Antonio Gómez Romera
Domingo, 10 de septiembre de 2023
En el XLII aniversario de la llegada a España del “Guernica”, de Pablo Ruiz Picasso
Hoy domingo, 10 de septiembre, festividad de San Nicolás de Tolentino (1.245 – 1.305), primer Santo de la Orden de San Agustín, trigésimo sexta semana del año 2.023, se cumplen cuarenta y dos años (jueves, 1.981), de la llegada a España, del “Guernica” de Pablo Ruiz Picasso (1.881 – 1.973), junto a los 57 bocetos y dibujos preparatorios, que completan la obra y un detallado informe de los expertos sobre el estado y futura conservación del óleo, la obra de arte más reconocida del siglo XX, procedente del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
El “Guernica” llega al aeropuerto de Madrid – Barajas, a las 7.45 de la mañana, a bordo de un avión de Iberia (Boeing 747 Combi – EC-DLD – “Lope de Vega”), escoltado por el Ministro de Cultura, Íñigo Cavero Lataillade (1.929 – 2.002), el director general de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, Javier Tusell Gómez (1.945 – 2.005), y sus colaboradores: Miguel Ortega Álvarez-Santullano, Director de Gabinete del Ministro de Cultura y Álvaro Martínez – Novillo (1.948), subdirector general de Bellas Artes. Según comenta Íñigo Cavero en el Aeropuerto de Barajas, la operación comienza el miércoles, día 9, a las 6 de la tarde, hora a la que se cierran al público las Salas del Museo neoyorquino. Son necesarias 7 horas para descolgar el cuadro, enrollarlo y meterlo en la caja que se ha fabricado ex profeso para su transporte. Desde el Aeropuerto, se traslada el “Guernica” al madrileño Casón del Buen Retiro, en una larga caravana de vehículos, con todas las garantías de seguridad.
Ese día, todas las portadas de la prensa nacional anuncian la llegada del “Guernica” a España, cuarenta y cuatro años después de su creación en el Taller de la calle de los Agustinos de París, el cuadro “más emblemático del siglo XX”, y lo hace en el país de origen de su autor, Pablo Ruiz Picasso. Se cumple así su voluntad, de que la obra llegue a suelo español sólo si se han recuperado las libertades democráticas.
Con el Gobierno de Adolfo Suárez González (1.932 – 2.014), se ponen en marcha las negociaciones para la vuelta del cuadro. En 1.977, el Senado Español aprueba solicitar el regreso del “Guernica” y el Ministro de Cultura, Pío Cabanillas Gallas (1.923 – 1.991) inicia las negociaciones, pero los responsables de MoMA no se muestran muy colaborativos. El ministro de Cultura, Íñigo Cavero, y el director general de Bellas Artes, Javier Tusell, junto con el abogado del Estado y Secretario General Técnico del Ministerio de Cultura, Joaquín Tena Arregui (1.948 – 1.987), tienen que negociar arduamente hasta conseguirlo. Sin duda, la existencia de un documento que acredita el pago de 150.000 francos franceses por parte del Gobierno de la República a Picasso, hace prevalecer los derechos de propiedad del Estado español sobre la obra.
La “Operación Cuadro Grande”, como es llamada, está prevista para finales de julio, pero, por motivos de seguridad, se retrasa hasta el miércoles, 9 de septiembre. Ninguna compañía se atreve a realizar una póliza de seguro para el traslado, según Javier Tusell, “por el valor incalculable de la obra artística y el alto significado político que Pablo Picasso plasmó en el Guernica en memoria del horror del bombardeo nazi a la ciudad de Guernica, en el País Vasco”. Íñigo Cavero, Ministro de Cultura, dijo: “hoy regresa el último exiliado”.
Sobre el Gernica
En enero de 1.937, el Gobierno de la II República Española encarga a Pablo Ruíz Picasso, a través del director general de Bellas Artes, Josep Renau Berenguer (1.907 – 1.982), un gran lienzo para la Exposición Universal de París, con el fin de atraer la atención del público a la causa republicana durante la Guerra Civil Española. La única condición que se le pone a Picasso es que la obra tiene que ser de gran tamaño (349,3 x 776,6 cm) porque tiene que ocupar una de las paredes de la planta baja del Pabellón Español en la próxima Exposición Internacional de París.
