Antonio Gómez Romera
Domingo, 6 de agosto de 2023
EN EL XCVII ANIVERSARIO DE LA PRESENTACIÓN DEL PRIMER FILM SONORO EN EL «WARNERS THEATRE» DE NUEVA YORK
Tal día como hoy, domingo, 6 de agosto, festividad de la Transfiguración del Señor, trigésimo primera semana del 2.023, hace 97 años (viernes, 1.926), los hermanos Warner presentan a un público de invitados, en el “Warners Theatre” de Nueva York, el primer film sonoro. Se trata de un programa completo compuesto por un discurso de William H. Hays, una pieza interpretada por la “New York Philarmonic Orchestra”, una pieza de violín tocada por Mischa Elman, una audición de la cantante Anna Case y la película “Don Juan”, dirigida por Alan Crosland y protagonizada por John Barrymore y Mary Astor, a la que se ha añadido una partitura interpretada por la misma Orquesta.
La “Warner Bros” se funda en 1.923, por los hijos de un zapatero remendón nacido en Polonia. Los hermanos Warner, Harry (1.881 – 1.958), Albert (1.884 – 1.967), Sam (1.887 – 1.927) y Jack (1.892 – 1.978), son los primeros en apoyar las películas sonoras. En 1.903, Harry, se inicia en el negocio del cine, abriendo una pequeña sala de proyección para exhibir las películas en los pueblos mineros de Pensilvania y Ohio. Sus hermanos pronto se le unen en este negocio y abren su primera sala llamada “The Cascade”, en New Castle, Pensilvania. En 1.904, fundan la “Warners Pittsburgh” para la distribución de películas. En 1.918, los hermanos Warner, empiezan con la producción de películas, fundando su propio estudio en Sunset Boulevard – Hollywood. Sam y Jack producen las películas, mientras que Harry y Albert gestionan las finanzas y la distribución en Nueva York.
El cine sonoro plantea el problema de la insonorización de los platós. El primer plató para sonido de la Warner, en los antiguos Estudios Vitaphone de Nueva York, es una especie de gigantesca caja, de unos 14 metros cuadrados y 8,5 metros de altura, con gruesas cortinas colgando por todos lados, para intentar ahogar los sonidos no deseados.
El éxito de “Don Juan”, anima a la Warner a continuar con su sistema “Vitaphone” de grabación en disco y a producir, a continuación, las películas, “El cantor de jazz” (“The Jazz Singer”), estrenada el 6 de octubre de 1.927 y, luego, su continuación, “Singing Fool” (1.928), que consagra el sistema, situándose entre las más taquilleras de su época y haciendo que sus canciones batan récords de ventas discográficas, lo que provoca una carrera entre las otras grandes productoras de Hollywood. La Fox, en cooperación con la poderosa “American Telephone and Telegraph”, desarrolla su propio sistema y la RCA funda la productora RKO para, con la alianza de un estudio cinematográfico propiedad de Joseph Kennedy, explotar su sistema de sonido. Aún así, el sistema “Vitaphone”, tiene problemas de sincronización durante la proyección y será sustituido en 1.931 por el de grabación sobre la propia película.
En muy poco tiempo, se trata de reciclar las películas ya rodadas, incluyéndoles sonido, para atender la nueva e imparable demanda. Las consecuencias del rápido proceso se manifiestan en aspectos como la readaptación de las salas para dotarlas de los nuevos equipos, el despido masivo de los músicos que, en directo, ambientaban el visionado de las películas mudas o la necesidad de rodar, casi íntegramente en estudio, para evitar problemas de sonido. Asimismo, se precisa la incorporación de guionistas y actores que sepan trabajar con el diálogo, el cambio de ritmo narrativo, al ser innecesarios los carteles que interrumpen la acción para insertar palabras o la relativa pérdida del valor de la pura imagen, que se ha perfeccionado con el sonido.
Antecedentes
En las primeras filmaciones cortas, aparecen actores y actrices bailando, pero el espectador no oye la música y puede observar sus movimientos. Por otra parte, desde los inicios del cine, sólo en raras ocasiones se exhiben películas en silencio. Los hermanos Lumiére, en 1.897, contratan un cuarteto de saxofones para que acompañe a sus sesiones de cinematógrafo en su local de París y hay compositores, como Camille Saint-Saëns que componen partituras para acompañar la proyección de una película. Músicos y compositores tienen en el negocio del cine mudo una fuente de ingresos. No sólo la música, también los ruidos y otros sonidos tienen cabida en el cine mudo, por lo que algunos exhibidores disponen en las salas de cine de máquinas especiales para producirlos. Todos los instrumentos son válidos para hacer música en las salas de cine, pero el piano y la pianola son los más habituales. En 1.893, el físico francés Georges Démenÿ inventa lo que se llama “fotografía parlante”. Charles Pathé, uno de los pioneros del cine, combina fonógrafo y cinematógrafo, llegando a fabricar unas 1.900 películas cantadas. Y también en la misma época, Léon Gaumont desarrolla un sistema de sonorización de films parecido, que presenta en la Exposición Universal de París de 1.900. Otros inventos posteriores, el de Eugène Lauste y el de Oscar Messter y Ernst Ruhmer, en la segunda década del siglo XX, son importantes como primeros experimentos, pero no llegan a buen término a causa de la mala calidad del sonido resultante o problemas con la sincronización. Así, en 1.918, es patentado el sistema sonoro llamado «Tri-Ergon«, que permitía la grabación directa en el celuloide. Pero no es hasta el año 1.922 que los alemanes Josef Engel (1.893 – 1.942), Hans Vogt (1.890 – 1.979) y Joseph Massole (1.889 – 1.957) presentan el primer film, «Der branstifer». El sistema que usan va a dar lugar al llamado “Movietone”, que va a ser utilizado por la Fox antes de la estandarización y al llamado “Tobis Klangfilm”.
