Domingo, 14 de agosto de 2022
Antonio Gómez Romera
EFEMÉRIDES DE FIN DE SEMANA: CINCUENTA Y TRES AÑOS DEL CASO MATESA, EL MAYOR ESCANDALO DE CORRUPCIÓN DEL FRANQUISMO
Tal día como hoy, hace ya 53 años (jueves, 1969), cuando las emisoras de radio del país lanzan a las ondas la canción del Verano, “María Isabel”,de Los Payos, en los quioscos, las portadas de la prensa informan a los españoles del Caso “Matesa”. Se trata del mayor escándalo de corrupción del franquismo que va a acabar por convertirse en una lucha política “cainita” entre las dos facciones del Gobierno: “los azules”, procedentes del “Movimiento” y con Manuel Fraga Iribarne y José Solís Ruíz a la cabeza, y “los tecnócratas”, salidos del “Opus Dei” y favorables a la apertura del estado, con Laureano López Rodó a su frente. Ese día, a la salida del Consejo de Ministros, reunido con Franco en El Pazo de Meirás, Manuel Fraga, ministro de Información y Turismo, lee una nota que desencadena el escándalo mediático: “El Gobierno, ha sido ampliamente informado por los ministros de Hacienda y Comercio, acerca de la situación por la que atraviesa la empresa Maquinaria Textil del Norte de España S. A. (MATESA). Dedicada fundamentalmente a la exportación de telares de un determinado modelo, ha venido utilizando, a través del Banco de Crédito Industrial, las modalidades de crédito oficial relacionadas con las operaciones de exportación (…). No obstante haber venido satisfaciendo el pago de sus respectivos vencimientos del principal e intereses de los préstamos concedidos, la Administración tuvo conocimiento de la existencia de posibles irregularidades en su actividad exportadora, con derivaciones que infringen la legislación española en materia monetaria. De las investigaciones realizadas hasta el momento en España y el extranjero, parte de las exportaciones aparecen como correctas, pero (…) existiendo fundados indicios de no haberse efectuado la venta real de las mismas, pese a figurar declaradas como ventas en firme, tanto a efectos de desgravación fiscal como de crédito a la exportación.”
“Matesa”, acrónimo de “Maquinaria Textil del Norte, S.A.”, es el nombre de una pequeña y desconocida Empresa textil fundada en el siglo XIX, dedicada a la fabricación de mantones de Manila. Tras la Guerra Civil, sus herederos, los hermanos Vilá Reyes, Juan y Fernando, la transforman el 20 junio 1956 en una Sociedad Anónima domiciliada en Pamplona, con un capital social de dos millones de pesetas y su objeto social es “la investigación y estudio de los problemas mecánicos y técnicos relativos a todo tipo de instalación de maquinaria, especialmente la dedicada a la industria textil, la explotación en cualquiera de sus formas de patentes de invención, introducción, modelos de utilidad, marcas, licencias y su adquisición y cesión, la representación en exclusiva o no, dentro y fuera de España, de firmas extranjeras y nacionales, la compra-venta y explotación en arrendamiento de cualquier clase de maquinaria industrial y especialmente textil…”..
Juan Vilá Reyes (Barcelona, 5 junio 1925-18 enero 2007) estudia ingeniería en la Escuela Industrial de Barcelona. Toma las riendas de la empresa familiar, a la que convierte en un breve espacio de tiempo en una empresa líder en la exportación de supuesta tecnología punta. Es Presidente del Real Club Español de Fútbol y aunque se le relaciona con el “Opus Dei”, él siempre negó formar parte de la Obra. La clave de la expansión internacional de “Matesa” se basa en la fabricación de un revolucionario telar sin lanzadera, comercializado con el nombre de “Iwer”, acrónimo al revés de Vilá Reyes. El diseño original es francés y en la Feria Textil de Lyon de 1957, Vilá compra la patente a la Empresa “Ancet Fayolle”, por 500.000 pesetas y explica que es capaz de tejer con cualquier clase de material, desde papel hasta fibra de vidrio. La totalidad de la producción es exportada, por lo que tiene que crear una red de distribución compuesta de 64 filiales en el extranjero, que venden el telar. En 1966, “Matesa” obtiene la Carta de Exportador de Primera Categoría, que le facilita el acceso al Crédito Oficial.
En su momento de mayor crecimiento, la empresa es considerada un ejemplo de innovación en algunos círculos próximos a los tecnócratas del régimen franquista: es la primera Empresa Multinacional Española de su época. En 1969, “Matesa” ha obtenido 10.000 millones de pesetas en préstamos del Banco de Crédito Industrial y se ha beneficiado de un 11% de desgravación fiscal. Las primeras sospechas del funcionamiento “irregular” de “Matesa” se producen por casualidad en noviembre de 1967, durante la visita oficial a Madrid de Adalbert Krieger Vasena (Buenos Aires, 11 febrero 1920-15 junio 2000) ministro de Economía y Trabajo argentino. Ante el agradecimiento del ministro de Industria español, Gregorio López-Bravo de Castro (Madrid, 19 diciembre 1923-Bilbao, 19 febrero 1985), por la compra de 1.500 telares, éste argumentó que su país sólo había adquirido 120. Al parecer, los 1.380 restantes habían sido vendidos a sus propias empresas filiales en el exterior. La revelación del engaño supone el inicio de una investigación por parte del Ministerio de Hacienda.
