-Cartas al director-/EL FARO
EL CIRUJANO PACO HERRERA: EXCELENCIA TÉCNICA Y CALOR HUMANO EN LA SANIDAD PÚBLICA
El pasado 2 de diciembre, el doctor Francisco Herrera Fernández, recién jubilado como Jefe de Servicio y Director de la UGC Cirugía General y Especialidades del Hospital de Motril, recibió un merecidísimo homenaje sorpresa y una placa del Ayuntamiento en el Centro de Arte José Hernández Quero. A las palabras de agradecimiento y cariño de la alcaldesa, compañeros y pacientes, queremos añadir las de quienes tenemos cierta visión privilegiada de Paco: sus amigos desde la infancia, casi –si no más que– hermanos. Mucho ha llovido, y dejado de llover, desde los pierdepagas a una peseta en los futbolines del Zaidín, el temblor ante los ceros en Mates de la señorita Nati, o las pelis del oeste en el Cine Central. Mantener una amistad de tantos años es fácil con Paco, siempre disponible para lo que necesitemos; ahora que no nos oye (por lo de que no se ruborice), podemos decir que ser amigos de Paco Herrera es, además del gran privilegio ya apuntado, un motivo continuo de satisfacción y enriquecimiento humano.
Si a sus colegas y pacientes ya les parece admirable la profesionalidad y la bondad machadiana de Paco, sus viejos, o mejor muy antiguos, amigos íntimos podemos dar testimonio, gracias al trato con él en el ámbito privado, de hasta qué increíble grado llegan esas cualidades. Para empezar, Paco no ha dejado nunca de estudiar, se actualiza cada semana, cada día; eso ha sido una de las causas de que su trabajo no acabara en el hospital, sino que con mucha frecuencia continuara en casa, en sus horas de “descanso”. ¿No es paradójico que un formidable maestro se comporte como un perpetuo aprendiz?
Es más, en su tiempo libre actúa como un atleta que puede ser llamado para competir en cualquier momento, por lo que controla su forma física, sus horas de sueño, su comida,…y su bebida: no recordamos haberlo visto nunca achispado. ¿Un tipo triste y aburrido, entonces? ¡Para nada! Apasionado en las conversaciones, informado de lo que sucede, y casi siempre de excelente humor; de hecho, si algo se le puede reprochar, ahora que sigue sin oírnos, son sus chistes malos, que encima cuenta bajando la voz, lo que hace que todos inclinemos expectantes la cabeza para poder enterarnos y decir una vez más “joer Paco, otra vez te has lucido”.
Si a esto le sumamos su notable dedicación a la investigación (que prosigue), la divulgación y la docencia, su habilidad con el bisturí (que es manual, mental y de todo el cuerpo) y su cultivada inteligencia, verán las causas de su éxito como cirujano desde el punto de vista técnico (tendrían que ver su currículum). Lo de las “buenas manos” de una cirujana o cirujano no va sólo de manos.
Pero a todo eso hay que sumar el aspecto humano, su aprecio por los enfermos, de los que siempre habla con un cariño que ellos perciben en el trato directo. Sin importarle lo más mínimo, por supuesto, la condición personal de cada uno; todos merecen su máximo interés y dedicación. De hecho, esto lo ha llevado tan a rajatabla que se ha mantenido en la Sanidad pública despreciando la tentación de la privada, con la que habría ganado muchísimo más… a cambio de dedicarle menos atención a quienes no pudieran pagarlo. Esto es fácil decirlo, pero no tanto hacerlo; miremos a nuestro alrededor o a nosotros mismos. Ha defendido los recursos públicos hasta el extremo, cuidándolos más que si fueran suyos, siendo enemigo del despilfarro… y de los políticos que tanto daño hacen a la Sanidad pública, incluso muchos que la protegen sólo de boquilla.
Y nunca se ha vanagloriado de esa renuncia; de hecho, nunca se vanagloria de nada, todo lo hace con sencillez y naturalidad, y jamás ha dicho una palabra de menoscabo hacia los colegas que sí han ido a la sanidad privada, ni ha aireado decepciones personales.
Mantenerse con esa integridad y excelencia en una carrera profesional de 42 años (32 de ellos en Motril) es sencillamente extraordinario, y nosotros, orgullosos de él y de poder presumir de que somos sus amigos-cuasihermanos, celebramos como propio el mencionado reconocimiento público, y los que puedan venir. Por ejemplo, ¿qué se le podría conceder a este “hijo” de Motril (aunque nacido en Granada) que ya es de facto médico “predilecto” de muchos motrileños que han tenido la suerte de mejorar sus vidas pasando por sus manos? A ver qué se les ocurre…
Por nuestra parte, no dejaremos de recurrir a la generosidad y sabiduría de Paco, que se nos ha jubilado, y, como algunos creemos recordar que una vez contó un chiste aceptable, por si se repite el prodigio seguiremos inclinando la cabeza cada vez que baje la voz.
Firmado: Antonio Zúñiga, Dani Sánchez, Juan Antonio Aguilera, Luis Moriana y Migue Casares. Motril, 4 de diciembre 2022