CUARESMA 2023: PERDÓN Y MISERICORDIA CELEBRA SU TRADICIONAL PREGÓN EN LA ERMITA DEL CARMEN

Domingo A. López Fernández

Fotos: EL FARO

El almuñequero José Carlos Rodríguez Díaz pregona a los titulares del Martes Santo

El pasado domingo, 5 de marzo, en jornada matinal, tenía lugar en la popular ermita de la calle Cañas el XIX pregón de exaltación  a los sagrados titulares de la cofradía de Nuestro Padre Jesús del Perdón, María Santísima de la Misericordia, Nuestra Señora del Carmen y San Juan Evangelista. El mismo tuvo lugar a la conclusión de la santa misa dominical que presidía su consiliario, D. Alberto Sedano Rodríguez, que gozó de la presencia de numerosos hermanos de la corporación nazarena, feligreses del barrio y la representación oficial de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad, que desplazó para la ocasión al cargo de su vice-presidente, D. David Lozano Peñalver.

Este año de 2023, la  junta de gobierno que preside D. Sergio Urrutia, ha conferido el noble honor de pregonar a sus titulares a un conocido y experimentado cofrade de la vecina ciudad de Almuñécar, D. José Carlos Rodríguez Díaz, a quien unen fuertes lazos de devoción con la corporación titular del martes santo motrileño. El cabildo de oficiales hacía pública su designación en el mes de diciembre de 2022, refiriendo el acendrado sentir espiritual del pregonero y sus valores personales y humanos para la vida en hermandad, pues no en balde, es hermano de varias cofradías, entre ellas la de la Virgen de los Dolores, la del Despojado y Salud, el Resucitado y Triunfo, o la hermandad patronal de la Virgen de la Antigua, todas ellas radicadas en la localidad sexitana, así como también a la del Santísimo Cristo de San Agustín de Granada. Por aquellos días, reconocía y admiraba ya el hermano mayor del Perdón la gran notoriedad de este consumado pregonero cuyo verbo fácil, rimado y envolvente, ennoblece cualquier acto en los que se hace partícipe, ya sea en una presentación de un cartel, un pregón o su sereno discurso en una tertulia cofrade. Así es, y así ha sido, pues José Carlos Rodríguez Díaz lleva un extenso currículo en el ámbito de la semana santa de la costa granadina, pues además de haber sido vocal de cultos de la Agrupación de Cofradías de Almuñécar durante tres legislaturas, ha protagonizado el pregón de su cofradía, la de la Virgen de los Dolores en el año de 2012, el de la II Exaltación Mariana a la Virgen de la Antigua, patrona de la ciudad, en 2013, el pregón de la hermandad de la Virgen del Carmen, patrona del barrio de los Marinos, en 2015, el pregón al Cristo de la Expiración en 2016, el pregón de la cofradía del Nazareno de Almuñécar en 2017, el pregón fundacional del XXV aniversario de la hermandad de Jesús del Gran Amor Despojado de sus Vestiduras, en 2018, la exaltación a la saeta “Ciudad de Almuñécar” en 2018, o el pregón oficial de la Semana Santa de Motril en 2019, entre otros muchos más. Este año, sin más, tiene encomendada la labor de pregonar a la cofradía de la Gloriosa Resurrección de su ciudad natal, acto que tendrá lugar el próximo 26 de marzo en el teatro José Martín Recuerda de la Casa de la Cultura.

El pregón de los sagrados titulares del martes santo motrileño tenía lugar a la conclusión de la santa misa, iniciándose el mismo a las 13:45 hrs, momento en el que subía hasta el ambón la presentadora del pregonero, Patricia Martín Barbero, persona a la que unen grandes lazos de amistad y que ha sido embajadora de este mismo hecho en varios de sus pregones. Del pregonero refería que nace en el año de 1988 en el seno de una familia numerosa en la que hace el número seis de los hermanos. Es, dijo, hombre de fe y de arraigados sentimientos cristianos, cualidad que ha sabido inculcarle su madre, con la que “descubre la belleza sin igual de la iglesia de la Encarnación y su gran devoción a la Virgen de los Dolores”. Patricia Martín quiso destacar, igualmente, la bondad y don de gentes que caracterizan al pregonero y que le van a permitir acceder a la junta de gobierno de su titular mariana. Relata, también, los lazos de amistad que les unen, forjados en la misma calle donde viven, en el mismo colegio en el que han estudiado y en la misma hermandad que les vincula a sus sagrados titulares. Fue, dijo, hace nueve años, cuando esos lazos se hicieron más presentes bajo el manto de acogida de la Virgen de los Dolores. Pero esa devoción no es exclusiva, pues se extiende igualmente a la Reina del Domingo de Ramos, María Santísima de la Salud, titular de la hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús del Gran Amor Despojado de sus vestiduras de la localidad de Almuñécar, corporación en la que actualmente desempeña el cargo de secretario. Al margen de ello, destacaba que el pregonero se reviste de un don de palabra, de creatividad y de inteligencia y, lo más importante, por ser un enamorado de la semana santa, cualidad que le ha permitido ser designado pregonero de la Semana Santa Motrileña en el año de 2019. Y no ha sido solo éste, sino un sinfín de actos y exaltaciones, al margen de ejercer de catequista de jóvenes en su parroquia natal. Por ello, dirigiéndose a él, le expresaba que “ha llegado tu momento, que no te tiemble el pulso, ni tengas duda al hablar, pues no hay palabra más sincera que la que brota del corazón y a ti, corazón te sobra, no te inquietes ni tengas duda. Coge tu Palermo, como en cada estación de penitencia, pues hoy este atril es tu peculiar cortejo. Condúcenos por filas de sentimientos y haznos cumplir con esta estación de penitencia transportándonos hasta un nuevo martes santo”. Y sin más, refiriéndole que “es hora de que tu palabra se haga pregón”, le invitaba a subir hasta el atril.