El 26 de marzo de 1968, Víctor Mariano Castro Sanmartín (Bolea, Huesca, 25 febrero 1917-Madrid, 10 septiembre 2004), Director General de Aduanas (1964-1970), manda una carta a Manuel Ortínez Murt (Barcelona, 19 marzo 1920-Berna (Suiza), 26 junio 1997), Director General del Instituto Español de Moneda Extranjera (IEME, 1939-1973), en la que le comunica sus dudas sobre la Empresa “Matesa” y el día 6 de diciembre, emite un informe en el que se cita la inexistencia de contabilidad, falta de seriedad, que la empresa se vendía a sí misma, así como la posible realidad de una quiebra. El 5 de abril de 1969 en el programa de la primera cadena de TVE “Esta es su vida”, Juan Vilá Reyes es presentado por Federico Gallo, “como ejemplo de la evolución del hombre de empresa en nuestra patria”. Nadie podía sospechar que en tan sólo cuatro meses acabaría en prisión, pasando, de “Empresario Modelo”, a “Recluso de La Modelo” y a ser calificado como el “mayor estafador del siglo”.
El plan inicial de Franco al descubrirse la falsificación de exportaciones es «apartar» a Vilá Reyes de la Empresa e «incautarla», según queda registrado en el «Informe sobre situación de Maquinaria Textil del Norte de España, S. A. y acuerdo sobre medidas a adoptar», redactado por el Ministerio de Hacienda en julio de 1969. Sin embargo, los intereses políticos y la relevancia que se le dio al caso en los medios impidieron esta estrategia de discreción. El jueves, 17 de julio de 1969, previa consulta del ministerio de Hacienda, Víctor Mariano Castro Sanmartín, Director General de Aduanas, presenta denuncia ante el Tribunal de Delitos Monetarios por las irregularidades detectadas en “Matesa”. Juan Vilá Reyes es detenido junto a su hermano Fernando y su cuñado Manuel Salvat Dalmau, también directivos de la empresa, el lunes, 28 de julio de 1969, e ingresados en la cárcel Modelo de Barcelona y, en la madrugada del día 2 de diciembre, son trasladados a la cárcel de Carabanchel en Madrid. Como bien reconoce Fernando Jiménez en El caso MATESA: un escándalo político en un régimen autoritario” (2000), “El caso MATESA fue vivido con una enorme intensidad en la España de finales de los 60 y comienzos de los 70: algún periódico (el falangista Diario SP) se permitió exigir la dimisión de algunos ministros, tres ex ministros fueron procesados por el Pleno del Tribunal Supremo y hasta se constituyó una comisión de investigación en las Cortes. Este caso tiene la notable particularidad de ser un escándalo político que transcurre en el marco de un régimen autoritario.
Con una libertad inusual, todos los medios de comunicación oficiales desencadenan una intensa campaña de prensa sin precedentes al amparo de la nueva Ley de Prensa e Imprenta – Ley 14/1966 de 18 de marzo. Tan sólo en los diarios de Madrid aparecen en un mes y referidos a este tema, 44 editoriales, 14 chistes y 371 informaciones de las que 74 son en primera página. Uno de los chistes más celebrados lo firma Chumy-Chúmez en el diario ‘Madrid’: “dos caballeros barrigones toman el sol en la playa. Uno dice: «Pues yo, hasta que empiece la Liga, tengo bastante con lo de Matesa…”. Destaca el caso del “Diario SP” (10 septiembre 1967-29 agosto 1969), próximo a Falange, que habla de “Matesa”: «El control público de la empresa privada Matesa lleva camino de convertirse en el ‘affaire’ más sonado de los 30 últimos años, pues sus incidencias económicas y financieras (…) bordean las fronteras del escándalo, la ligereza y el fiasco», y se afana en culpabilizar de todo a los “tecnócratas” del Opus. Una semana antes de cerrar “por problemas financieros”, éste diario pide directamente la dimisión de los ministros económicos. Los ávidos lectores, atónitos ante una “libertad informativa sin precedentes”, no tardan en “mosquearse” y así lo expresa la redacción de “Nuevo Diario”: «El hombre de la calle, espectador mudo y asombrado (…) adivina que, en el fondo, se está ventilando una durísima y nada académica lucha por el poder».
