EL FARO
Hay opiniones que la ubican en la época de la expulsión de los judíos; otras indican que fue una aparición en una pared que fue protagonizado por un carbonero; otra le cambia el oficio e indica que fue un zapatero…
Se trata de averiguar la historia de una pequeña ermita dedicada al Señor de Junes y que hasta ahora nadie ha conseguido descubrir su origen
Esta ermita, en la que se custodia un Nazareno esculpido en una pared, ha sido objeto de investigación por varios cronistas oficiales de Motril y otros muchos estudiosos sin que ninguno haya sido capaz de ofrecer una explicación lógica sobre la misma.
Hay opiniones que la ubican en la época de la expulsión de los judíos; otras indican que fue una aparición en una pared que fue protagonizado por un carbonero; otra le cambia el oficio e indica que fue un zapatero…, aunque ninguna de ellas aporta ningún dato contrastable que indique el verdadero origen de la misma.
Esta capilla, ubicada junto al Mercado Municipal y muy cerca del Teatro Calderón de la Barca; según las distintas hipótesis, lo mismo podría tener más de 500 años, que ser del siglo XVIII, XIX…
Gracias a una iniciativa local (motril.org) que pretende actualizar y crear una historia argumentada de los diferentes elementos patrimoniales del municipio, con objeto de crear productos de ámbito turístico, y a un grupo de facebook denominado “Motril, imágenes antiguas”, Gabriel Medina, responsable de esta investigación, ha conseguido delimitar la cronología de construcción entre 1848 y 1855, año este en el que ya existía.
Medina ha conseguido ubicar en esa época a dos hermanas, ambas zapateras, que vivían junto a la ermita y que, según documentos de un cronista oficial de Motril (Manuel Rodríguez Martín), fueron las que construyeron toda la manzana en la que se encuentra la misteriosa ermita.
Aunque lo que ha sido todo un descubrimiento, casi un milagro, fue, en palabras de Medina Vílchez, descubrir un escudo heráldico bajo la imagen del Nazareno.
La ermita, que depende de las Monjas Nazarenas de Motril, sólo se abre una vez al año, en Semana Santa, pero hace unas semanas Medina decidió acercarse a la ermita para hacer unas fotos del exterior…
«Eran las 12 de la mañana, el sol daba de pleno y sólo quería hacer unas fotos del exterior para mi investigación. Llegando al lugar había un taxi, justo en la puerta de la ermita, en el que se estaban subiendo varias monjas y esperé a que se subieran y se fuera el taxi para hacer las fotos… Se va el taxi, hago las fotos, y había una señora que estaba ayudando a las monjas a subir al taxi.., por curiosidad le pregunté si vivía por ahí y si conocía algo de la historia de esa ermita.
Me respondió que era ella la que se encargaba de cuidarla…, y que las monjas que se acababan de ir querían verla, pero la llave que traían no valía para abrir la puerta, y la que ella tenía tampoco…, por lo que se han ido sin poder verla.
Me comentó varias de las leyendas que rodean a esta modesta ermita. Me comentó que había mandado a su hijo a buscar unos alicates y destornillador para forzar la cerradura…..
Le dije que no era buena idea, más que nada porque es una cerradura de seguridad y poco iba a conseguir. Llegó su hijo, intentó abrirla utilizando unos alicates para generar mayor fuerza, pero no pudo… De nuevo fue a su casa en busca de aceite para ver si así se podía abrir…. Echó aceite a la cerradura, a la llave de seguridad…, y nada… era imposible abrirla.
Le dije si me dejaba intentarlo…. tras varios intentos conseguí abrir la puerta… Ya dentro aproveché para analizar la imagen por si tenía algún elemento que pudiera aportar datos sobre su origen y me quedé alucinado al ver que el Nazareno estaba esculpido en la pared y estaba apoyado en un escudo heráldico. Es decir, hubo alguien que decidió y pagó esa ermita. Colocó su escudo heráldico para ser recordado, pero este benefactor sigue en el anonimato.
Medina no se explica cómo nadie, en más de 150 años, ha entrado a la ermita a ver si había algún “mensaje” que descubriera este misterio. Considera que tuvo una suerte difícil de explicar al ir una mañana de agosto y tener la posibilidad de entrar a un lugar que sólo se abre una vez al año y hacer las fotos…»
“¿Me ha elegido el Nazareno para que cuente su historia?” comenta Gabriel Medina, que manifiesta que no tiene especial interés por la religión, sino por la historia, pero la confluencia de tantas cosas tan casuales le hacen preguntarse si puede existir algún “ingrediente” complicado de explicar…
Gabriel Medina ya tiene delimitado el período cronológico (1848-1855) y además cuenta con un elemento heráldico que podrá, tras más de 170 años, dar respuesta al origen de esta ermita.
“El Nazareno se encuentra sobre un escudo que por la corona debe tratarse de un marquesado; también puede ser un caballero de la orden de Calatrava, ya que se puede distinguir. El escudo es un león rampante sobre algún elemento, y rodeado por una bordadura de ocho aspas”, es como Medina define el escudo que ha encontrado en la ermita.
Medina, que ya ha contactado con especialistas en heráldica e instituciones de investigación histórica, cree que quizá haya algún granadino aficionado a la heráldica que al ver el escudo podrá poner solución a este misterio…
Pide que la gente revise el escudo; que lo comparta con investigadores y que en la próxima Semana Santa la ermita del Señor de Junes pueda presentarse a todas las procesiones con su verdadera historia….
Solicita que cualquier dato se lo remitan a: historia@motril.org