EL FARO
Los ciberdelincuentes accedieron a la cuenta de correo electrónico de dos empresas y se hicieron pasar por sendos proveedores que reclamaban el pago de una factura. La técnica es conocida como “man in the middle” y los delincuentes consiguieron cobrar una factura por valor de 25.000 euros y otra por valor de 68.000
Los agentes del equipo @ de la Guardia Civil de Motril, en el marco de las operaciones Tec-Telgent y Little-oil, han investigado a una mujer por su participación en dos estafas por valor de 93.000 euros a dos empresarios granadinos.
Las estafas se perpetraron a través de internet mediante el modus operandi conocido como “man in the middle”, en su modalidad “Bussiness Email Compromise”.
Los ciberdelincuentes atacaron los servidores informáticos de dos empresas granadinas, una de Ogíjares y otra de Cúllar Vega, consiguieron las credenciales de administrador de ambos servidores y accedieron a las cuentas de correo electrónico de las dos empresas. Tras espiar todo el tráfico financiero, averiguaron que sendos proveedores les solicitaban el pago de una factura. Suplantaron la identidad de estos proveedores y enviaron a las empresas atacadas una solicitud de cobro con un número de cuenta diferente. Las víctimas comprobaron que los datos del proveedor aparentemente eran correctos y realizaron el pago. El empresario de Ogíjares abonó 25.000 euros; mientras que el de Cúllar Vega abonó 68.000 euros. Unas semanas después las empresas suplantadas requirieron el pago de las facturas y fue entonces cuando, al contrastar los datos, las víctimas supieron que habían sido estafadas.
Los agentes del equipo@ de la Comandancia de Granada asumieron la investigación de estas dos estafas y han averiguado que detrás de ellas hay ocho personas a las que han conseguido identificar. No obstante, solo una de ellas ha sido localizada e investigada. Las siete restantes no tienen domicilio conocido prosigue su búsqueda.
La investigada es una joven de veintiún años de edad que tiene su domicilio en Getafe (Madrid). Esta mujer es la titular de la cuenta bancaria donde acabaron los 93.000 euros, de los cuales la Guardia Civil ha podido recuperar 12.400.