Capuchinos bendice la nueva capilla de la Virgen de la Soledad

                                                                                  Domingo A. López Fernández

Capuchinos bendice la nueva capilla de la Virgen de la Soledad

El pasado sábado, 22 de abril, la iglesia de la Divina Pastora celebraba una solemne función eucarística en acción de gracias por la nueva capilla que la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y Santísimo Cristo Yacente ha erigido a su titular mariana. Fue en el transcurso de la misma cuando el párroco y consiliario de la corporación, D. Antonio Rodríguez Hervás, procedía al rito de la bendición ante los muy numerosos hermanos de la cofradía, miembros del resto de corporaciones locales y feligreses del barrio presentes, que llegaron a ocupar materialmente todos los espacios libres del templo.

Durante la bendición, han ocupado lugares preferenciales el hermano mayor de la corporación, Reinaldo Tarragona, junto a Luis Sánchez Choza, capitán del cuerpo de la Guardia Civil que lo hace en calidad de Hermano Honorario de la cofradía. Además, en representación de la junta de gobierno, han estado presentes el albacea, Daniel Cruces Gómez, la secretaria Cristina López Prieto y las hermanas en hermandad María Luisa Prieto López, María Carmen Prieto, Dolores Almendros y María Dolores Moreno González, entre otras. Asimismo el acto ha gozado de la representación de varias corporaciones penitenciales y de gloria de la ciudad, entre ellas la cofradía del Santo Sepulcro, y las hermandades de la Divina Pastora, Nuestra Señora de las Angustias y Virgen del Carmen del Puerto. El acto de la bendición queda enmarcado dentro de la programación del 75 aniversario fundacional de la cofradía que se va a desarrollar a partir de ahora con la puesta en práctica de otras actividades entre las que se cuenta la edición de un cartel conmemorativo que será presentado públicamente el día seis de mayo y que ha realizado el artista motrileño Jesús Ortega Fernández. Asimismo, un ciclo de conferencias que tienen como protagonista a la corporación cofrade, su historia, su iconografía, su patrimonio y el  carácter dogmático de sus dos advocaciones, la Virgen de la Soledad y Cristo Yacente en las sagradas escrituras, y la salida extraordinaria de la titular que tendrá lugar el 23 de septiembre, entre otras actividades más

Efectivamente, en este año de 2023, la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad cumple 75 años de existencia, ya que remonta su existencia al día 24 de abril de 1948, fecha en la que queda establecida en la ciudad. Lo hace por entroncar con la tradición y engrandecer los dos principales días de la semana santa motrileña, que desde el año anterior cuenta ya con dos corporaciones pasionistas, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la del Santo Sepulcro. Tras un año de intenso trabajo, la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad efectuará su primera salida penitencial el día 15 de abril de 1949, confiriendo al viernes santo una solemnidad plena y enormemente  gratificante ya que van a hacer procesionar por las calles dos imágenes sagradas, una, la de Cristo Yacente, ligada a la cofradía del Santo Sepulcro, y la otra, la Virgen María en su advocación de la Soledad, con la nueva corporación, ambas en el mismo día. Para engrandecer su desfile procesional, la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad adquiere en el año de 1952 una imagen de Cristo Yacente al granadino Enrique del Moral y, años más tarde, en 1956, traslada su ejercicio penitencial al día del sábado santo confiriendo espiritualidad y grandeza al tercer día del Triduo Pascual.

La capilla bendecida ocupa el mismo lugar donde  durante años han recibido culto las dos imágenes titulares y ha sido ejecutada por el motrileño Jesús Ortega. Según su diseño, bajo el arco donde radican, se ha tapizado todo el fondo con tela de damasco de color burdeos y sobre la imagen de Cristo Yacente el carpintero local José Fortes, ha construido una mesa de altar provista de una moldura dorada que ocupa todo el ancho de la capilla. Sobre ella se erige una peana para la Virgen que ha sido tapizada con galón de oro y, detrás de la Virgen, a modo de dosel, se asemeja una especie de retablo que ha sido realizado en pintura textil sobre tela. Para este solemne acto, la Virgen de la Soledad ha sido vestida por su tradicional vestidor, Abraham Ortega, y muestra los colores litúrgicos de pascua y pentecostés, que son el rojo y el blanco. Muestra rostrillo en tonos dorados y su cara se encuentra enmarcada con un encaje de duquesa de Bruselas del siglo XVIII que técnicamente se denomina tocado a tabla y que queda mezclado con la blonda del encaje de Bruselas. Esta es la primera fase del proyecto de renovación artística, pues a final de año y por parte de su mismo artífice, se pretende acometer el arreglo de la parte baja de la capilla en la que recibe culto el Cristo Yacente.

Finalizado el acto, EL FARO tuvo la oportunidad de pulsar la opinión de señalados miembros de la junta de gobierno de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad. Para su hermano mayor, Reinaldo Tarragona, “el acto viene a ennoblecer el lugar donde tradicionalmente han recibido culto las imágenes titulares. Es ésta la primera fase de su renovación, ya que también se pretende acometer la parte baja de la capilla y el arreglo de la urna del Cristo Yacente. Como hermano mayor me siento enormemente satisfecho del acompañamiento que hemos tenido por parte del barrio de Capuchinos y, asimismo, de las representaciones de las cofradías y hermandades de la ciudad. Aprovecho la presencia de EL FARO para anunciar la presentación del cartel conmemorativo de los 75 años de nuestra cofradía, acto que ha sido encomendado al artista Jesús Ortega y que tendrá lugar el próximo sábado, seis de mayo”. Por su parte, otro antiguo hermano mayor, Rafael García Luján, refería a EL FARO que “la capilla dedicada a la Virgen de la Soledad y Santísimo Cristo Yacente destaca por la sencillez y sensación de humildad ya que quiere trasmitir que la cofradía forma parte de la iglesia y que se encuentra integrada en ella. Y como decía nuestro consiliario en el acto de la bendición, a través de los ojos se hace amor y caridad entre las personas. No me queda más que felicitar a la cofradía y dar mi enhorabuena a todos los que han participado en esta obra, pues es algo que engrandece la semana santa y la cultura de Motril”.

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