Domingo A. López Fernández
El pasado viernes, 26 de julio, fallecía inesperadamente en Motril Francisco Luis Gómez Navarro, conocido empresario que fue de nuestra ciudad y antiguo presidente del Motril CF durante cuatro temporadas, las que van de 1988 a 1991. Un infarto cruel le hizo partir cuando estaba a punto de cumplir 74 años de edad, causando la lógica consternación en familiares y amigos. Por su trayectoria empresarial y deportiva, EL FARO ha querido dedicarle un homenaje debido para reconocer sus valores y logros vividos y, por ello, ofrece a nuestros lectores esta semblanza biográfica que recoge los momentos más significativos de su vida y su llegada a Motril, donde va a hacer transcurrir toda su vida laboral. Paco Luis, como era conocido popularmente, decidió quedar para siempre en la ciudad que supo acogerle y convertirle en un motrileño más, sentimiento que prendió en su corazón y del que siempre se sintió enormemente complacido.
IN MEMORIAM
FRANCISCO LUIS GÓMEZ NAVARRO
EMPRESARIO Y EX-PRESIDENTE DEL MOTRIL C.F.
(1950-2024)
Francisco Luis Gómez Navarro nace en el municipio granadino de Ventas de Huelma el día 31 de julio de 1950. Viene al mundo en el seno del matrimonio que han formalizado sus padres, Alfonso Gómez y Basilisa Navarro, familia de extracción muy humilde cuyo medio de vida son las labores agrícolas que caracterizan a todos los pueblos del cinturón de Granada. Francisco Luis hace el número dos de los tres hijos habidos en el matrimonio, tras Alfonso, el mayor, y Jorge, el menor. Las duras condiciones de vida de la época y la modestia del núcleo familiar disponen que los tres hijos sigan los estudios básicos en la escuela pero sin posibilidad de continuar un grado superior. Las necesidades son perentorias y los dos hijos mayores tienen que ocuparse laboralmente a muy temprana edad.
Francisco Luis, como tantos otros niños nacidos en la década de los cincuenta, forma parte de una sufrida generación que, en la parte que le corresponde, deja atrás las duras condiciones económicas de la posguerra, principalmente el racionamiento de productos básicos, y comienza a vislumbrar una cierta mejora en la cotidianidad de la vida. No hay lujos, desde luego, pero las familias, sobretodo andaluzas, buscan mejorar su situación económica en grandes ciudades que precisan con urgencia mano de obra foránea. La emigración a Cataluña o Madrid es una salida viable, pero los padres de Francisco Luis optan por trasladarse a Salobreña en el año de 1964 para ocuparse como caseros en las labores agrícolas de un cortijo de la zona. Allí permanecen cuatro años, durante los cuales los dos hijos mayores, Alfonso y Francisco Luis, consiguen trabajo en la construcción, mientras que el menor, Jorge, ayuda a su padre en las tareas agrícolas del cortijo.
En el año de 1968 la familia Gómez-Navarro traslada su residencia a Motril, ciudad que ofrece unas mejores perspectivas de vida laboral y, en ello, los tres hijos establecen una empresa de pulimentados y abrillantamiento de suelos de granito que era única en la zona. Sin ningún tipo de estudios y operando como una piña tienen todos una gran visión empresarial y obran siguiendo las leyes de la naturaleza, como bien dicen, “maniobrando con lo que nos ha enseñado la vida”. Desde la empresa de pulimentados, y con el apoyo del director del Banco de Santander con el que operan, surge la idea de montar una empresa de limpieza de entidades y oficinas de las que carece Motril. Dicho y hecho. En realidad no conocían nada del sector, aunque si contactos con un comercial que venía de Málaga para venderles materiales para el pulido de las solerías. Él les animará a tirar para adelante y les enseñará los conocimientos básicos de la gestión empresarial. Así pues, con el apoyo del Banco de Santander, ponen en marcha la empresa con el título de “Limpiezas del Sur”, en la que se van a convertir en pioneros del sector de la limpieza profesional en la costa tropical de Granada. El apoyo de la entidad es fundamental y se abren a ellos infinidad de oficinas, locales y comercios que constituyen una buena cartera de clientes. En principio, los tres hermanos actúan solos, sin empleados, ya que no disponen de recursos económicos para costearlos; los comienzos son duros y los tres trabajan los fines de semana limpiando los escaparates de las entidades bancarias. Jorge, el hermano menor, refiere a EL FARO que desde luego “fuimos pioneros en el tinglado de las empresas de limpieza”.
