Domingo A. López Fernández -Cronista Oficial de la ciudad de Motril-
Fotos: Paulino Martínez Moré -Cronista Gráfico Oficial de la ciudad de Motril-
Las previsiones de su junta de gobierno han sido acertadas y han evitado el adelanto de su clausura en la iglesia Mayor parroquial
El viernes santo, segundo día del triduo sacro que celebra la iglesia desde el jueves santo hasta la madrugada del domingo de pascua, ha vuelto a reiterar la tónica general que viene caracterizando la semana santa de 2024, concretamente la persistente inestabilidad climatológica y las continuas precipitaciones que han caído en la mañana y que han amenazado con volver a suspender los desfiles procesionales del día. El agua es vida y salud para el campo, desde luego, pero la opinión generalizada de los motrileños en los pocos cortejos penitenciales que se han podido ver en las calles es que las precipitaciones podían haber venido una semana antes o después. Tras un intenso año de trabajo en las correspondientes juntas de gobierno de las cofradías motrileñas, la conmemoración externa de la semana santa quedaba prácticamente en nada y los sentimientos que se vierten en el entorno de las casas de hermandad son de pesar y de abatimiento. Ante ello, hay que reivindicar nuevamente el espíritu cofrade y pensar que se inicia un nuevo tiempo de reflexión y de trabajo en el que hay que recobrar la ilusión. Por ello, en todos los cofrades, se piensa ya con esperanza que en 2025 se habrán de cumplir con creces todas las estaciones de fe que este año se han visto afectadas por el agua.
Siguiendo la tónica general que se vive durante estos días, la mañana del viernes ha estado pendiente de la evolución del tiempo en las dos corporaciones cofrades que tienen previsto realizar su estación de penitencia en la tarde-noche de este día grande de nuestra semana santa en el que se conmemora la muerte del Señor. En verdad, los pronósticos no eran nada favorables para la puesta en la calle de los cortejos penitenciales, ya que la lluvia se hizo intensa durante toda la mañana. Las previsiones de la Agencia Española de Meteorología eran totalmente negativas, pues auguraban precipitaciones durante todo el día con una probabilidad del 100%. La situación mejoró en la tarde, y hubo un cambio en los pronósticos ya que la previsión de lluvia se retrasó hasta las 23:00 hrs de la noche. Ante esta más que probable tregua del tiempo, la junta de gobierno de la cofradía del Santo Sepulcro decidió mantener su horario de salida y su recorrido procesional, ya que sobre la hora señalada estaría muy próxima a encerrar su cortejo en la iglesia. Por su parte, la hermandad de la Vera Cruz, reunió de urgencia al cabildo de oficiales y determinó mantener la hora de salida pero recortar su itinerario. El acuerdo se hacía público para facilitar a los motrileños la contemplación del paso procesional en la calle. Los cambios señalados para el nuevo itinerario mantenían el recorrido inicial hasta la calle Marqués de Vistabella, desde donde continuarían hasta la Plaza Bustamante, eliminando, por consiguiente, el tramo de calle Milanesa, Seijas Lozano, Nueva y Teatro. La innovación suponía, igualmente, adelantar la entrada en carrera oficial a las 22:00 hrs de la noche y proceder a su encierro a las 23:00 hrs. El comunicado público hacía constar, no obstante, que los cambios se efectuaban en aras a evitar posibles riesgos de lluvias, como así pudo acontecer.
Tal como estaba establecido, la hermandad de la Santa Vera Cruz partía desde su sede canónica con puntualidad y ponía en la calle su cortejo, que tiene la particularidad de presentar a su cabeza la figura del muñidor. Es éste un sobrio personaje de las típicas hermandades de silencio que anuncia la llegada del cortejo a toque de una campanilla. Tras él marcha la cruz de guía escoltada por dos faroles del frente de procesión, disponiéndose a continuación las dos filas de hermanos penitenciales que portan cruces de madera al hombro. Lo hacen en correspondencia a las enseñanzas del evangelio que traslada al mundo cristiano el mensaje de Cristo: “si alguno quiere venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y que me siga. Porque el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará”.
El sentimiento de esta hermandad en la calle es el de luto riguroso, de ahí el color negro que muestran tanto en su capillo como en la túnica, reforzando asimismo su imagen de duelo con un cíngulo de esparto con nudo franciscano. Tras el tramo penitencial ha marchado el hermano portador del libro de reglas escoltado por dos varas presidenciales y, seguidamente, la sección de hermanos de luz con cirios de cera de color tiniebla que remarcan su sentido penitencial. Se dispone a continuación la “bacalá” con el escudo corporativo sobre fondo de color verde, emblema que da paso a la capilla “Ángel Custodio de Granada”, que durante todo el trayecto ha interpretado composiciones de corte clásico y fúnebre.
