Domingo A. López Fernández
Fotos: EL FARO
Tiene lugar la imposición de la cruz nazarena y la subida de Jesús Preso a su paso
A las puertas de una Semana Santa que desprende ya el olor tradicional de una fiesta solemne para los cristianos y esos sonidos que le son típicos de época, donde se hace sonar con fuerza el ritmo melódico de las marchas procesionales, las cofradías penitenciales de la ciudad tienen ya ultimados todos sus preparativos para ejercitar sus estaciones de fe en la calle. Las últimas en verificar este emblemático punto de partida han sido la de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la de Nuestro Padre Jesús del Perdón, que el pasado jueves, 30 de marzo, efectuaban el que ya no es un punto de retorno, concretamente la imposición de la cruz al titular nazareno, y la subida al paso de Jesús Preso, actos que como viene siendo habitual, congregan a numerosos hermanos de penitencia y público en general en torno a un ritual que se vive con el sumo grado de respeto y veneración.
La primera cofradía en verificar estos actos fue la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que a las 8:45 hrs de la tarde convocaba a sus hermanos a la imposición de la cruz en su casa hermandad. Con puntualidad, el acto daba comienzo con la intervención de su hermano mayor, Adrián Martín Muñoz, que entonaba una oración introductoria al momento que íbamos a vivir. Posteriormente, traía hasta los presentes la meditación que el Papa Francisco hace de la cruz, para significar que “de instrumento de tortura, de sufrimiento y derrota pasa a la victoria definitiva sobre el mal y la convierte en el símbolo más elocuente de la esperanza que el mundo haya visto jamás”.
Finalizada su intervención, daba comienzo el acto en sí con el ceremonial previsto por la junta de gobierno, en el que el cuerpo de acólitos presente ponía en alza sus ciriales e incensario y se iniciaba el traslado de la cruz hasta el paso de misterio, acto que fue verificado únicamente por hermanas de la cofradía. Con el extremo cuidado que exige el momento, la cruz fue subida al paso y portada al hombro por el hermano cofrade Rafael Fernández Suarez, “Fali”, quien con guantes en ristre movió cuidadosamente las manos del Nazareno para asir la cruz, y fijarla a su hombro. El acto se dio por terminado con el rezo de una oración y la lógica felicitación entre hermanos de hermandad. En el momento, EL FARO, quiso recoger el sentimiento de la persona que siguiendo las palabras del evangelio “si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”, ejercitó este sentido rito, Rafael Fernández, quien respondía a la pregunta de la redacción afirmando que “el acto es superior a mis fuerzas y bueno, lo digo siempre, es un placer estar con Él y lo que le haga falta, tanto a Él como a mi Esperanza, sin más. El acto embarga de emoción, sobre todo al tocarlo y mirarle su cara, es un instante único”.
Finalizado el ceremonial, tenía lugar el retranqueo del paso de misterio que ha efectuado su cuadrilla de costaleros al mando de su nuevo capataz, Javier Carrasco.
De aquí, en la cercana ermita de la Virgen del Carmen, se llevaba a cabo el acto de la subida de la imagen de Jesús Preso a su paso procesional, acto que dio comienzo a las 21:00 hr de la noche ante una numerosa presencia de hermanos de hermandad y vecinos del barrio. Con un extraordinario silencio dio comienzo el ceremonial con el rezo de una oración por parte del consiliario de la hermandad, D. Alberto Sedano, para, a continuación, efectuar la salida del Cristo del Perdón desde su sede canónica mientras un muñidor da el toque de campana marcando el paso. Paralelamente, las andas de Jesús Preso eran llevadas con paso cadencioso hasta la nave lateral de la iglesia donde se encontraba ubicado el trono de Cristo. La imagen fue dispuesta sobre un resorte elevador que la subió hasta la canastilla para que los hermanos de hermandad pudiesen fijarla en su lugar, momento en el que los fieles presentes se acercaron hasta él para poder contemplar detenidamente su figura.
Así trascurrieron, pues estos dos actos que con una diferencia de escasos metros han tenido lugar en la popular calle de las Cañas y en la que se ha podido ver a una numerosa presencia de fieles ligados a cofradías señeras de la ciudad y los vecinos del barrio que siempre acuden a presenciar el acto que ha de poner el cierre de la cuaresma y abrir el de los significativos pasos procesionales de semana santa.