siglo XVI o principios del XVII, quedó dividida entre Esparraguera Alta y Baja, siendo al final la zona de la Esparraguera Alta la que ha acogido al barrio que hoy conocemos por tal nombre. Es uno de los barrios más populares y conocidos de nuestra ciudad y seguramente se comenzó a poblar con cierta regularidad durante el siglo XVII, primeramente en la zona de la calle Esparraguera y Portugueses, extendiéndose poco tiempo después a través de la calle Junco hacia la zona del Cenicero de la Palma y la rambla de la Palma o de los Carniceros, hoy calle Manuel Peña, y ocupando durante la primera mitad del siglo XVIII una parte importante la extensión de terreno existente entre la rambla de las Monjas y la Rambla de la Palma, teniendo su límite por el sur en el Camino de las Cañas y por el norte los ejidos de las Angustias, de los Higuerales y cerro de D. Cristóbal , hasta el antiguo camino de Ronda.
No he encontrado ningún dato sobre la existencia de la Esparraguera hasta 1648 cuando el regidor Alonso de Chaves dice, en su testamento, que tiene su casa en la “calle de las Cargas de Cañas frente al sito de la Esparraguera”. Debió empezar a ser poblada por esas fechas de mediados del siglo XVII.
La zona estaba relativamente poblada en la segunda mitad del siglo XVIII y ya bien caracterizada como barrio motrileño. El relieve en pendiente y entre ramblas de la Esparraguera va a establecer un característico desarrollo de la zona urbana. Las calles perpendiculares al Camino de las Cañas son relativamente rectas porque el terreno lo permite al seguir el curso de las ramblas y son estrechas porque son el resultado de máximo aprovechamiento de los solares edificables en un terreno bastante hostil.
La estructura urbana de Motril a mediados del siglo XVIII responde a un modelo tradicional y muestra una distribución espacial bastante marcada de las diferencias económicas y sociales, propias de una sociedad muy desequilibrada con grandes desigualdades de rentas y condiciones de vida. Para saber la historia de este barrio usamos el Catastro de Ensenada realizado en un momento determinado como fue 1752, año en el que conocemos una relación bastante pormenorizada de los vecinos y sus familias con ocasión de la realización del censo para el establecimiento de la Única Contribución, es verdad que con errores, falta de datos y ocultaciones, pero suficiente para aproximarnos a las vidas de los motrileños que en esa época vivían en este característico barrio motrileño.
De este a oeste el barrio está conformado en 1752 por las calles Rambla de las Monjas, Esparraguera-Parra, Portugueses, calle que baja hacia el Camino de las Cañas, calle que sube hacia la Esparraguera, Junco, Barranco y Cenicero de la Palma y Rambla y Cercado de la Palma. Con los datos que ofrece el Catastro tenemos en total en el barrio de 139 casas ocupando una superficie aproximada de 16.000 m2.
En la pregunta 22 del Interrogatorio General del Catastro, se responde por los declarantes que Motril tenía 1.600 casas, 60 arruinadas y hechas solares, 12 inhabitables y 19 casas de campo. En cambio en las respuestas particulares se recogen un total de 1.882 casas, ya que aquí si se reúnen con un sentido fiscal todos aquellos edificios que podían dar alguna renta; es posible por lo tanto, estudiando pormenorizadamente las respuestas particulares de los vecinos, que podamos afirmar que la ciudad en 1752 tenía 1.699 edificios de viviendas particulares, aunque algunos de ellos fuesen cocheras, ruinas, solares o sitios inhabitables y, además, otros 92 edificios considerados en el Catastro como industriales. Esto supone que el barrio de la Esparraguera se concentraba solamente el 8% de las casas particulares de la ciudad, no estaba aún muy urbanizado y debía tener muchos terrenos sin construir. Según el Catastro, todos los edificios motrileños sujetos a contribución ocupaban una superficie aproximada de unos 220.00 metros cuadrados, la Esparraguera ocuparía también casi el 8 % de esa superficie. Tampoco sería muy extenso el barrio, quedaría una considerable superficie de espacios abiertos y ejidos sin cultivar y sin construir.
