Domingo A. López Fernández
-Cronista Oficial de la ciudad de Motril-
Fotografías: Antonio Esteban Guijarro
El Teatro Calderón acoge con éxito la presentación de una obra que marca a toda una generación de motrileños
El pasado sábado, 29 de octubre, el teatro Calderón de la Barca se vestía de gala para asistir a la presentación de “El tiempo resucitado”, un nuevo libro del motrileño Jesús Cabezas Jiménez. Gala sin paliativos, que es a lo que nos tiene acostumbrado su autor, con lleno hasta la bandera, o mejor dicho, hasta el “gallinero”, de un teatro que es símbolo de la ciudad y que siempre se queda pequeño para acoger a la ingente cantidad de público que el autor es capaz de congregar tras de sí. Los prolegómenos del acto ya lo dejaban ver en un vestíbulo a rebosar y un patio de butacas totalmente repleto, al igual que los palcos y plateas. La cultura tiene aquí, pues un buen ejemplo de excepcionalidad en estos tiempos que corren, en los que la lectura parece estar de capa caída con respecto a otras artes, ya que cada asistente tuvo que hacer su reglamentaria “cola” para adquirir un ejemplar. Y, algunos, varios, para regalo de amigos y familiares, al verse retratados en los contenidos del mismo, muestra inequívoca de toda una generación de motrileños que vivió en su infancia tiempos duros derivados de una posguerra estirada. Desde luego, pero, asimismo, perdurables en la memoria colectiva de sus formas de vida, de sus juegos, de sus calles, de sus tradiciones y costumbres.., etc. Jesús Cabezas acierta con tino al evocar un tiempo pasado con una sentimentalidad que sólo él es capaz de contar con su prosa envolvente, esa misma que sabe tocar la fibra sensible del público, su imponderable público, que revive su historia personal en las páginas del libro de la misma forma que el autor.
El acto de la presentación al público tenía fijada su hora para las 20:00 hrs de la tarde, situando en el escenario una mesa presidencial que ostentaban, por orden de intervención, el concejal de cultura, Miguel Ángel Muñoz Pino, la alcaldesa de la ciudad, Luisa Mª García Chamorro, el presidente del Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos, Gerardo Martín Rodríguez, y el propio autor, Jesús Cabezas Jiménez. Sobre ellos, la imagen proyectada de la portada del libro, evocadora y sugerente de un tiempo pasado que nos ha marcado a todos en la memoria.
Fue Miguel Ángel Muñoz quien primeramente tomo la palabra para agradecer la presencia de todos los presentes en el teatro y mostrar su satisfacción personal de verlo rebosante de público en un acto cultural y con un protagonista que es hijo de la ciudad y del que destacó su impronta personal de poeta. Asimismo, quiso destacar, sobretodo, su sensibilidad y su generosidad para compartir su arte, el mismo que le permite crear obras que ya forman parte del patrimonio de la ciudad. Por su parte, Luisa Mª García Chamorro, refería su particular complacencia por estar presente en la mesa y acompañar al autor en un día tan especial. Como bien dijo, “tu nombre ha adquirido a lo largo de los años, un valor inmenso en nuestra ciudad”. De él pudo corroborar que es “nuestro poeta, nuestro escritor de cabecera, nuestro particular narrador del alma, sencillo y abierto, que resucita el tiempo y nos hace llegar en forma de libro su propia historia”. Sobre el libro avanzó que es un auténtico legado que nos permite conocer lo que hay detrás de un autor que “tanto nos ha regalado”. Por ello finalizaba su intervención agradeciéndole lo que considera un regalo a la ciudad, su legado escrito. Y dirigiéndose a él le hizo trasmitir que “en tu obra siempre converge la prosa y la poesía, y ambas nos llevan a un tesoro, a escribir otra línea más sobre nuestra historia, llena de hombres buenos como tu, generosos, sensibles y capaces de captar siempre el alma de las cosas”. Sin querer extenderse más, dedicaba a Jesús una frase lapidaria que contiene el sentido unívoco de lo que representa el autor para la ciudad, “Gracias por formar parte de nuestra eternidad”.
