GOEBBELS EN LA PUERTA DEL SOL

Goebbels en la Puerta del Sol

Agustín Martínez -Periodista-

Escribió Marco Tulio Cicerón en su «De Oratote»: “Historia magistra vitae est. Historia vero testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vital, nuntia vetustatis”. -La Historia es maestra de la vida. La Historia es genuina testigo del tiempo, luz de la verdad, memoria de la vida, maestra de la vida y mensajera de la antigüedad-. Por su parte, Miguel de Cervantes, definió la Historia, en el capítulo IX de su Don Quijote, como “camino de la verdad, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”.

Nunca imaginé que en los tiempos de los «spin dóctors», las redes sociales y los asesores de comunicación 6.0, el partido más constitucional de todos los constitucionales, recurriera a la «biblia» del primer gran «asesor» de la historia contemporánea, el psicópata nazi Joseph Goebbels, para intoxicar a la población y contaminar hasta la náusea la vida pública.

No, no se froten los ojos. Está volviendo a pasar delante de nuestras narices y lo estamos consintiendo, porque hemos olvidado la historia más reciente y resulta terrorífico observar lo vigente que siguen hoy en día las teorías de aquel engendro del mal.

Joseph Goebbels fue el padre de la propaganda nazi y responsable del Ministerio de Educación Popular y Propaganda, creado por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933. Había sido el director de la comunicación del Partido Nazi y el gran arquitecto de su ascenso al poder.

Resulta escalofriante leer sus principios en el polarizado contexto socio-político actual, sobre todo tras padecer la traumática experiencia del trumpismo y las resonancias que ha tenido en muchos otros lugares esa manera de usurpar la política. No se nos olvide que Trump llegó a inspirar el asalto al Capitolio, tras «convencer» a decenas de millones de norteamericanos que le habían «robado» las elecciones.

Como buena falangista, que ella misma ha confesado ser, los discursos de Isabel Díaz Ayuso, me recuerdan extraordinariamente a los de Trump, pero sobre todo a los once principios de la propaganda nazi de Joseph Goebbels… Juzguen ustedes:

1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al adversario en un único enemigo.

2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.

Seguro que se les vienen a la cabeza decenas de intervenciones de Isabel Ayuso en particular y de la derecha y extrema derecha patria en general, que encajan perfectamente en alguno de estos once «principios».

El caso es que en estos tiempos de la hiperinformación somos más vulnerables y más manipulables que nunca y algunos se aprovechan descaradamente de ello. Las miles de informaciones falsas y/o tendenciosas que llegan cada día a nuestros teléfonos móviles, o a nuestros ordenadores, nos obligan a contrastar cada una de esas informaciones,  con el esfuerzo que ello supone, si es que no queremos ser auténtica carne de cañón de la Ayuso de turno.

Decía Don Miguel de Unamuno, a pocos meses del golpe de Estado de 1936, que «Lo que se presenta en España, no es un problema político, es un problema ético y de dignidad», para sentenciar que «España va camino de convertirse en un país de imbéciles». Un poco más adelante, el principal referente de la generación del 98, fue aún más demoledor, cuando aseguró que «a nadie, sujeto o partido, grupo o escuela, le reconozco la autenticidad y menos aún la exclusividad del patriotismo»… Diagnósticos del que fuera Rector de la Universidad de Salamanca, que valdrían perfectamente para lo que estamos viviendo casi noventa años después.

Así pues, lean, contrasten y no crean la mitad de la mitad de lo que nos cuentan.

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