Por calles, el número de casas y la superficie que ocupaban sería el siguiente, teniendo en cuenta que el cálculo de la superficie ocupada por cada edificio solo puede ser aproximado ya que los registros en 1752 recogen las medidas, de fachada y de fondo expresadas en varas y redondeando posibles medidas marginales.
En la calle Rambla de las Monjas solamente había 3 casas que ocupaban una superficie de unos 304 metros cuadrados.
El mayor número de casas estaba en la calle Esparraguera y su continuación por arriba, conocida en esta época como calle Parra. En esta calle había un total de 55 casas, ocupando una superficie de 5.843 m2.
En la Calle Portugueses había 31 casas, usando una superficie total de 5.056 m2.
En la calleja a espaldas de la Calle Portugueses, solo había una casa con 63 m2.
10 casas había en la calle Junco, la suma de las superficies de todas alcanzaba los 1.293 metros cuadrados.
En la calle que, desde el Camino de las Cañas, subía a la Esparraguera había construidas 7 casas que ocupaban 637 m2.
La calle que desde la Esparraguera bajaba al Camino de las Cañas, tenía 6 casas ocupando 832 m2.
En la calle Cenicero de la Palma y el barranco había una total de 22 casas, que sumaban una superficie total construida de 2.148 metros cuadrados.
Por último, en la Rambla y Cercado de la Palma estaban construidas 4 casas, con una superficie total de 625 m2.
En cuanto al tamaño de las casas, las medidas de fachada y fondo que nos da el Catastro nos haría pensar que se tratarían de edificios rectangulares pero sabemos perfectamente que los planos de las viviendas de esa época son muy irregulares, debido a las divisiones, herencias, ventas, etc. La disparidad entre las superficies de las viviendas es muy grande. Nos encontramos algunas casas de 20 o 34 m2 en la calle Esparraguera y otras que superan los 400 m2 en la calle Portugueses, aunque la media de la superficie de las viviendas en el barrio se encuentra en 126 metros cuadrados. La superficie media de las casas en cada una de las calles es en metros cuadrados:
- Rambla de las Monjas: 101 m
- Calle Esparraguera-Parra: 115 m.
- Calle Portugueses: 163 m
- Calleja espaldas Portugueses: 63 m
- Calle Junco: 129 m
- Calle que sube a Esparraguera: 91 m
- Calle que baja Esparraguera: 139 m
- Cenicero de la Palma: 113 m
- Rambla y Cercado Palma: 208 m
El esquema arquitectónico de estas casas generalmente de pequeñas dimensiones y escuetos volúmenes es muy sencillo y austero. La proporción entre el frente y fondo de las casas es de 35,73% correspondiente al frente y 64,24% al fondo; esto nos daría barrio de casas, como decíamos, con plantas bastante irregulares, de calles realmente estrechas y relativamente sinuosas, fachadas de poca o escasa extensión y fondos más profundos que seguramente se solaparían entre ellos; es decir, un típico urbanismo que surgió ciertamente de forma muy espontánea y sin ningún tipo de planificación por parte del Concejo Municipal.
Estas casas, con una gran variedad de tipos y calidades, están dedicadas en su gran mayoría a vivienda y serían la mayor parte de una sola planta, aunque hay algunas con dos. Tendrían pocas habitaciones, casi todas tenían corral en la parte posterior de la vivienda, muchas veces más grande que la parte construida.. El barrio presenta una densidad de ocupación baja con una media de 2,8 personas por casa.