En palabras del almirante Carrero Blanco: “el asunto Matesa es uno de los cuatro problemas políticos que si no se resuelven en su conjunto con la debida urgencia, podrían erosionar seriamente nuestro régimen (…) hay que distinguir su vertiente económica y su vertiente política, es decir, entre el hecho del fallido bancario de mayor volumen registrado en España y el de su escandalosa politización mediante una campaña de Prensa que ha lesionado no sólo el crédito exterior de nuestra economía, sino incluso la fama del Régimen al presentarlo como minado por la corrupción…». Son destituidos los responsables del Banco de Crédito Industrial (BCI) y se ordena una Comisión de Investigación a puerta cerrada en las Cortes Generales que elabora un informe con unas duras conclusiones, en las que salen “mal parados” tres ex ministros del “Opus Dei”: Mariano Navarro Rubio, por entonces gobernador del Banco de España, cargo del que tiene que dimitir por este asunto, Juan José Espinosa San Martín, de Hacienda, y Faustino García Moncó, de Comercio. Estos tres exministros fueron después juzgados por el Tribunal Supremo por negligencia, pero antes de dictarse sentencia y sin que lo hubieran solicitado, Franco les concede el indulto: “Si por razones políticas he tenido que indultar a los asesinos de ETA, ¿por qué no puedo hacerlo con buenos colaboradores, que simplemente se han equivocado o pecado de negligencia?”.
Debido a las constantes disputas políticas entre miembros del Gobierno, azules y tecnócratas, y ante la gravedad del caso y sus imprevisibles consecuencias, el almirante Luís Carrero Blanco, Vicepresidente y ministro de la Presidencia, interviene en el mes de octubre para poner fin al problema político y decide renovar el Gabinete y sustituir a 13 de los 18 ministros, entre los que se encuentran tanto tecnócratas como azules. Los “tecnócratas” pasan a ser mayoría, dando paso a un Gobierno calificado de “monocolor”. José María Gil-Robles, ex ministro y abogado en ejercicio, va a defender a Juan Vilá Reyesante los Tribunales que lo juzgan: el Juzgado Especial de Delitos Monetarios y la Audienciade Madrid.
Por la sentencia del señalado juzgado, de 13 mayo de 1970, Juan Vilá es multado con 1.658.397.852 pesetas y condenado a una pena de 3 años de prisión. También son procesados algunos de sus colaboradores y ciertos responsables del Banco de Crédito Industrial. Diez y seis meses después (septiembre 1971), Franco concede un indulto (BOE 1 de octubre) en conmemoración del XXXV aniversario en la Jefatura del Estado y el 13 diciembre, un edicto del Tribunal Económico-Administrativo Central, declara totalmente indultadas las penas pecuniarias impuestas y se dispone la devolución de las fianzas, la cancelación de los avales y el levantamiento de los embargos. Y “se declaran totalmente extinguidas en cuanto a la ley y a la Jurisdicción de Delitos Monetarios se refiere, las responsabilidades penales sancionadas con privación de libertad impuestas en la sentencia”.
Cuatro años después (abril de 1.975), la justicia ordinaria, a través de la Sección Séptima de la Audiencia de Madrid, vuelve a condenar a Juan Vilá, sentencia confirmada por la Sala Segunda del Tribunal Supremo, desestimando en su resolución los recursos presentados. El fallo de la sentencia confirmada condena a Juan Vilá Reyes como autor de 2 delitos continuados de estafa en cuantía de 8.993.442.982 pesetas y 590.400.829 pesetas, a 7 años de presidio por cada uno de ellos; como autor de 417 delitos de falsedad en documento mercantil, a 6 meses y 1 día de presidio y multa de 25.000 pesetas por cada uno, y como autor de 4 delitos de cohecho activo, a 2 años de suspensión de todo cargo público, profesión, oficio y derecho de sufragio, y multa de 10.000 pesetas por cada uno de los delitos. El 30 de julio de 1976, en el primer Consejo de Ministros de Adolfo Suárez, presidido por el rey Juan Carlos I, y celebrado en el Salón Dorado del Palacio municipal de María Pita, de La Coruña, se aprueba el Real Decreto – Ley 10 / 1976, que concede amnistía para los delitos políticos y de opinión.
Colofón
Juan Vilá Reyes, estuvo 6 años privado de libertad como preso preventivo en la Modelo de Barcelona, Carabanchel de Madrid y Pamplona. No disfrutó de muchos beneficios, pues le negaron permiso para acudir a las celebraciones familiares; así, en la capilla de Carabanchel hizo la primera comunión su hija Maya y contrajo matrimonio su hija Montse. Finalmente se beneficiará de la amnistía promulgada por el rey Juan Carlos. En 1983, del “Imperio” de Matesa no queda nada. Se han celebrado hasta 6 subastas, que quedaron desiertas. Finalmente, se adjudica por 60.000 ptas. a la Sociedad Laboral Iwer de Navarra, formada por 174 de los 260 empleados que quedaban. La adjudicación pone fin al embargo y a la calamitosa Administración Judicial.
Según Mariano Navarro Rubio, Gobernador del Banco de España durante el escándalo, con el “caso Matesa” a Franco “por primera vez, algo se le fue de las manos”. Y, en palabras de Juan Vilà Costa, “Mi padre fue condenado en 1975 por los jueces pre democráticos, tras seis años de prisión preventiva. Salió pocos días después de la coronación del Rey, gracias a la amnistía general otorgada con ese motivo (…) Matesa no fue incautada tal y como se decidió en el Consejo de Ministros de Franco, sino que se puso bajo administración judicial y siguió exportando durante 14 años más, hasta 1983. Su producto quedó obsoleto tras todos esos años sin presupuesto para investigación”.