Figura, a continuación, el cuerpo de acólitos con sus ciriales al frente y el propio de los incensarios que preceden al monumental paso de misterio que ha sido tallado en maderas nobles y corte neobarroca. Marcha éste dirigido por su capataz, Javier Salgado Díaz, asistido en labores auxiliares por José Molina Pérez, Miguel Caparros Pavón, Juan Manuel Benavides Medina y Javier Salgado Castro, a cuyo cargo queda una cuadrilla de treinta y cuatro costaleros.
Sobre la canastilla de este impresionante trono de Cristo se ubica la escena sagrada del Monte Calvario, en la que la imagen de Jesús en la cruz entona sus últimas palabras “Padre mío, padre mío, porqué me has abandonado”. Junto a Él se muestra a María Santísima del Valle en gesto compungido y apesadumbrado tras ver morir a su Hijo en la cruz. Y, junto a Ella, el apóstol San Juan, el discípulo amado de Cristo, a los pies de la cruz. La imagen cristífera titular es obra del escultor Raúl Trillo, y fue realizada en el año 1999. Precisamente, la hermandad, celebraba el pasado martes, 26 de marzo, esta sentida efeméride con una oración jaculatoria frente al paso en recuerdo al ya lejano día 26 de marzo de 1999 en que fue bendecida la imagen en la iglesia de la Encarnación. Con respecto a la imagen de la Virgen, es obra de otro reputado artista, el escultor Miguel Ángel González Jurado, que la pudo tallar en el año de 2005, obra que pudo continuar en el año de 2021 con la efigie de San Juan. El paso de misterio ha estado acompañado en todo su transcurrir por el párroco, D. José Albaladejo, padre consiliario de la hermandad.
La hermandad ha efectuado su paso por tribuna oficial con puntualidad, las 22:00 hrs, momento en el que varios representantes de la junta de gobierno de la hermandad se han acercado a la tribuna oficial y han solicitado su venia ante el vicepresidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Motril, David Lozano Peñalver. El paso por tribuna se ha verificado con una impresionante acogida de público y su trayecto ha transcurrido con un paso muy señorial y ordenado, con el que se han encaminado hacia la Plaza de España para verificar su encierro en la iglesia Mayor. Se ha realizado éste con el tiempo justo y real para evitar el intenso aguacero que se ha cernido sobre la ciudad minutos más tarde.
Este año, hermandad de la Santa Vera Cruz ha sacado a la calle varios estrenos, entre los que se pueden mencionar el frontal del respiradero ya tallado y el propio del baquetón en madera que el próximo año se esperar ver culminado en su parte trasera. Asimismo, la Virgen estrena un broche pectoral en plata dorada con la imagen de la Virgen del Valle que se expone en su tribuna. Asimismo, una cotilla bordada a realce en el taller del Corpus Christi de Granada. Y, con respecto a San Juan, el terno completo de su túnica y capa. En cuanto a enseres, se han incorporado dos ciriales en plata que han sido realizados en el granadino taller de Alberto Quirós.
Como resumen final se puede decir que el tiempo revuelto que nos ha tocado sufrir durante estos días ha dado un pequeño descanso en la franja horaria en la que esta hermandad efectuaba su salida penitencial por las calles de Motril. Buena resolución, pues de su junta de gobierno, que en previsión de las inclemencias meteorológicas acortó su recorrido penitencial de forma que pudo completar el mismo sin ninguna incidencia. Además, hay que reseñar que la hermandad ha resurgido con fuerza tras una larga etapa de reorganización corporativa. Su trabajo y su constancia han hecho que tome fuerza en el ámbito corporativo de la ciudad y, sobretodo, entre los fieles de las parroquias, pues han sido muy numerosas las personas que han solicitado hábitos penitenciales para salir en la procesión. Según refiere la hermana mayor de la hermandad a EL FARO, María Jiménez Muriel, el reparto de túnicas quedó cubierto prácticamente en dos horas tras su apertura, y aunque se han realizado en este año cuatro nuevos hábitos para mayores y cinco para la pequeña pavera, ya se está estimando en el seno de la junta de gobierno ampliar su número para el año que viene.