Sin razón social predefinida, “Limpiezas del Sur” nace en el año de 1977 y establece su sede en el domicilio familiar que mantienen abierto en la calle Valle Inclán, nº 1, sito en la unión transversal con la avenida Escribano Castilla. El éxito refrenda su gestión, reconociendo Alfonso, el hermano mayor, que “arraigamos muy bien en Motril porque veníamos de saber lo que era el trabajo formal y cumplíamos a la perfección los contratos pactados”. La empresa desbordó todas las previsiones y pudieron ampliar su actividad al sector del mármol, así como mantener el de los pulimentados de suelos, gestión que se repartieron los tres hermanos, cada uno en la parte que le correspondía. Llegado el tiempo, con la armonía que siempre les caracterizó, decidieron partir los tres sectores comerciales, quedando Alfonso con la empresa “Mármoles Alfonso”, que se ubicaba en la Rambla de las Brujas, decisión que fue personal de Francisco Luis, ya que le dijo, “Alfonso, tú qué sabes más de obra quédate con los mármoles”. Jorge se quedó con “Limpiezas y Pulidos Mediterráneo”, sita en la calle Río Guadiana, y “Paco Luis”, nombre con el que era conocido en Motril, se quedará con la empresa “Limpiezas del Sur”, que a partir del día 19 de diciembre de 1994 queda constituida bajo el nombre de “Central Limpiezas del Sur Costa SL. A nivel publicitario, la empresa se daba a conocer a los posibles clientes con una descripción que no deja lugar a dudas de su eficacia y buen hacer en el sector, expresando que “desde nuestra fundación en el año 1977, hemos podido ir ampliando constantemente las instalaciones, permitiéndonos atender el crecimiento del mercado y adaptándolas según las necesidades de cada momento. La inquietud constante para la consecución de la obra bien hecha y el máximo respeto por la función que desempeña el industrial, respaldan nuestra elevada calidad cuya meta, en definitiva, es el poder prestar el mejor servicio a nuestros clientes”.
Ya de forma independiente, Paco Luis inaugura su nueva oficina empresarial en la calle Manuel de Falla, en la que actúa como administrador único hasta el mes de junio de 1998. Por este tiempo, la actividad se ha diversificado enormemente y se extiende a la limpieza de oficinas, locales comerciales, lugares públicos, escaparates, comercio al por menor de productos de limpieza y hogar, droguería, desinfección, desratización y desinsectación de todo tipo de lugares públicos y privados. Posteriormente, trasladará su sede a la calle Zapateros, donde vive y donde mantiene igualmente su cargo de administrador único hasta el día 13 de agosto de 2008, en que nuevamente cesa en el cargo para ejercer de apoderado con nombramiento de 28 de noviembre del mismo año. Un nuevo traslado de la sede le lleva hasta la calle Rafael Alberti nº 7, volviendo a ejercitar su cargo de administrador único desde el día 22 de septiembre de 2010. Finalmente, como socio único, tendrá nuevo nombramiento en fecha de 24 de noviembre de 2015.
En su trayectoria laboral y, aun en activo, “Paco Luis” sufre un accidente cerebrovascular que le imposibilita momentáneamente estar al frente de la empresa. Las secuelas del ictus quedaran atenuadas con el tiempo, pero mermará mucho su capacidad de gestión, lo que le permitirá que llegada la edad de jubilación, cierre definitivamente la empresa en el año 2016.
Al margen de la actividad laboral, y desde el punto de vista personal, “Paco Luis” sabe disfrutar del ocio, del tiempo libre y de sus aficiones preferidas. Es amante de la pesca, de las típicas reuniones y comidas en cortijos con amigos, en las que siempre están presentes las partidas de rentoy de las que es un consumado jugador. Pero, por encima de todo, es un gran aficionado al fútbol, siendo su club preferido el Barcelona F. C. Así, en 1984, y en unión de varios amigos entre los que se cuentan Antonio Rodríguez Puertas y Sebastián Garvayo funda la Peña Azulgrana de Motril, cuya sede establecen en la calle Ernesto Mira. Y, asimismo, como aficionado, fundará con otros amigos la peña Rudisa para la competición en fútbol de su categoría.