“Yo Salvador Martín, vecino de esta ciudad y trabaxador del campo (…), vivo en una casa de mi propiedad en la calle de la Esparraguera que se compone de dos quartos vajos y un corral”
“Yo Francisco de Castillo, vecino de esta ciudad y trabaxador del campo (…), tengo una casa en que vivo en la Esparraguera calle de la Parra con un quarto vaxo y corral”
“Yo Diego Palacios, vecino de esta ciudad, trabajador del campo (…), tengo la tercia parte de una casa propia en que vivo en la Esparraguera, calle que llaman de los Portugueses, que se compone de dos quartos y corral el todo de dicha casa”
Casi todos los propietarios de las casas del barrio de la Esparraguera pertenecen a las clases más humildes de la ciudad que en su mayor parte viven en ellas o las tienen arrendadas a vecinos de su misma clase social. De las 139 casas que tiene el barrio, 71 son habitadas por sus propietarios, 54 estaban arrendadas, 8 casas en ruinas y 6 vacías. Por calles:
– Calles Esparraguera-Parra:
– 29 vecinos propietarios viven en sus casas
– 18 vecinos viven en casas alquiladas
– 4 casas arruinadas
– 4 casas vacías
– Calle Portugueses:
– 15 vecinos propietarios viven en sus casas
– 12 vecinos viven en casas alquiladas
– 3 casas arruinadas
– 1 casa vacía
– Cenicero de la Palma:
– 11 vecinos propietarios viven en sus casas
– 10 vecinos viven en casas alquiladas
– 1 casas arruinada
– Calle Junco:
– 5 vecinos propietarios viven en sus casas
– 4 vecinos viven en casas alquiladas
– 1 casa vacía
– Rambla de las Monjas:
– 2 vecinos propietarios viven en sus casas
– 1 vecino vive en casa alquilada
– Calle que sube a las Esparraguera:
– 4 vecinos propietarios viven en sus casas
– 3 vecinos viven en casas alquiladas
– Calle que baja de la Esparraguera:
– 3 vecinos propietarios viven en sus casas
– 3 vecinos viene en casas alquiladas
– Rambla de la Palma:
– 1 vecino propietario vive en su casa
– 3 vecinos viven en casas alquiladas
– Calles espaldas de Portugueses:
– 1 vecino propietario vive en su casa
119 casas pertenecían el estamento popular y solamente 20 al estamento eclesiástico. Curiosamente los ocho nobles que tenían propiedades urbanas en Motril, 65 casas en total, no tenían ninguna en este barrio en 1752. Eso debió deberse que era un barrio de reciente creación y a que los valores urbanos no debieron suscitar el interés de los más poderosos.
Las propiedades urbanas del estamento eclesiástico en la Esparraguera eran las siguientes:
- El vicario de Motril, Francisco Barbosa poseía una casa en el Cenicero que estaba arruinada, con una extensión de 252 m2
- Alfonso García de Quevedo, presbítero motrileño, una casa de 269 m2 en la calle que bajaba de la Esparraguera hacia el Camino de la Cañas. La tenía arrendada en 120 reales anuales.
- El capellán Simón Zorrilla, tenía una casa de 115 m2 en la calle Junco. Arrendada en 72 reales.
- Juan Buente, presbítero, tenía dos casas en el barrio. Una en la calle Portugueses de 319 m2, alquilada en 160 reales y otra de 60 m2 en la calle Esparraguera, por la que le pagaban un alquiler de 60 rls.
- El clérigo de menores Joseph Molina, poseía tres casas en la calle Portugueses. La más grande tenía 202 m2, arrendada en 60 rls., otra de 161 m2, arrendada en otros 60 rls y la última de 101 m2 arruinada.
- Pablo de Pineda, capellán de la Iglesia Mayor, tres casas de su propiedad en la Rambla de la Palma de 272 m2, 235 m2 y 118 m2. Las tenía arrendadas y percibía anualmente por ellas 336 rls.
- La Iglesia Mayor, una casa de 60 m2 en la calle Esparraguera, alquilada en 36 rls.
- Las Hermandad de la Benditas Ánimas de Motril, una casa de 437 m2 en la calle Portugueses. Arruinada
- El convento de la Victoria de Motril, cuatro casas en el barrio. Una de 470 m2 en la calle Portugueses arruinada, dos en la calle Esparraguera una arrendada de 284 m2 en 120 rls y otra de 34 m2 arruinada. En el Cenicero tenía una casa de 92 m2 arrendada en 72 rls.
- El capellán granadino Antonio Segura, tenía dos casas en el Cenicero, las dos de 102 m2 y percibía rentas de ellas por valor de 132 rls anuales.
