Domingo A. López Fernández
Cronista Oficial de la ciudad de Motril
Fotos: EL FARO
José Manuel González presenta el cartel y a su autor, el cronista gráfico Paulino Martínez
Fiel a la tradición, el Teatro Calderón ha sido escenario de la presentación del cartel oficial de Semana Santa de este año de 2024, acto que tenía lugar en la mañana del domingo, 21 de enero de 2024. Allí se daban cita instituciones locales motrileñas, juntas de gobierno de la totalidad de cofradías y hermandades de la ciudad, cofrades y público en general para asistir a la puesta de largo del que ha de ser reclamo publicitario en la señera fiesta de la Semana Santa. De la ciudad, desde luego, pero también del resto del mundo, pues no hay que olvidar que el mismo será presentado igualmente en la Feria Internacional de Turismo que se inicia este miércoles, 24 de enero y que mantendrá sus puertas abiertas hasta el domingo 28.
El acto de la presentación daba comienzo a las 12:00 hrs, momento en el que accedía al escenario Jesús Ortiz Fuentes, Delegado de Arte y Ornato de la recién nombrada junta de gobierno de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad. Con ello, tras las formalidades de rigor, daba paso a la intervención de la Asociación musical “GranaMusic, que en forma de sexteto interpretaba dos conocidas marchas procesionales. Componen en este día el grupo los músicos Jaime Gómez al tambor, Liberto Guillen al timbal, Fernando Molina a la trompeta, Carlota Sánchez al bombardino, Víctor Robes al trombón y Javier Robles fliscorno.
Tras la intervención musical iniciaba su discurso José Manuel González, y lo hacía con un canto a Motril, su lugar de cuna, ciudad a la que siempre que puede recuerda en los muchos eventos en los que ha participado, ya sean pregones, presentaciones y otras intervenciones en la prensa local. Es frase sentida la que siempre encuentra a mano y de la que se siente profundamente enamorado: “El Sur, siempre el Sur, siempre lo dije, siempre lo digo y siempre lo diré. Hasta el último suspiro de vida”. Suele ser un recordatorio que todos los días abre en su Facebook personal teniendo como protagonista el mar de ese sur que es un deleite para los sentidos. Con ello, quiere dar cuenta de su “motrileñismo”, esencia muy particular de los que antaño eran bautizados con el agua de la acequia y que hoy pervive en los soberanos herederos de aquellos hombres y mujeres que tomaron su sagrado rito sacramental en la parroquial de Motril.
Con gesto medido, voz firme y vigorosa, la propia que atesora tras los muchos años ligados a las ondas radiofónicas y, sobretodo, la serenidad y el aplomo sobre las tablas, el presentador encandilaba al público con su ecuanimidad y canto a Motril. La esencia de su “motrileñismo” se dejaba ver a las claras sobre el escenario del teatro Calderón: “Motril, siempre Motril. Quién no se rinde a tu belleza. Quien no ha de fijarse en tus aguas, en tu mar, tu tierra, tu vega, tu caña de azúcar, tu sabor a melaza, tu río, tu clavel, tus palmeras, tu santuario, tus calles, tus barrios. Ay! Tus barrios, tus costumbres, tus formas, tu humildad, tus gentes, tus ganas de crecer. Quién puede ser de aquí y no dejarse llevar por tus encantos. Si estoy contigo y soy parte de ti, es porque Dios quiso un día que despertara viendo el sol que da vida a esta tierra. Y cuando no estoy contigo sigues siendo tú la brújula que indica mi norte, que es mi sur. Cuando en esta costa bañada por el mar el buen tiempo se acrecienta, todo cambia, todo se muestra diferente. Y comenzamos a percibir símbolos que anuncian lo que está por llegar, lo que imaginamos, pensamos y presentimos. Y en este punto, es cuando la reflexión se hace diaria, y lo diario nos conmueve porque nada es como era. Al llegar la primavera, despiertan los sentidos y nos volvemos sensitivos. Le ponemos piel de Pasión al minutero, le damos lágrima al suspiro, sollozo a la garganta, repiqueteo de campanas al corazón, clavel rojo a la mirada, olor de incienso a nuestras calles, hábito y capirote a nuestros cuerpos; nos ceñimos la faja de costalero, acudimos al ensayo, nos calzamos zapatillas, y refugiamos el alma en un rincón de una capilla”. Fue, desde luego, un preámbulo a la presentación del cartel que caló hondamente en el patio de butacas, por el “motrileñismo” que dejó plenamente asentado y que el público presente supo gratificar con un pronunciado aplauso. José Manuel González tenía igualmente un sentido recuerdo a su padre, Francisco González Roldan, fallecido en el año que nos ha dejado y a quien dedicaba su presentación con un beso al cielo.
