Domingo A. López Fernández
De nuevo, las precipitaciones se erigen en protagonistas del miércoles santo
Tradicionalmente, el día del miércoles santo se vive con una especial consideración en la villa de Salobreña. Es jornada previa a los dos días grandes de nuestra fiesta mayor y, desde el punto de vista de la liturgia, el primer día de luto de la iglesia ya que marca el final de la cuaresma. Climatológicamente, la villa ha seguido la misma tónica que los días precedentes, aunque en la mañana nadie podía presagiar lo que estaba por venir en la tarde. En realidad, los portales de internet se erigían en oráculos cargados de certeza al avanzar que habría lluvia en Salobreña entre la franja horaria de las 18:00 hrs y las 00:00 del ya jueves santo. No se equivocaron y las dos corporaciones cofrades que tenían prevista su salida en la noche se vieron obligadas a suspender sus estaciones de penitencia. Tarde aciaga, desde luego, con una decisión dura, pero satisfactoria en orden a preservar la seguridad de los cortejos y la salvaguarda de sus imágenes titulares.
Por lo que respecta a la primera cofradía del día, la del Santísimo Cristo de la Humillación, que tenía prevista su salida para las 21:00 hrs, su junta de gobierno se reunía de urgencia a las 19:30 hrs de la tarde para tomar su decisión. Tras consultar las pronósticos meteorológicos, que eran negativos en todo momento, decidieron por mayoría de votos la suspensión. Inmediatamente se hacía público el acuerdo por las redes sociales y se convocaba a los hermanos y fieles en general a dedicar un momento de oración al Cristo en la iglesia de San Juan Bautista. Allí, con el templo a rebosar de gente, se ofrecieron sus rezos al titular durante treinta minutos en un ambiente pleno de recogimiento, de silencio y de respeto. Finalmente, todos los presentes, entonaban la canción “Pescador de hombres”, original del sacerdote y compositor español Cesáreo Gabaráin, al tiempo que a toque de campana era levantado el trono de Cristo por los hermanos portadores y se dejaba oír en el templo un pronunciado aplauso. Minutos más tarde la imagen del Santísimo Cristo de la Humillación era entronizada en su altar.
Por lo que respecta a la cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza, se vivía el momento con iguales sentimientos de pesar. A la hora en la que debería haber efectuado la corporación su salida penitencial la iglesia de Nuestra Señora de Rosario tenía acomodado en su interior a todo su cortejo, además de una ingente cantidad de fieles que querían mostrar su solidaridad a la junta de gobierno.
Pasados unos minutos, D. Jorge Nieto, párroco de Salobreña, tomaba la palabra para entonar una oración y su correspondientes lecturas del día, acto que fue concluido con el rezo de un Padre Nuestro y un Ave María y dos tradicionales cánticos por parte de los fieles presentes. Por su parte, la Asociación Musical “Soledad” de Huéscar, interpretaba la marcha procesional “Nostalgia de una Pasión” y, posteriormente “La Saeta”, al tiempo que los hermanos portadores hacían una “levantá” y mecían el trono. Minutos después, el paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno era trasladado hasta el dintel del pórtico para hacerle presente en la interpretación de la “Marcha Real”. Ya en el interior de la iglesia, el hermano mayor de la cofradía tomaba la palabra para comunicar a todos los presentes los difíciles momentos vividos en el seno de su cofradía, pero que la decisión había sido acertada en vista de la evolución que había tomado el tiempo y las perspectivas que se esperaban conforme avanzaba la noche. Es de hacer notar, igualmente, el arranque espontáneo del vecino Antonio Béjar Sánchez, que dedicó una saeta a María Santísima de la Esperanza, mientras su paso era mecido con prestancia por su cuerpo de hermanos portadores.
Tras las dos suspensiones, EL FARO ha tenido la oportunidad de pulsar la opinión de los dos hermanos mayores de las cofradías actuantes en el miércoles santo. Por parte de D. Antonio Espín de la O, titular del Cristo de la Humillación, refería a esta redacción que desde el año 2000, primera salida procesional del santísimo Cristo de la Humillación, el tiempo siempre había respetado su estación penitencial. La decisión tomada, dijo, “fue dura y un momento triste para todos, pero el tiempo dedicado a la oración que vivimos anoche junto a nuestro sagrado titular fue muy intenso”. Aprovechando la presencia de EL FARO, D. Antonio Espín quiso agradecer públicamente a todas las personas que les acompañaron en la oración por el respeto y el silencio mostrado en el interior del templo. Asimismo, “agradecía también las muestras de ánimo del resto de cofradías del pueblo, a la policía local y la concejalía de seguridad ciudadana por su trabajo y a todos los vecinos por el apoyo y comprensión mostrada”. Finalmente, ofrecía un último agradecimiento a la cofradía del perdón, por “cedernos un año más, su trono para la salida del Santísimo Cristo de la Humillación, a pesar de realizarsela procesión la noche antes a la suya”. Ayer, dijo, “fue una noche de miércoles santo diferente, sin el Cristo de la Humillación por nuestras calles, pero con Él en nuestro corazones”.
Por su parte, Ángel Rufino, hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Esperanza, trasladaba a EL FARO su pesar por haber tenido que suspender la estación de penitencia, pero no cabía otra opción y había que preservar la seguridad de los hermanos y el patrimonio artístico de la cofradía. Ante esta redacción, el hermano mayor agradecía públicamente el sentimiento de respeto y consideración del pueblo de Salobreña y sus visitantes, “que han sabido comprender el sentimiento de pena que afligía a los hermanos de hermandad y a los vecinos y fieles que acompañan todos los años a nuestros sagrados titulares por las calles del pueblo. Este año de 2024 no ha podido ser, pero esperamos y deseamos que el próximo año vuelvan a estar con nosotros acompañándonos en la procesión y mostrando sus respetos a nuestros titulares”.
Con ello se daba por concluido un miércoles santo muy distinto al de otros años precedentes, pero gratificante por la respuesta dada por los hermanos de las corporaciones afectadas y los vecinos, que no han cejado de mostrar sus sentimientos a los hermanos mayores por la suspensión, así como animarles a seguir trabajando ya en la próxima y aún lejana salida penitencial de 2025.