En su trayectoria personal hay que hacer notar que Paco Luis ha llevado desde siempre los colores blanquiazules en el corazón. Como aficionado local y, desde la creación del nuevo Motril CF, ha formado parte de todas las directivas que hasta entonces se habían constituido. La temporada 1987-1988 tiene una especial relevancia para Paco Luis, al ostentar la vicepresidencia del Motril CF bajo el mandato del entonces presidente, Antonio Ortega Sánchez, quien ha tenido la virtud de hacer campeón al Motril CF en la categoría de regional preferente. El logro se alcanza con Paco Rojas como entrenador, que igualmente consigue que el club quede en segunda posición en la liguilla de ascenso tras el campeón, el Fuengirola. Sin embargo, la fortuna hace que la Federación Andaluza de Fútbol comunique en el mes de agosto de 1988 que el Motril es oficialmente club de tercera división. Pese al éxito conseguido, Antonio Ortega dimite de su cargo, lo que implica que Paco Luis, en calidad de vicepresidente, ocupe la presidencia del club. EL FARO, en su número correspondiente al día 13 de diciembre de 1988, le entrevistaba haciendo notar que era el tercer presidente del Motril CF y le definía como “un hombre amable que da confianza por su aspecto físico y por el tono de sus expresiones, a pesar de que, quienes lo conocen bien, dicen que tiene “repentes” explosivos cuando tiene enfrente algo o alguien que quiere llevar razón por la fuerza”. En la interviú reconocía Paco Luis el poco tiempo que llevaba ostentando el cargo, pero que su gestión había sido muy buena, pues el club se encontraba situado entre los primeros clasificados, además de que los jugadores y cuerpo técnico habían cobrado sus fichas sin necesidad de recurrir a las consabidas jornadas económicas. Según sus propias palabras, “ni los más optimistas podrían imaginarse al Motril, a estas alturas y jugando frente a los mejor clasificados, con positivos”. Además, su querencia al club hizo que tras los malos resultados económicos de la caseta montada en la feria de agosto y la escasa repercusión del trofeo ciudad de Motril, el balance económico fuese negativo y tuviera que avalar personalmente junto a varios directivos algunas operaciones. Con respecto a su opinión sobre la afición, afirmaba que “el aficionado motrileño es exigente, amante del buen fútbol, no se ha adaptado a la nueva categoría todavía y es el que acude en mayor número al campo”. Bajo su mandato es entrenador del club el asturiano José Antonio Fernández, que destaca por su rigidez y disciplina para cumplir los objetivos planteados, y como presidente afirmaba que se comprometía a cumplir con todos los compromisos, pero, igualmente, exigía al equipo trabajo y disciplina.
Con Paco Luis de presidente, la temporada 1988-1989 no transcurre bien en el plano deportivo, y en el mes de mayo de 1989 la junta directiva da la baja al entrenador. Paralelamente están convocadas las elecciones a la presidencia del club para finales del mes, en las que solo hay una candidatura, la suya. Para sustituir al entrenador, el presidente piensa en un técnico local, Miguel Novo, que dirige en esos momentos al Calahonda, aunque rechazará el ofrecimiento por ética profesional, ya que un día antes de la propuesta se había comprometido con su club
Celebradas las elecciones, Paco Luis es reelegido presidente del Motril CF y conforma una nueva plantilla con Francisco Santana, “Paquito”, de entrenador. El día de la presentación afirmaba públicamente que “el equipo que militará en tercera división, no busca, aunque no descarta, el ascenso” y volvió a expresar que su lema era trabajo, honradez y disciplina.
Próxima comenzar la temporada 1989-1990, Paco Luis hacía públicas sus pretensiones, que no eran otras que el ascenso del equipo a segunda división B. El diario Ideal, en su número correspondiente al día 8 de agosto de 1989, le entrevistaba para conocer su opinión sobre el club y las circunstancias que podían avecinarse en el devenir de la competición. Así expresaba que “si como se dice llega la reestructuración del fútbol español, intentaremos estar en los primeros puestos para poder dar el salto a categoría superior. No obstante vamos a afrontar la nueva competición con los pies en el suelo y conscientes de que la liga no va a ser un paseo para nosotros, ni para nadie”. Con respecto al presupuesto, anunciaba que iba a estar comprendido entre 20 y 22 millones de pesetas, y avanzaba, igualmente, que había que resolver con premura la terminación de las gradas del Escribano Castilla, ya que para el inicio de la liga la mitad iban a permanecer clausuradas. Paco Luis también ponía de manifiesto la problemática que embargaba al fútbol motrileño, ya que la afición estaba dividida entre dos club locales, la “A.D. Motril”, que militaba en regional preferente y que tenía la pretensión de ascender de categoría, y el Motril CF que lo hacía en tercera. Y, ante ello, afirmaba que “mientras que sea presidente del Motril, lucharé para que estemos unidos en bien del fútbol local”. Y en verdad, así lo hizo, pues propició contactos con los directivos de la “Agrupa” para unificar ambos clubes, idea que en principio fue muy bien aceptada, pero que con el paso del tiempo, según decía, fueron enfriándose. Como hombre conciliador, para él fue, en principio, un revés, pues llegó a expresar que “con nuestra unión se acabarían algunas cosas que son muy desagradables para el fútbol y por otra parte, de un modo general, perjudicial para el deporte motrileño”.