Entrando de lleno en la presentación del cartel, y tras los saludos de rigor a autoridades presentes y público en general, se adentraba en su cometido de presentador. Y con ello, con un verbo hilado de rima poética y profundo sentimiento recordó su otro talismán espiritual, el sentimiento enamorado de la que es Patrona Coronada de Motril, la Virgen de la Cabeza, y el fervor popular que durante siglos le han brindado los habitantes del lugar. Venimos, dijo, “de cañas de azúcar, las que endulzaron el sabor de tiempos pasados y, en esta tierra, no hay ciudad sin Patrona, ni Patrona sin piropo, y hoy también apelo a Ella, entre Semana Santa y Semana Santa. Ella, presente en su promontorio, en su atalaya elevada al cielo, la que lleva la impronta de raíces florecidas, de claveles reventones, de nardos y azucenas y de playas y de arenas donde se posara una virgen morena que nombramos de la Cabeza, en el dos mil coronada. Capitana de barcos que surcan las mareas calmando las aguas de gentes de sol bañadas en los mares que proteges. A ti, señora enamorada, pido hoy también amparo y protección. Señora de hermosa bondad marinera, tu semblante enamorado, me enamora; gran Señora, de la Cabeza Coronada, mi virgen, mi patrona, el timón de nuestras vidas eres tú, el Motril cofrade también iluminado con tu luz. Motril se debe a ti, azucena anacarada, si mil siglos yo viviera, te seguiría viendo enamorada”.
Recogiendo el testigo para el que ha sido nombrado, centraba ahora su discurso en la realidad de la semana santa motrileña. La cuaresma es la antesala de nuestra fiesta sagrada, cuarenta días en el que los motrileños preparan sus corazones para lo que está por venir, la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Por ello, trasladaba al público presente que, “en breve, llegará el tiempo de Cuaresma, y nos cambiará la vida. Miraremos en nuestro interior y nos haremos preguntas buscando verdades. Y las encontraremos. Las hallaremos en el recogimiento de un Vía Crucis, en la silueta de una cruz reflejada con la luz de cuatro cirios, en el semblante de una Virgen cobijada bajo palio, y en la agonía de un Cristo revirando hacia el calvario. Quién se resiste a creer, cuando se mira de frente a la muerte, cuando invade tus sentidos la bondad palpable de ese Jesús Nazareno transitando con la cruz, o ese imponente Cristo de la Buena Muerte resignado, que en Motril será crucificado. Y he me aquí, en el teatro de la cultura y lo sueños, donde se declama en un templo pergeñado para una palabra desnuda, si acaso, vestida con entrañas visibles”.
José Manuel González dirigía ahora su mirada al cartel oficial de Semana Santa todavía oculto que ha de ser santo y seña de una fiesta religiosa que confiere lustre y nombradía a la ciudad. El cartel permanecía sobre un atril cubierto sobre el escenario, figurando a sus pies los dos faroles de cola del paso de Nuestra Señora de los Dolores. Enseguida comenzó su corolario particular en el que invoca con todo su contenido una singular escena de pasión: “¡Imaginen el conjunto! Una virgen. Hombres de trono, guante blanco, traje y corbata en el cuerpo, respeto en la mirada y amor en el corazón. En una misma noche, multitud de almas en devoción. Seguridad: presente e imprescindible. Incienso quemado en el aire. Dos velas, dos llamas. Cuerpo de Acólitos. Un nazareno, aquí, capuchón. Candelería encendida, rebosante de luz. Doce varas, un palio de cajón. Un asfalto histórico. Tierra de abuelos. Una casa, la de todos. En el cielo, luna llena asomada al balcón de un Motril que se ilumina. Un crespón, un recuerdo de amor en el corazón. Escudos e insignias oficiales: solemnidad. Todo un escaparate de sentimientos: belleza, pasión y exaltación. Entrega social a pie de calle. Un dolor compartido, en un instante, mil almas se hacen una, y de testigo la misma luna. Una bandera, dos colores, un escudo, la nación. Una iglesia que espera, una noche enmarcada en una verdad verdadera, tradición; atrás, cinco días vividos en clave de Pasión. Y a partir de ahí, señores: ¡Vuestra alma cofrade, el corazón, un suspiro de alma alimentado en devoción, y junto a la fe, el poder de vuestra imaginación!”. Las palabras del presentador, hondas, con énfasis y con carisma calaban hondamente en el respetable que, espontáneamente, le ofrendaba un largo y pronunciado aplauso.