Fiel a su estilo, José Carlos Rodríguez iniciaba su discurso con un canto a Motril, la ciudad que le acogía en ese día, a modo de sueño compartido, sueño hilvanado que quiso corresponder con el público presente.Por eso exclamó con voz firme y segura, “Despierta Motril despierta, que ha llegado, sin apenas darnos cuenta, a tu ciudad una nueva Cuaresma, y toca estar despiertos para recibir en tus calles al Cristo que los pecados perdona junto a la madre de la Misericordia. Despierta Motril, despierta, que este año tu ciudad entera va a ser la encargada de subir al Perdón a su paso y de encender con armonía, para dar luz a la Misericordia, las velas de su candelería. Así que despierta Motril de tu sueño, y pon rumbo a la Iglesia del Carmen, que aquí te esperan grandes cofrades para enseñarte lo que es ser un buen hermano, un buen devoto y sobre todo, un buen cristiano. Así que en esta mañana cuaresmal y pregonera te animo Motril a que vayas despertando, que llegó la hora de ver de nuevo por tus calles caminando, a esta Cofradía, la noche del Martes Santo”.

Tras las salutaciones de rigor, y entrando de lleno en el contenido del pregón, sus primeras palabras fueron de agradecimiento a la hermandad por haberle elegido pregonero de este año de 2023, y con ello, a su presentadora, Patricia Martín, a la que le une una gran amistad “surgida al abrigo de noches cuaresmales protegidas por el manto de nuestra madre sexitana de los Dolores, realmente son amistades bendecidas que duran toda la vida”.

El pregonero trae ahora hasta su memoria el reencuentro con la ciudad que hace cuatro años le invitó a ser pregonero de su semana santa. Ahora, esta señera hermandad motrileña, “ha hecho que coja el barco de mis sentimientos, de mis emociones y de mis vivencias cofrades y cruce el mar que separa nuestras dos ciudades para llegar hasta este rincón pintoresco de la ciudad y pregonar a vuestra gran Hermandad”. Tuvo palabras de elogio a la corporación, al trabajo del día a día de los hermanos que a través de rifas, sorteos, cruces.., hacen y fomentan los lazos de hermandad para mantener viva la llama del sentimiento cofrade. Y tuvo también palabras para dignificar la labor de todos los hermanos por engrandecer el patrimonio de la corporación, erigir el salón parroquial anexo a la iglesia y estrenar su casa hermandad, “lugar de encuentro, confraternización y de distendida charla cofrade que os une aún más a toda la familia del Perdón y la Misericordia”.

Puso también el valor en las palabras del nuevo arzobispo, José María, las de las tres C que vertebran el ADN de cualquier cofradía: caridad, catequesis y cultos a los sagrados titulares. Este pregón dijo, va dirigido a todos los hermanos, a los que un día pertenecieron a la corporación, al más reciente de los asociados, a los que llegaron y ya se fueron pero algo aportaron, y, por supuesto, a todos aquellos que como Pepe Ruiz o Rafael González, entre otros, hoy disfrutan desde las tribunas oficiales del cielo cada Martes Santo”. Por todo ello, afirmó que sois un referente cofrade, ya que en cuarenta años de existencia habéis conseguido formar una familia cristiana unida “y pasear por Motril con absoluta maestría al Cristo del Perdón y a la madre de la Misericordia Bendita”.

Siguió el pregonero adentrándose en los valores espirituales que dos advocaciones, el Perdón y la Misericordia, enlazan en el misterio de la pasión. Una pasión que revive todos los años en el día del martes santo. José Carlos Rodríguez hilvana ahora en su mente con ribetes de ensueño la salida procesional de Jesús del Perdón y su Madre de Misericordia en un martes santo cualquiera, cuando las manecillas del reloj alcanzan las ocho de la tarde:  “ahí está Cristo, haciéndose preso para perdonar a su pueblo. Ahí está, maniatado sobre un calvario de claveles puesto por sus fieles para, en el Martes Santo motrileño, salir a la calle sobre el altar imponente de su barroco paso…, Y siempre, tras el Perdón de Cristo, la Misericordia Infinita de María, siempre detrás… ofreciendo, bajo palio, la entrega infinita de su amor. Acompañada por negras, piadosas y devotas mantillas que calman su dolor con los rosarios nacarados que cuelgan de sus manos, que rezan mientras la cera consume su cirio por la Calle de las Monjas, y las madres nazarenas también la calman con su canto y su salve”. Todo el ejercicio penitencial de los hermanos de Jesús Preso lo hace desfilar en su verbo cálido, envolvente, sugerente y cercano, para hacerles trasladar que son ejemplo vivo de penitencia y de amor a Cristo en los solemnes momentos de su pasión.

