La Asociación Buxus recibe el premio ‘Granada Coronada’ de la Diputación provincial, tras casi 30 años de trayectoria ambientalista

José Manuel González/EL FARO

«Tomamos el nombre prestado del boje de Baleares, Buxus balearica, una planta muy especial que alcanzó la comarca costera en un lejano y húmedo pasado de 1994»

Grupo Buxus.

En 1994 un grupo de personas, que llevaban una larga trayectoria ambientalista, decidieron formalizar la actividad en defensa de la naturaleza y constituyeron la Asociación Buxus.

«Tomamos el nombre prestado del boje de Baleares, Buxus balearica, una planta muy especial que alcanzó la comarca costera en un lejano y húmedo pasado y que, con la aridificación del clima, quedó refugiada en las recachas más umbrías de las serranías litorales», recuerdan.

Recogida del premio en la noche de ayer miércoles.

El trabajo con esta especie acompañó su primer y más importante proyecto, que no fue otro que conseguir la salvación del último humedal de la Costa de Granada, la hoy flamante Reserva Natural Concertada Charca de Suárez.

Se cumplen así 28 años de la constitución de la asociación y diez más desde que iniciaron la lucha para la salvación de aquel humedal. En el camino quedan los sinsabores de proyectos a los que dedicaron mucho esfuerzo y ningún resultado, como el de declaración de Parque Natural de la Sierra de Lújar, y otros donde conseguieron pequeñas victorias, como la protección de algunas de nuestro patrimonio industrial o la salvación del paraje del Tajo de los Vados, condenado en el proyecto inicial de la autovía del Mediterráneo. «Muchas de nuestras luchas han sido incomprendidas, como nuestra oposición a la construcción de la presa de Rules, a la que existían alternativas mucho menos agresivas como ha quedado demostrado. Pero nos queda la satisfacción, junto con el conjunto del movimiento ecologista de nuestro país, de haber sido de las pocas organizaciones que plantamos cara a la burbuja inmobiliaria, a la destrucción urbanística del territorio y a la corrupción que llevó aparejada», argumentan desde la asociación.

Una de las acciones de Buxus junto al mar.

En este tiempo han perdido a compañeros como Francisco Tarragona, que sigue teniendo el privilegio de ser tan ignorado por las instituciones de su pueblo como querido por la ciudadanía. «Y también hemos ganado complicidades, las de nuestros compañeros y compañeras del movimiento ecologista, algunos políticos que se implicaron en la defensa de estos proyectos y los técnicos de las administraciones y los centros de investigación, que tejen juntos una red de solvencia y compromiso que permite contener alguna que otra barbaridad ambiental», subrayan.

Buxus en Diputación, tras conocer la distinción provincial.

Echan la vista atrás hoy, momentáneamente, al recibir el premio Granada Coronada de la Diputación de Granada, para hacer balance de lo conseguido y lo perdido.

Miran adelante y desgraciadamente el futuro no se muestra más favorable, indican. Frente al lavado verde que realizan continuadamente las instituciones y las grandes empresas, el panorama es «desolador». Nada de lo poco conseguido está a salvo y observan cómo el sistema transforma nuestras mejores utopías, como las de las energías renovables, en un nuevo «monstruo depredador» del territorio, señalan.

«Queda mucho por hacer, y esperamos que nueva gente recoja este testigo, conscientes de que como decía Julio Cortázar, ‘el problema de la realidad no se enfrenta con suspiros’, ni con revoluciones en grupos de wasap», concluyen desde Buxus.

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