Alain Moreau, pintor y crítico de arte (Prunelli di Fiumorbo, Córcega, Francia – 1.957) cree que Picasso piensa en la tragedia de “La Desbandá” de Málaga cuando pinta el Guernica, ya que existe un boceto preparatorio, “fechado el 5 de Marzo, es decir, entre el 8 de febrero, aquel trágico día para Málaga y el 26 de Abril, cuando se produjo el bombardeo de Guernica” (…) “La destrucción de Guernica, salió a toda plana en todo el mundo. Pese a que desde el punto de vista de las víctimas humanas parece que el saldo quedó en ciento veinticuatro, fue espectacular la destrucción de los edificios. Guernica se convirtió en la primera gran noticia global. Estoy seguro de que Picasso tituló su cuadro “Guernica”, por oportunismo”.
Los primeros estudios para la obra datan de abril de 1.937 y son dibujos sobre papel azul. Pocos días después, el lunes, 26 de abril, estalla el drama del bombardeo de Guernica, capital cultural e histórica vasca, por los aviones de la legión Cóndor: la primera gran masacre de civiles de la época contemporánea. Picasso se entera, dos días después, el 28 de abril, al leer las noticias y ver las fotografías publicadas en el periódico “L´Humanité”. El primer esbozo del cuadro lo inicia el 1 de mayo y lo finaliza el 4 de junio, cinco semanas después, un tiempo breve para una obra tan monumental y compleja desde el punto de vista formal y del contenido.
Entre el 25 de mayo y el 25 de noviembre de 1.937, se celebra en París la Exposición Internacional “Artes y técnicas de la vida moderna”. España concurre con un Pabellón realizado por los arquitectos José Luis Sert López (1.902 – 1.983) y Luis Lacasa Navarro (1.899 – 1.966). El edificio de líneas rectas, moderno y limpio, es concebido como un contenedor vacío, casi sin paredes. Tiene tres plantas de altura, y la planta baja comunica con un patio, que ocasionalmente era cubierto con una lona, haciendo la función de Auditorio. A la primera planta se accede por una escalera y a la segunda mediante una rampa, aunque también hay un acceso en vertical dentro del edificio. Construido en un tiempo récord, tiene que adaptarse a un terreno irregular con pendiente y debiendo respetar los árboles del entorno. A la entrada del citado pabellón se encuentra la gran escultura “El pueblo español tiene un camino que le conduce a una estrella”, de Alberto Sánchez Pérez (1.895 – 1.962), de 12’5 metros de altura, de cemento y bronce. Curiosamente, la escultura desparece después de la Guerra Civil, a pesar de su tamaño.
El cuadro del “Guernica”, fue trasladado al pabellón a finales de junio y es inaugurado el 12 de julio, con cierto retraso con respecto a la apertura de la Exposición. Conocemos su evolución gracias a las fotografías que tomó la amante de Picasso, Dora Maar (1.907 – 1.997), que documenta la metamorfosis de la pintura desde sus primeros esbozos. Las fotografías son publicadas en el número monográfico especial de la Revista “Cahiers d´Art”, que Christian Zervos (1.889 – 1.970) dedica al “Guernica”. Es un mural de grandes dimensiones: 3,49 metros de alto, por 7,76 metros de largo. Un conjunto de figuras organizadas en triángulos en el que se reproducen seis seres humanos, la madre y el niño, tres mujeres y el guerrero, y tres animales, toro, caballo y paloma. La composición es innovadora. Plantea una pintura de batalla, a partir de tan sólo nueve personajes con una estructura de pirámide luminosa central, compensada por dos ejes verticales a ambos lados del lienzo. Según el escritor y crítico de arte, Álvaro Martínez – Novillo González (Madrid, 1.948): “Picasso tenía un sentido muy museográfico de su obra. Quería arropar al Guernica, no necesita nada para crear impacto pero, en un segundo vistazo, para la reflexión, es muy interesante analizar todo lo que le acompaña. Él sabe que no puede competir con Goya, con los fusilamientos, con los desastres de la guerra, porque Goya tiene la guerra mucho más presente y próxima y sabe que es esa proximidad lo que le falta. Picasso estaba muy preocupado por su familia, pero él no padece la guerra y le cuesta encontrar el lenguaje que va a utilizar en el Guernica. Por eso elige un lenguaje simbólico. Para que no quede frío, como las pinturas neoclásicas, puebla el cuadro con una serie de personajes humanos y animales y consigue darle un ambiente de cierta luctuosidad, como las noticias, en el fondo es una esquela”
El “Guernica” no se puede adscribir a un estilo, sino que es un compendio de varias vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX: Cubismo – Expresionismo – Surrealismo. En 1.938, el marchante Paul Rosenberg (1.881 – 1.959) organiza una Exposición itinerante con el cuadro, visitando Oslo, Copenhague, Estocolmo y el Reino Unido. Al terminar la itinerancia europea, Picasso decide que la obra permanezca custodiada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) hasta que sean restauradas las libertades democráticas en España.