Versos hilvanados desde lo más hondo de su corazón enamoran, asimismo, a los presentes en sentidas rimas que ahondan en la fe y el amor a los sagrados titulares como si de una procesión virtual se tratara: “Que estamos en Puerta Graná/Y la mecía es bien cortita/Para que su rostro bendiga/cada rincón de esta calle/En que las vecinas su paso/hasta pueden abrazar./Por Manjón y por las Monjas/en la oscura celosía/donde el sudor se apelmaza/y donde el alma suspira,/el corazón costalero/que, lleno de amor, latía,/se apretó con la madera/para subir a María/y vibraron los claveles,/danzaron las bambalinas/con requiebros de varales/que, en la noche, se mecían./y salpicaron los cirios/sobre la plateada candelería…”.

En su meditado discurrir se adentra ahora en la espiritualidad de la advocación de la Misericordia, esa “que me atrapó con su belleza y su elegancia bajo palio cuando la descubrí por primera vez hace ya unos cuantos años, una noche de Martes Santo”. Y de seguida, trajo hasta los presentes su propia historia personal para con la cofradía. Yo llegué a ella por consejo de un buen amigo, dijo, el vestidor de las imágenes, huyendo del bullicio de la semana santa de la capital. Así se hizo presente en el Perdón, donde “vine, vi y creí”. Me encontré no sólo con una gran Cofradía en la calle, no sólo con un portentoso Cristo mecido de manera extraordinaria por sus bien llamados Costaleros de Dios, no sólo me encontré con esa niña sevillana, hoy ya motrileña de corazón que cautiva con su mirada a todo al que a sus plantas se arrima. Me encontré con una Hermandad derramando arte cofrade por las calles motrileñas, con saetas y petalás que se descolgaban por los balcones, con dos tallas imagineras sublimes, con un miserere único cantado con amor, y con fe, sentimiento y emoción que a su paso se arremolinaban como promesas motrileñas puestas en sus manos maniatadas”.

En este discurrir por la semana santa José Carlos Rodríguez sintió su gozo por ser elegido pregonero de la semana santa motrileña, donde pudo expresar con palabras lo que siente Motril cada martes santo por su Cristo cautivo y maniatado. Fue tal su atracción que le llevó a ponerse bajo su paso. La historia del titular queda ahora desvelada por el pregonero al referir que es un encargo de la antigua hermandad de Jesús Preso que  fue costeada por suscripción popular en los inicios de la década de los años cincuenta. Es obra del imaginero granadino Domingo Sánchez Mesa, un regalo para Motril de tan sublime escultura, una “efigie devocional sin igual del mundo cofrade”. Y con ello afirmaba que “el día que lo entronizaron en su altar de la Encarnación estaban regalando a Motril un sagrario de sentimientos, fe y profunda devoción”. Más tarde, una docena de jóvenes ilusionantes, fundará en el año 1984 la cofradía bajo la advocación de Cristo del Perdón, al que en una larga y sentida poesía salida desde lo más hondo de su corazón va a describir con suma atención. Y tras ella, a su madre de la Misericordia, con un ruego a los presentes: “Permitidme que mis últimas palabras sean para Ella, la que realmente me cautivó aquel ya lejano Martes Santo, la que ha cautivado a tantos y tantos cofrades y hermanos, miradle como hoy quiero hacerlo yo, a esos sus ojos llorosos, y contadle lo que sentís, pues ella vino desde Sevilla para ser, por siempre, Misericordia, para Motril”.

Aquí termina este sentido pregón que el público presente, puesto en pie, ha aplaudido intensamente durante varios minutos, para pasar luego a las protocolarias felicitaciones de los hermanos de hermandad, fieles del barrio y cofrades de la ciudad. Durante su transcurso, el pregón ha contado con el soporte musical al saxo de la joven componente de la banda de Itrabo Nuria Díaz Ruiz, que en “sólo” ha interpretado las marchas “Siempre la Esperanza”, “En el cielo de tus ojos”, “Concha” y “Mi amargura”. Finalmente, por parte de la hermandad del Perdón, se hacían entrega a los protagonistas del día de los correspondientes reconocimientos. En concreto a Nuria Díaz y Patricia Martín dos fotografías enmarcadas de María Santísima de la Misericordia, y a José Carlos Rodríguez Díaz, la medalla de la hermandad enmarcada y la placa conmemorativa que le identifica para la posteridad como pregonero de la corporación del año de 2023.

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