Entrando de lleno en la presentación de la obra, tomaba la palabra Gerardo Martín Rodríguez, presidente del Aula de Pensamiento Francisco Javier de Burgos, para recordar al público presente que el teatro Calderón de la Barca siempre ha sido un lugar de referencia para actos como el de hoy, donde la trascendencia del acontecimiento va más allá del hecho concreto, para convertirse en momentos que quedarán grabados en letras de oro en nuestra historia local. Sin más, y con énfasis quiso resaltar que “al más puro estilo cervantino, nos encontramos en la falda del mítico monte para beber de la Fuente de Castalia antes de ser recibidos por Apolo y presentar las hazañas de nuestro querido amigo Jesús Cabezas de manera que se incorpore por derecho propio al lugar que le corresponde”. Así lo refirió y llegó a equiparar al autor con célebres personajes que han hecho historia en Motril tales como Juan de Ariza, Cándida Jiménez Cazorla, José Garcés Herrera, José Cappa, José López Rubio o Gaspar Esteva Ravassa, entre otros.
En palabras de Gerardo Martín, Jesús Cabezas, con su obra, ofrece un legado histórico que le “hacen merecedor de ser recibido con loores en ese Olimpo motrileño. Hoy, un pensador, un poeta coetáneo nuestro pone a nuestra disposición a través del lenguaje escrito el fruto del trabajo de su apasionado desvelo por rescatar, salvaguardar y lo más importante, legar el valioso tesoro que a través de su melancólica visión ha ido grabando a cincel y martillo, esculpiendo recuerdos, vivencias, acontecimientos e historias de vida”.
Con una reflexión personal sobre la amistad que le une a Jesús Cabezas, y agradecerle su decisión de nombrarle su presentador, evitó extenderse en su profuso currículo por ser perfectamente conocido en Motril, aunque no se resistió a destacar su papel de poeta. Por ello, refirió que “Jesús tiene ya en su haber una considerable y extensa obra, no sólo poética, en la que dentro de esas particulares y caprichosas líneas de investigación que él mismo se marca y cuya necesidad le brota del corazón, nos dejó hace tiempo ya, dos portentosos trabajos; Sólo nos queda el recuerdo y, posteriormente, Luciérnagas en el olvido”. Y llegada su jubilación, con el tiempo libre que ésta le confiere, ofrece ahora, en este libro, la captura de recuerdos y vivencias que ha atesorado a lo largo de su vida. Porque ante todo, “Jesús, el poeta del Camino de las Cañas, ha ido recabando recuerdos, historias y vivencias para, delicadamente, molturarlas sobre un trapiche de nostalgia en el que lo anecdótico queda proscrito cual bagazo, para dar voz a la entereza del alma en su necesidad de reencontrarnos con nosotros mismos…, y lo que fuimos”. Con una disquisición personal sobre si Jesús es poeta, antropólogo, historiador, o historiador-poeta, finalizaba su intervención afirmando que el autor se ha hecho a si mismo para “criar y cultivar la caña con las raíces asentadas en lo más profundo de nuestra tierra y destilar el jugo de nuestro más dulce motrileñismo”.
De seguida, Jesús Cabezas, el autor de libro, iniciaba su intervención dando las gracias a sus compañeros de mesa, resaltando a la alcaldesa de la ciudad, de la que dijo que era todo un honor que la primera autoridad de la ciudad se hubiese dignado a presentar junto a él sus memorias. Igualmente, al concejal de cultura, por haber cedido el magnífico teatro que los acoge en el día, y a su presentador, Gerardo Martín, por la serie de halagos que personalmente consideraba excesivos. Y con ello, a todos los presentes, familiares, amigos y compañeros de carrera y de trabajo, muchos de ellos desplazados desde distintos puntos de la geografía nacional para estar junto a él en un día tan señalado. Mención especial merece el emocionado recuerdo al editor, Antonio Jiménez Pedrosa, director de Alhulia, la editora, que fallecía hace unos días y al que le ha unido una gran amistad. De él que quiso recordar que “El tiempo resucitado” ha sido su último trabajo, en el que ha volcado toda su experiencia acumulada con los años, una labor que tuvo que menudear en sus últimos detalles por causa de la enfermedad.
