PARIPÉ
Dícese del «engaño o fingimiento para guardar las apariencias o para conseguir lo que se desea». Así define la Real Academia de la Lengua Española la palabra «paripé» y eso que en el momento de dicha definición, los muy ilustres académicos no habían vivido nada parecido, a la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez, sobre la sede de la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial (AESIA).
A estas alturas de la película es muy probable que ustedes ya conozcan con pelos y señales, todos los detalles de la chapuza perpetrada por el consejo de ministros del lunes, por el que se designaba la ciudad de La Coruña como sede de esa agencia a la que aspiraba Granada, después de presentar la mejor candidatura técnica, científica, académica y social, tal y como todo el mundo había reconocido y después de haber sido bautizada, nada más y nada menos que como la «capital española de la inteligencia artificial», por el mismísimo presidente del Gobierno, que el lunes se pasó por el arco del triunfo esa capitalidad, para otorgar la sede de la Agencia Española a la ciudad gallega, que en el BOE figurara la candidatura de Granada como la más valorada, o que la Universidad de nuestra ciudad sea, de largo la número uno de España en esta materia, además de una de las mejores de Europa.
Cuando se produce una decepción de semejante calado, es lógico que resuciten todos los fantasmas del granadinismo de charanga y pandereta, apuntando hacia que si Sevilla conseguía la sede de la Agencia Española Aeroespacial, dejaba a Granada sin ninguna posibilidad de materializar su candidatura, por aquello de que no se iban a conceder las dos primeras agencias a la misma comunidad autónoma y siempre se iba a primar a la Giralda sobre la Alhambra.
Probablemente no vaya a hacer muchos amigos con estas líneas, pero Sevilla no tiene la culpa, ni la Junta de Andalucía tampoco, de que el Gobierno de Pedro Sánchez, haya sido un auténtico cobarde al tomar esta decisión. Sevilla se merecía más que ninguna otra ciudad, albergar a la denominada popularmente como la NASA española y Granada, había acreditado méritos más que sobrados, para conseguir la sede de la Inteligencia Artificial. Solo la falta de rigor, gallardía y solidez política del Gobierno de Pedro Sánchez, ha provocado este descalzaperros, que pueden pagar muy caro en las urnas municipales sus compañeros de partido, que se han batido el cobre, como hacía mucho tiempo que no habíamos visto, para sacar adelante este proyecto.
Cómo no habrá sido de escandalosa la decisión del consejo de ministros, que casi todo el ecosistema socialista de Granada, empezando por el alcalde, han puesto pie en pared y no han ahorrado críticas a un Gobierno, que hasta la decisión del lunes, solo había hecho que «regalar» los oídos de esta ciudad, al hilo de su trabajo para conseguir ser sede de esta agencia, que ahora han decidido llevar a la tierra de la Vicepresidenta, Nadia Calviño.
Si Pedro Sánchez había decidido que el reparto de sedes de distintos organismos nacionales por todo el solar patrio, se iba a decidir a modo de chalaneo, podría haberse ahorrado lo de señalar en la convocatoria, que la misma se decidiría por «concurrencia competitiva», que viene a significar, ni más, ni menos, que ganaría la mejor candidatura, con independencia de la procedencia territorial de la misma.
En ningún lugar se dijo que una comunidad autónoma solo podría optar a una de esas agencias y si, como parece, la decisión del Gobierno de excluir a Granada como sede de la AESIA, se produce porque Sevilla iba a conseguir la Agencia Espacial Española, el Gobierno en pleno debería volver a clase de geografía para comprobar que Andalucía, tiene una superficie de casi la tercera parte de España y una población de más de ocho millones y medio de habitantes, lo que la convierte además en la más poblada. En esa clase de geografía, aprenderían que Andalucía es mayor que países como Portugal, Bélgica, Luxemburgo, Dinamarca, Austria, Suiza, o las repúblicas bálticas… Si después de todas esas enseñanzas, nuestro muy trilero consejo de ministros cree que Andalucía solo puede optar a una agencia estatal, poniéndola al nivel -con todos mis respetos-, de La Rioja, Navarra, Murcia, Madrid, Baleares, Canarias, Asturias o Cantabria, es que no han entendido nada.
«Tampoco en ningún lugar de la convocatoria para designar la sede de la Inteligencia Artificial, se leía nada sobre que aspirar a otro gran proyecto de corte científico, invalidaría la candidatura de la ciudad en cuestión. Lo digo porque entre sus excusas peregrinas, el Gobierno ha venido a decir que Granada ya cuenta con el proyecto del acelerador de partículas. Convendría recordarle a Pedro Sánchez que en ese terreno aún no se ha producido decisión alguna, por lo que Granada solo es, por ahora, una aspirante, y en segundo lugar que también Sevilla contaba con todo el poderío de la factoría de Airbús y eso ha sido algo que ha jugado a favor de su candidatura y no en contra.
«Castigar» a Granada dejándola sin la AIESA, por ser una cualificada aspirante al proyecto del acelerador, es una estupidez semejante a haberlo hecho porque su Universidad sea la más importante de España en materia, así que como muy bien dice la consejera granadina, Marifrán Carazo, a la que esta decisión del Gobierno, le pone con pie y medio en la Alcaldía, «El acelerador no es excusa».
Dice el Alcalde que «el Gobierno se ha metido en un lío». Mucho me temo que no. Creo, querido Paco, que más bien el Gobierno te ha metido en un lío a ti, porque la patada que, después de esta decisión, los granadinos quieren dar en el culo de Pedro Sánchez, mucho me temo que te la van a dar en el tuyo en las próximas elecciones municipales de mayo. Injusto, sí, pero comprensible.