VOLVER A LO FUNDAMENTAL
Los judíos contemporáneos de Jesús de Nazaret tenían un sentido de la grandeza y la transcendencia de Dios bastante equivocado, hasta el punto de creer que debían defender, por encima de todo, «los derechos de Dios», que casi siempre ellos identificaban con sus propios intereses.
Y todavía hay gente que piensa de esta manera, lo cual da origen a muchos fanatismos. Sin embargo, Jesús, en este tema, tiene una actitud tan distinta, que llama la atención y provoca escándalo, pues deja claro que Dios no tiene ni reclama para él más derechos que los de los pobres y desvalidos de la tierra.
Esto explica que Jesús fuera condenado, precisamente por las personas consideradas más religiosas de su tiempo.
Y si él se hubiera limitado a adorar a Dios en el templo, que era lo que se entendía por «ser religioso», no hubiera terminado en la cruz.
Y lo crucificaron, no porque negara el primer mandamiento que consiste en amar a Dios con un amor total, íntegro y no dividido, es decir:
– «con todo el corazón»,- «con toda el alma»,- «con toda la mente» y- «con la vida entera». …Lo crucificaron por su manera de entenderlo y de cumplirlo… por unir esto primero a lo segundo que consiste en «amar al prójimo como a uno mismo».
Esto es lo que realmente agita los espíritus, provoca el escándalo y desata la persecución… Lo escandaloso es que Jesús proclame que: – el verdadero TEMPLO de Dios es el ser humano,- la LEY del amor a Dios es inseparable del amor al prójimo y – el verdadero CULTO a Dios consiste en tener entrañas de misericordia… Esto es lo realmente escandaloso… y esta es, precisamente, la novedad del evangelio.
Por eso, cualquier intento, por nuestra parte, de separar el amor íntegro y exclusivo debido a Dios, del amor que debemos al prójimo… es una burda comedia…y es una trampa.
El amor a Dios es imposible de verificar si no es a través del amor a aquellos que son «imagen y semejanza» suya en la tierra.
Y fue esta actitud de Jesús de dar más importancia a las personas que- al culto,- al cumplimiento de la ley y- a la pureza legal…lo más escandaloso y lo más provocador … sobre todo, para la gente «religiosa» de su tiempo, que no cejaron en su intento, hasta llevarlo a la cruz.
Y ¿nosotros, los cristianos de hoy, qué tendríamos que hacer?
No olvidemos que es muy fácil llevar la cruz de Jesús en el pecho, para irnos de romería o salir en la procesión… lo difícil es tener el suficiente pecho y coraje para seguir al Jesús del evangelio.