EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Agustín Martínez -Periodista-

Decía el gran Pedro Calderón de la Barca, aquello de: «O calla o algo di que mejor sea», elogiando así el noble ejercicio del silencio y eso que Don Pedro, no vivió en este tiempo de las redes sociales, en cuyo caso seguro que suscribiría la reflexión de Groucho Marx, cuando afirmaba que «es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente».

Conviniendo que la prudencia a la hora de emitir nuestras opiniones, es una virtud poco extendida en los tiempos que nos ha tocado vivir, es indiscutible, que también es fundamental hacer oír nuestra voz, ante acontecimientos trascendentes en nuestra esfera vital. Más aún si hablamos de nuestros representantes públicos, a quienes hemos elegido para defender nuestros intereses y los de nuestra tierra. El silencio, en esos casos, deja de ser una virtud, para convertirse en un enorme defecto.

En los últimos días se han producido acontecimientos más que relevantes en la esfera pública de Granada, que requieren cumplidas respuestas, tanto por nuestros líderes locales, como por los medios de comunicación que estamos obligados a contar lo que ocurre, sobre todo cuando sus protagonistas pueden tener una relevancia especial en el futuro más inmediato. Esas respuestas no siempre se han producido y cuando han tenido lugar se han emitido con una sordina incomprensible.

Hace cuatro días elDiario.es publicaba que La Fiscalía Provincial de Granada había abierto una investigación contra el presidente del Partido Popular, alcalde de Alhendín y candidato a la reelección, Francisco Rodríguez, y su hermana, María del Mar, por la presunta construcción de un cortijo sin licencia de obras, en un suelo especialmente protegido del municipio en el que es regidor el dirigente popular. Los hechos, que datan de 2020, fueron denunciados anónimamente el pasado mes de febrero y demostrarían a su vez la estrecha relación existente entre el arquitecto redactor del proyecto y el Ayuntamiento de Alhendín.

Según la denuncia que ha dado lugar a la actuación de la Fiscalía, el alcalde y su hermana habrían participado en una operación urbanística que desembocó en la construcción del cortijo del «Abuelo Pepe» en una finca familiar en Alhendín. En concreto, se trata del proyecto en el que se declara de “interés público” y “social” la actividad de alojamiento rural promovida por María del Mar Rodríguez, hermana del alcalde y suplente en las listas electorales del PP de Alhendín en los comicios municipales del próximo día 28, para justificar la construcción del inmueble.

La denuncia pide también indagar  en la “estrecha relación” que hay entre el perito del Ayuntamiento y el arquitecto que firma el proyecto del cortijo, Eloy López Trescastro. Dicha relación habría sido clave para que se aprobasen los expedientes urbanísticos relacionados con el mismo. López Trescastro es también secretario general del Partido Popular de Armilla y Francisco Rodríguez, en calidad de presidente provincial de los populares, le nombró como Coordinador de Política Municipal en noviembre de 2020, el mismo año en el que se realizó el expediente del cortijo.

Convendrán ustedes conmigo que esos hechos son lo suficientemente graves, como para que el principal implicado hubiera dado explicaciones a la opinión pública, sus adversarios le hubieran reclamado esas explicaciones y sus superiores le hubieran arropado convenientemente. Nada de todo eso se ha producido. Ni Francisco Rodríguez ha dicho esta boca es mía, ni Juanma Moreno, ni Feijóo se han hecho carne mortal en el asunto, a pesar de estar el pasado domingo en un acto con el investigado, ni sus adversarios políticos, especialmente el PSOE, han ido mucho más allá de un ligero pellizco de monja.

No me negarán que sorprende semejante conjunción astral, pero siendo insólito, que lo es, lo verdaderamente inexplicable es que los medios de comunicación de esta bendita tierra se hayan mantenido ciegos, sordos y mudos ante esas gravísimas denuncias.

En cuatro décadas de ejercicio profesional del periodismo, jamás de los jamases he asistido a lo que en los últimos tiempos se está viviendo en el universo mediático granadino. Es cierto que en casos similares unos medios podrían ser más incisivos que otros, en función de su línea editorial, pero nunca se habría silenciado un asunto como el que nos ocupa.

El caso es que llueve sobre mojado, porque algo parecido hemos vivido con el caso de los contratos bajo sospecha de la consejera de Infraestructuras y candidata a la alcaldía por el PP, Marifrán Carazo, adjudicando obras de carreteras a empresas sin trabajadores, sin sede social y sin ninguna experiencia en la obra pública, lo que también fue vergonzosamente silenciado por los medios de comunicación nazaríes.

Es cierto que la cuenta de resultados de las empresas de comunicación pesa enormemente en el proceder de sus medios y que, dependiendo de lo que pase el próximo día 28, tanto Francis Rodríguez, como Marifran Carazo, podrían tener la llave de la caja de caudales de la Diputación y del Ayuntamiento de Granada, pero de ahí a ocultar a la sociedad, a la que todo medio de comunicación se debe, informaciones de esta relevancia, media un peligrosísimo abismo en el que cada día que pasa, se precipita un poco más el periodismo ¡Qué tristeza!

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