En 1.923, el ingeniero norteamericano Lee de Forest presenta su invento, el «Phonofilm”, pero falto de medios, no lo ha podido desarrollar y las cortas películas sonoras que ha presentado en el número 363 Fulton Street (“Tivoli Theater”) de Nueva York, no han tenido ningún éxito, más va a establecer las bases del sistema que finalmente se va a imponer, que resuelve los problemas de sincronización y amplificación del sonido, porque lo graba encima de la misma película.
A pesar del éxito logrado con la proyección de una secuencia de “The Covered Wagon”, la falta de financiación posterga la implantación del invento hasta el año 1.925. Los empresarios que dominan el sector no creen en él en aquel momento, porque la adopción del sonoro implica una fuerte inversión ya que hay que adaptar los estudios y todas las salas de proyección.
En 1.925, la compañía Western Electric decide apostar por Lee de Forest y, en el año 1.926, se inicia la producción bajo la tutela de la Warner Brothers que, con esta apuesta, pretende superar una mala situación económica. Y así, ese año presentan cinco películas en que la imagen convive con el sonido gracias al sistema “Vitaphone” de sincronización disco – imagen.
En 1.926, el cine, todavía es mudo. Cierto es que desde hace algunos años, en Francia, Alemania y Suecia los ingenieros tratan de darle la palabra, intentando conseguir un sincronismo perfecto entre el desarrollo de la película y la grabación de un disco del diálogo, pero los fracasos se suceden uno tras otro. Por eso, los productores han sacado la conclusión, un poco precipitadamente, de que el público está satisfecho con el cine mudo. La “Western Electric” reemprende los trabajos del doctor Lee de Forest y propone un nuevo aparato a los productores, pero éstos lo rechazan. Sam Warner, gracias a un ingeniero que instala una emisora de radio en sus Estudios de Hollywood, tiene noticias de la patente de la “Western Electric”. Un buen día, desembarca en Nueva York, se hace enseñar las pruebas y, sin dudar un segundo, firma un acuerdo de cooperación en la “Western”. La noticia desata la hilaridad en los medios del cine, donde se habla abiertamente de “la locura de los Warner” y de su próxima bancarrota con el sistema llamado “Vitaphone”, de grabación de sonido sincronizado para cines.
Colofón
El sonido es un problema en los primeros tiempos del cine sonoro. Una amenaza mayor para la libertad de la imagen consiste en la necesidad de que el actor hable cerca de los micrófonos. Los equipos de sonido de la época exigen que la persona que habla se dirija al micrófono y a corta distancia. Los micrófonos se esconden en los floreros, tras las cortinas o en la peluca de los actores. En muchas películas de aquellos tiempos se puede apreciar el envaramiento de los actores y su cercanía extraña, hablando con los objetos más diversos. El conocido “León de la Metro”, tiene que ponerse también delante del micrófono. Hacia 1.928, se han superado la mayoría de los problemas técnicos con los que se inició el cine sonoro y se inventa la “jirafa”, el micrófono que se coloca en lo alto de la escena evitando así las cámaras insonorizadas, pesadas y aparatosas, que impiden la movilidad en las escenas.
Hacia 1.930 el sonoro es un hecho, y el cine mudo ha sido definitivamente vencido. La llegada del cine sonoro supuso un duro golpe para Charles Chaplin quien, en principio, se negó a aceptarlo, negándole validez artística. Evitó hablar en dos películas ya sonoras: “Luces de la ciudad” (1.931) y “Tiempos modernos” (1.936), que no eran en realidad sino películas mudas con música y efectos ingeniosamente sincronizados. Todo hacía pensar que Chaplin, el gran mimo, sería una más de aquellas estrellas que no supieron adaptarse a la llegada del cine sonoro. No sería así, pues Chaplin no habló en la pantalla hasta “El gran dictador” (1.941), pero cuando lo hizo, volvió a tener los éxitos de siempre.