Seguidamente, José Manuel González solicitaba la presencia de Luisa Mª García Chamorro, alcaldesa de la ciudad, y Manuel Terrón Sánchez, presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Motril, para descubrir el cartel oficial de la Semana Santa de este año de 2024. Ambos, lo hacían público dejando ver una impresionante fotografía del actual cronista gráfico de la ciudad, Paulino Martínez Moré, lo que suscitaba nuevamente la ovación de los presentes. El cartel muestra una impresionante instantánea en el momento en el que el paso de Nuestra Señora de los Dolores regresa a su templo ante el clamor del pueblo congregado en todo su entorno. José Manuel González refería al momento los detalles biográficos de su autor, remontando los mismos desde el día de su nacimiento hasta los tiempos actuales, en los que la fotografía ha sido su fiel compañera en todos los actos en los que se ha hecho presente para trasladar a la ciudadanía el momento, la escena y la actualidad gráfica de la ciudad en sus eventos más reseñables.
Como manda el protocolo, el presentador requería ahora la presencia del autor del cartel para que explicase las singularidades de la fotografía seleccionada. Sobre ello, Paulino Martínez avanzó que se trataba de una fotografía realizada hace años que tiene por protagonista a la Virgen de los Dolores, a la que tiene gran devoción pues su padre fue uno de los hermanos que aportó fondos para su compra al escultor. También indicó que la cofradía del Santo Sepulcro forma parte de su predilección cofrade desde pequeño, de la que es hermano activo y de la que ha sido portador del paso mariano. Igualmente, agradecía la selección de la fotografía por parte de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad y que en ella se encuentran representados todos los fotógrafos motrileños con los que coincide en el palco para plasmar las singularidades de la semana santa motrileña.
Tras su intervención, tomaba nuevamente la palabra el presentador para concluir el acto con un recordatorio del significado que para el cristiano tiene la conmemoración de la Semana Santa. Y para ello rescataba las propias palabras que tuvo en su inicio ligadas a su ciudad y el mar. Con ello aseveraba: “En ti deposito el futuro, y también el presente, hasta que vuelva a verte en esta que es tu tierra. Lo recuerdan: ¡El Sur, siempre el Sur! Cuando llegues triunfal yo estaré. Cuando el Ángel aparezca, rezaré, esperando la sentencia más cruel. Allí estaré, en las caídas del madero, en las tres. Cuando peguen los tres golpes en tu carne, lloraré, a oscuras, sin luz, reventado, mientras expiras en la Cruz. Sepultado ya tu cuerpo, esperaré, campana de barro en mano, a que vengas glorioso, con destellos inmortales, reluciente, y te quedes conmigo, y en Motril, ya para siempre”. El aplauso general volvió a sonar con fuerza en el teatro Calderón para condescender con el presentador en los contenidos de su discurso. Seguidamente, por parte de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad se hacía entrega de una pequeña escultura de un penitente al autor del cartel y un cuadro conmemorativo del acto al presentador, de igual forma que al representante del sexteto “GranadaMusic”, grupo que despedía el acto con una nueva intervención musical que aunaba las composiciones del “Ave María”, “Mi Amargura” y “La Madrugá”.
Como es habitual en este tipo de actos, llegaba ahora el momento de plasmar en fotografías las instantáneas que conjugan al presentador y autor del cartel con las autoridades e instituciones presentes, juntas de gobierno de cofradías y hermandades, cofrades, amigos y familiares, y ello junto al cartel que deja traslucir la fe del pueblo en el paso procesional de Nuestra Señora de los Dolores, inmejorable fotografía que va a representar a Motril en la semana santa de 2024.