Colofón
El Congreso de los Estados Unidos, aprueba conceder al Estado español la suma de 500.000 dólares, unos 50 millones de pesetas de las de entonces, como ayuda al traslado del cuadro. Fue una forma de transferir una parte de los beneficios económicos que el MoMA había obtenido durante los años de exhibición de este cuadro en el Museo.
El sábado, 24 de octubre de 1.981, el “Guernica” está de nuevo colgado en un Museo, en el Casón del Buen Retiro, en una gran Sala, cuya bóveda está decorada por otro gran artista, Luca Giordano (1.634 – 1.705). A la inauguración acude la hija del pintor, Paloma Picasso (Anne Paloma Ruiz – Picasso Gilot, Vallauris, Francia, 1.949). El cuadro es exhibido detrás de un cristal blindado y custodiado por la Guardia Civil.
Desde el domingo, 25 de octubre de 1.981, fecha de la Apertura al Público, se organizan grandes colas de personas deseosas de contemplar el Guernica. Ésta fecha no es un capricho, sino que coincide con el Centenario del Nacimiento de Pablo Ruiz Picasso y con la inauguración de una gran Antológica de Picasso en el “Museo Español de Arte
Contemporáneo”, donde se exhiben importantes obras procedentes de Museos nacionales e internacionales. El domingo, 26 de julio de 1.992, once años después, el cuadro abandona el Casón del Buen Retiro rumbo al “Museo Reina Sofía”. Así lo explicó su Directora, María de Corral: “Primero, era domingo y además el día posterior a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, y Madrid a las seis de la mañana era una ciudad completamente vacía”.
La comitiva, formada por nueve furgones policiales, un helicóptero que sobrevuela todo el recorrido y un cortejo de coches oficiales, parte de la calle Felipe IV, sigue hacia la Plaza de Neptuno, enfila el Paseo del Prado, continúa hacia la Glorieta del Emperador Carlos V, pasa por la Ronda de Atocha y la céntrica Argumosa hasta alcanzar su punto de destino en la calle Hospital, en la parte de atrás del Reina Sofía, que es donde se realiza la operación de descarga. Fueron apenas quince minutos. El coste del traslado fue de 20 millones de pesetas. Allí se encuentra desde entonces, expuesto junto a cuarenta y cinco bocetos preparatorios en papel y lienzo. Se ha convertido en la obra icónica del Museo, en torno a la cual gira el resto de la colección.
El éxito del “Guernica” reside en cómo la voluntad popular lo hace suyo de inmediato y le convierte en un grito contra la guerra, contra todas las guerras. Para Picasso, es una muestra de su implicación política y de su creencia en el compromiso de la Pintura con la Historia. Técnicamente es un magistral manifiesto artístico de las vanguardias, planteado con la máxima depuración: pocos elementos, escasos colores y una clara y fuerte carga expresiva. El “Guernica”, se ha convertido en el símbolo universal antibélico y plasma el sufrimiento, la impotencia, el miedo, la muerte o la violencia.