- El Colegio de San Pablo de la Compañía de Jesús de Granada, una casa en calle de los Portugueses con 185 m2, arrendada en 60 rls.
Las valoraciones de las rentas de las casas no son las mismas en las declaraciones juradas de los vecinos que lo que después aparece en el Catastro, hay disparidad de valoraciones Por ejemplo, María Gómez, viuda, que tenía una casa en la Rambla de las Monjas dice en su declaración jurada que la casa puede ser alquilada en 10 reales mensuales, al año 120 reales. El Catastro le da un valor solo de 80 rls.
La renta media que se pagaba por una casa de superficie media de 126 m2 en el barrio, estaba en relación lógicamente al estado de la casa y a la calle donde se encontraba y era entre los 60 y 70 reales, mientras que en una calle de centro de Motril, como era la calle Zapateros, se pagaba una media de 120 reales por una casa de parecidas dimensiones.
Pedro Sánchez Escamilla, maestro de herrador, tenía una casa de 55 metros cuadrados en el Cenicero de la Palma, la tenía arrendada al jornalero Juan Sánchez que pagaba de renta 48 reales. En la calle Portugueses el jornalero de la ciudad Antonio Peñalver tenía una casa de 96 m2, arrendada al jornalero del campo Vicente Hernández que pagaba 60 reales. El jornalero del campo Manuel Díaz tenía una casa donde vivía en la calle Junco, la extensión era de 352 m2 y solo se le valoraba con una renta de 84 reales, lo que nos hace pensar que la casa no debía encontrarse en muy buen estado.
En 1752, año en el que conocemos una relación pormenorizada de los vecinos y sus familias de Motril con ocasión de la realización del censo para el Catastro de marqués de la Ensenada que da la cifra de 2.047 vecinos y una población total de 7.364 habitantes, incluidos seglares y clérigos y los 12 vecinos de la alquería de Pataura.
Con los referencias que nos aporta el Catastro, que yo considero en parte incompletos o mal recogidos, el barrio de la Esparraguera tiene en ese año del siglo XVIII 125 vecinos que lo habitan, y la población total con los datos que disponemos de 343 habitantes, aunque es posible que haya diferencia entre población censada y población real y que esta última supere las 400 personas. La Esparraguera con los datos del censo, tendría el 6,2% de los vecinos y 4,7% de la población total de Motril, es decir que no sería un barrio muy poblado todavía.
De la cifra de 343 habitantes que disponemos, 189 serían hombres y 154 mujeres. En los hombres del barrio, el mayor número estarían entre las edades de 3 y 30 años con 108 hombres; entre 31 y 50 había 45 y mayores de 50, 13 hombres. Hombres menores de 3 años: 23.
En el caso de las mujeres entre 3-30 años hay 70, entre 31 y 50 años 41 mujeres y con más de 50 años: 10. Mujeres menores de 3 años: 33.
La mayor parte de las familias estaban constituidas por 2 o 3 miembros, aunque también las hay en menor número entre 4 y 5 miembros. La gran mayoría son matrimonios, hay 3 vecinos solteros, 8 viudos y 15 viudas; relativamente jóvenes entre 20 y 40 años. Matrimonios mayores de 50 años solo hay 6. La citada edad media nos puede indicar matrimonios tardíos, sobre los 20 años para las mujeres y 23 para los hombres, y por lo tanto bastante dependencia de los hijos con respecto de las familias hasta una elevada edad. Las edades de los dos miembros del matrimonio suelen ser parecidas estado la diferencia mayor a favor del hombre, pero es curioso que en algunos casos de los matrimonios, la edad de la mujer sea superior a la del hombre. Es posible que se trate de segundas nupcias. Por ejemplo: Vicente González Cebreros, jornalero de la ciudad, con casa en la calle Esparraguera y casado. Él tiene 41 años y su mujer 50 o Francisco Garrido, también jornalero de la ciudad, con casa en la calle Portugueses. Él tiene 40 años y su mujer 50. Su familia está constituida, además, por dos hijos uno de 19 años y otro de 11, una hija de 4 años y su cuñada de 28.