A nivel deportivo del Motril CF, las circunstancias no marchan nada bien. El entrenador Francisco Santana fue cesado fulminantemente por el presidente y sustituido por otro técnico de la casa, Rafael Salguero. El final de la temporada 1989-1990 trae, asimismo, la decisión de Paco Luis de dimitir con toda su junta directiva, “acto en el que llegó a afirmar que dejaba la presidencia porque estaba cansado y quemado tras los tres años en los que estuvo al frente de la entidad blanquiazul”. Paralelamente cobra vigor la vieja aspiración de la unión de los dos clubes motrileños. El acuerdo se hace presente y viene propiciado con el asentimiento de las dos directivas, la Federación Granadina de Fútbol y el ayuntamiento de Motril. En estas circunstancias, y tras la negativa de Antonio Alonso de presidir el nuevo club, Francisco Luis Gómez Navarro será nombrado presidente, quedando como vicepresidente primero el directivo Juan Castillo. Para esta nueva temporada, la 1990-1991, el entrenador elegido es Miguel Novo, que vuelve al club después de haber dirigido durante las dos últimas temporadas al Calahonda en categoría de regional preferente. Esta unificación propicia la subvención de ocho millones de pesetas del ayuntamiento de Motril y la conformación de una plantilla con jugadores de ambos club, así como la participación de un equipo en categoría de regional preferente que llevará el nombre de Motril B. El resultado de la fusión es francamente positivo para la temporada, ya que el Motril CF consigue alcanzar el quinto puesto de la tercera división, la mejor de toda su historia.
La temporada 1991-1992 también transcurre con cierto éxito, pues el Motril CF consigue alcanzar el séptimo puesto de la clasificación. Pese a ello, en el mes de mayo, Paco Luis dimite con toda su junta directiva durante la celebración de una asamblea extraordinaria del club en la que queda aprobada la convocatoria de elecciones. El presidente razonaba su decisión con un contundente “el cargo quema” y recordaba que han sido cuatro los años que lleva ligado a la en la entidad como presidente. Aquí culminaba, pues su palmarés como máximo mandatario del club, siendo de destacar un balance totalmente positivo en el plano deportivo y aún el económico.
Desde el punto de vista personal, el círculo de amigos de Paco Luis le define como un hombre hecho a sí mismo, puesto que sin estudios y sin prácticamente recursos supo buscarse la vida y crear una empresa que llegó a ser, en palabras de ellos, muy grande. Todos coinciden en que tenía un carácter muy sociable, en cierto modo bonachón, lo que le confería una cualidad digna de encomiar, la de ser amigo de sus amigos. Y, en verdad, así fue, le gustaba compartir esas comidas de sociedad que se son tan típicas en nuestra comarca, en las que todos se reúnen en cortijos para recordar los momentos divertidos, los comentarios futboleros y las anécdotas de épocas pasadas. En realidad, así transcurrieron las últimas horas de su vida, una comida de hermandad con risas y comentarios jocosos, la típica partida de rentoy y una despedida que no tendrá retorno. Paco Luis marchó a casa y, siguiendo su costumbre, se dio a una reparadora siesta de la que nunca despertó. La vida se le escapó entre las manos sin esperarlo y sin la obligada despedida. Es lo triste de estas partidas, pues por no esperada, deja un profundo dolor en el círculo familiar y de sus amistades. Esta ha sido la semblanza biográfica Francisco Luis Gómez Navarro, un “huelmeño” de nacimiento, pero motrileño de adopción, que en su trayectoria personal, profesional y deportiva ha dejado profunda huella en la ciudad de Motril. Descanse en paz.