Tras el preámbulo, el autor daba rienda suelta a la presentación de su obra con una metodología que es totalmente inédita en este tipo de actos. Así, de los treinta capítulos que consta el libro, Jesús Cabezas seleccionó solo ocho, dedicando la lectura de pequeños fragmentos identificativos de la época y situaciones concretas que tenían que ver con nuestra ciudad. Tras ellos, un pequeño montaje visual que ha realizado Salvador Mangas, compañero de urgencias en el hospital, hacían captar la atención del público con imágenes, fotografías en blanco y negro y significativas canciones de época. Así se hicieron escuchar “La bien pagá”, de Miguel de Molina, que recoge “Canciones para después de una guerra”, “Con su blanca palidez”, original del del grupo Procol Harum, “Aquí llega el sol” de George Harrison, “Mundo Salvaje” de Cat Stevens, “Nunca te cases con un ferroviario”, o la pegadiza “Rosas en el Mar” que interpretaba Massiel, entre algunas otras más. Envolvente y seductor, el recurso visual y sonoro supo encandilar al público presente, que como si de un coro se tratara, tarareaba las letras de las canciones con alegría.
En un momento de su intervención, el autor se sinceró para reconocer que en esas memorias se desnudaba completamente, algo que no le importaba. Así contó anécdotas de época que abordaban temas sociales como el primer instituto público y gratuito, el Laboral, que inició en Motril una auténtica revolución cultural. En él reconocía que ingresó con diez años y terminó con diecisiete, cursando un bachillerato y dos reválidas de gran dificultad. En determinado momento de su discurso Jesús Cabezas llegó a afirmar que los primeros años de la posguerra estuvieron marcados por el hambre, la miseria y las enfermedades típicas de la época, la tuberculosis, el tracoma, el tifus…etc, señalando que fue un tiempo “oscuro” en el que los niños aprendieron a guardar silencio, a no preguntar lo pasado unos años antes y a callar lo que en su mentes de infantes “sospechaban”.
Jesús Cabezas finalizaba definitivamente su intervención volviendo a reiterar las gracias a todos los presentes y deseando que el libro fuera de su interés, pues como bien dijo “no es la crónica de mi vida, sino la de toda una generación que se va a sentir reflejado en ella”. Un largo y prolongado aplauso daba por cerrado el acto, iniciándose entonces una interminable cola de personas en el pasillo central del teatro para que el autor les dedicase sus ejemplares.
Por lo que respecta a las características técnicas del libro hay que decir que se edita en tamaño de 16 por 23 cms, con 536 páginas y 256 fotografías en blanco y negro que complementan visualmente sus contenidos escritos. Asimismo, está encuadernado en rústica, con solapas y plastificado mate, siendo el diseño de portada del diseñador gráfico Jesús Gámez Cabezas. Precisamente, junto al personaje de Tintín del genial Hergé, aparece el autor en una vieja fotografía que refleja el modo de vida y ocupaciones de la juventud en aquellos años, una generación de motrileños que encontraban como modo de diversión el integrarse en la banda de cornetas y tambores de la OJE.
Jornada de gala, pues la de este pasado sábado en el Teatro Calderón, donde se ha vuelto a reiterar un espectacular éxito de público y de ventas para asistir a la presentación de un nuevo libro del motrileño Jesús Cabezas, en el que se retrata la memoria personal y colectiva de una ciudad que transita de los duros años de la posguerra hasta los primeros años del desarrollismo.