Es curioso observar que la natalidad también es baja y tardía, la mayoría de los matrimonios tienen hijos a partir de los 23-25 años, lo que puede corresponder al matrimonio tardío o incluso a cierta idea de inseguridad económica que les obligaba a retrasar la natalidad hasta que la familia no tuviese una relativa estabilidad en el trabajo o pecuniaria. La media del número de hijos por unidad familiar se sitúa en torno a 2. 31 vecinos del barrio de la Esparraguera no tienen hijos, 23 tienen un solo hijo y el resto de los vecinos entre 3 y 6 hijos.
Es dificultoso construir una cuantificación más o menos exacta de la población activa del barrio de la Esparraguera según las referencias que aparecen en el Catastro de Ensenada ya que los datos a veces no aparecen adecuadamente reflejados como en el caso del trabajo de la mujer, de los niños y el de los pobres de solemnidad que, aunque fuera del mercado de trabajo, bastantes de ellos con seguridad formarían parte de las personas que podrían integrarlo. En propiedad, siguiendo el censo, incluiríamos a los vecinos masculinos comprendidos entre los 18 y 60 años, lo que nos daría una población activa, excluyendo a los pobres de solemnidad e impedidos, de 108 personas, es decir el 4,7% de la población activa motrileña. La mayor parte son jornaleros del campo, con los datos que hemos podido obtener parece que había 64, que según el Catastro cobraban 3 reales diarios por su trabajo, aunque en la declaraciones juradas ellos dicen que solo ganaban 1,5 reales. En total en Motril, según el Catastro, había 556 jornaleros que trabajan en el campo, con lo cual los habitantes de la Esparraguera representaban el 11,5% de estos obreros.
Jornaleros de la ciudad había en 1752 en Motril 754 y en la Esparraguera se dedicaban a esta profesión unos 37 hombres, el 5,1% dela población activa motrileña que trabajaba en esta actividad. Vivian en el barrio siendo considerados como población activa, además, cuatro soldados, un tendero de pan y verduras, un maestro carpintero, un maestro cenachero y un maestro de Marina.
Los ingresos considerados para cada uno de los oficios de jornaleros son ilustrativos de la calidad y medios de vida. A los jornaleros tanto del campo como de la ciudad se les consignan unos ingresos de entre 360 y 540 reales de vellón anuales, lo que traducido en jornadas de trabajo serían 120 y 180 respectivamente al año. Esto nos indica claramente que la mayor parte de la población la Esparraguera era muy pobre y por supuesto casi totalmente analfabeta.
“Cecilio Peñalver, vezino de esta ciudad de estado casado de edad de treinta años, vienes ningunos. Su mujer Magdalena Sánchez de edad de treinta y tres años, hijos una de tres años llamada María Peñalver. Se mantiene con su trabajo personal que ganara cada día un real y medio”
“Digo yo Antonio Cardona, vesino de esta ciudad, que en virtud de lo mandado por Su Majestad, que Dios guarde, doi esta relasión de la familia y bienes que me asisten. Yo soi trabajador del campo, jornalero. Estoi casado con Micaela Escobas, de edad de beinteisiete años, mi edad es de beintiquatro, tengo un hijo llamado Pablo de un mes nasido. Vivo en casa arrendada de María Albarez, me gana cuatro reales cada un mes. Es lo que tengo que desir”
Este barrio motrileño durante la segunda mitad del siglo XVIII acogió parte de las clases más humiles de Motril, fundamentalmente familias de jornaleros de vida muy difícil y presentó durante mucho tiempo grandes carencias en servicios urbanos, sanitarios y educativos. En las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI sufrió una importante transformación, poco queda de aquella Esparraguera que seguramente había permanecido intacta durante mucho tiempo. Pero aun hoy, podemos recorrer sus calles que nos evocan tiempos pasados y un Motril muy diferente al actual: Cenicero de la Palma, Portugueses, calle del Junco…. Poco a poco, sus habitantes lo han convertido en uno de los barrios más característicos de nuestra ciudad, representativo y notorio del Motril más tradicional.