Domingo A. López Fernández/EL FARO
EN EL FARO, ECOS DE NUESTRA SEMANA SANTA: Brillante desfile procesional por las calles de la Villa el día del Jueves Santo
Pasadas las jornadas iniciales de nuestra semana mayor, Salobreña vive con fe el comienzo del Triduo Pascual, celebración litúrgica que principia el jueves santo y culmina en la madrugada del sábado. En su jornada inicial, la liturgia de la iglesia conmemora la institución de la eucaristía y se recuerdan los hechos y circunstancias que acontecen en la vida de Jesús y que van a confluir en su pasión, muerte y resurrección. Todas las iglesias de la villa, la de Nuestra Señora del Rosario, la de San Juan Bautista, La Caleta y La Guardia, celebran en función vespertina la última cena de Jesús con sus apóstoles y, ya en la noche, a las 22:30 hrs, la celebración de la Hora Santa. Es éste un momento de especial significación para el cristiano, pues se verifica la adoración del Santísimo en el monumento que se ha levantado en la tarde para recordar la agonía de Cristo en el Huerto de Getsemaní y su posterior prendimiento. Así es como transcurre el día entre los fieles cristianos de la villa. Hay también otro ámbito, el de la cotidianidad, el de la fiesta y el del inicio de unas cortas vacaciones que suelen atraer hasta la localidad a familias que tienen fijada en Salobreña su segunda residencia, así como a numerosos visitantes. Para ellos también son días especiales en los que alternan los días de playa y de ocio con la asistencia a las procesiones de penitencia que tanta relevancia han adquirido en la localidad durante los últimos años.
El jueves santo son dos las cofradías que tienen fijada su estación de penitencia por las calles de la villa, ambas con residencia canónica en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario. La primera en salir es la de Nuestra Señora y Madre María Santísima de las Penas y el Apóstol San Juan Evangelista, conocida popularmente como “Cofradía de la Juventud”, que lo hace a las 21:45 hrs de la noche. La corporación procesiona en la actualidad un único paso de misterio, si bien, años antes, lo hacía en dos, uno con la imagen de San Juan y otro con la titular mariana junto al Cristo de la Buena Muerte, sagrado crucificado que adquirió para la iglesia el añorado párroco D. Francisco Lombardo por una donación de una familia devota del pueblo. Actualmente, dicho titular radica en la iglesia de San Juan Bautista, ya que la parroquia y la Agrupación de Cofradías de Semana Santa acordaron no procesionar en el mismo día dos imágenes que presenten la iconografía de Cristo crucificado. La otra corporación que verifica ejercicio penitencial en la villa es la del Santísimo Cristo del Perdón, que pone en la calle el cortejo sacro conocido con el nombre de “Procesión del Silencio”, y que tiene fijada su salida procesional para las 22:00 hrs de la noche. Ambas, son ejemplo palmario de la devoción que despliegan las imágenes titulares a su paso por el casco viejo de la villa, catequesis viva a pie de calle, sin duda, pues se puede contemplar el paso de misterio de María Madre en su tránsito de dolor junto a la imagen de San Juan, y el del venerado crucificado del Cristo del Perdón tras haber expirado en la cruz.
A la señalada hora de las 21:45 hrs de la noche, la popular cofradía de “Las Penas” iniciaba su salida desde la puerta lateral de la iglesia patronal sin efectuar el consabido toque de los tres golpes que llaman a la procesión. Abiertas sus puertas, se deja ver el paso de los titulares con toda su candelería luciendo espléndidamente, momento en el que es encarado frente al pórtico para efectuar su partida. Previamente, se ha verificado un emotivo acto que ha tenido como protagonista al director de la Banda Sinfónica Municipal de Gualchos-Castell, D. Antonio Manuel Romera Molina, ya que este año se estrena en la calle la marcha que ha compuesto bajo el título de “María Santísima de las Penas”. Con tal motivo, el hermano mayor de la junta de gobierno de la cofradía, Francisco Blanco, le hacía entrega de una placa conmemorativa en reconocimiento a su desinteresada labor en favor de la corporación, precisamente en este año que tiene un sabor especial, pues se cumple el treinta aniversario de la primera salida procesional de la titular mariana.
Iniciada la procesión, abre su marcha la cruz guía, a la que sigue el estandarte de San Juan que está confeccionado en terciopelo de color verde y que muestra en su óvalo central la imagen pintada del evangelista. Siguen a éste dos filas de penitentes revestidos con los colores propios de la corporación, habito de color blanco con botonadura de color verde y capa y capirote del mismo color. Siguen a estos el estandarte mariano que ha sido confeccionado en terciopelo de color rojo y que muestra la imagen de su titular pintada en su centro. Tras él, el cuerpo de “madrinas” de la Virgen de las Penas en traje de mantilla, junto a la representación oficial de las corporaciones pasionistas de la villa con sus correspondientes varas presidenciales y la propia de la junta de gobierno de la cofradía titular. Finalmente, el cuerpo de ciriales e incensarios precede al paso de misterio sobre el que se muestran las dos imágenes titulares, María Santísima de las Penas, que es obra del escultor gaditano Antonio Aparicio Mota (1993), y la de San Juan, que fue ultimada por el escultor granadino Domingo Sánchez Mesa (1943). El impresionante paso, confeccionado en orfebrería plateada, exhibe en esta ocasión un llamativo exorno floral en el que se hacen destacar los tonos blancos y verdes propios de la corporación pasionista. El paso es portado por una joven cuadrilla de mujeres que en número de 27 calzan sus varales interiores, número que se ve diezmado a la salida de la iglesia, donde solo diez y seis verifican la compleja operación bajo el compás de la puerta. Por momentos, el movimiento de la cuadrilla se torna en extremo dificultoso, pues el paso se ha de bajar casi al suelo y todas sus componentes han de marchar a gatas, operación que felizmente resuelven sabedoras que sobre sus hombros marchan quienes son objeto de su más profunda devoción. El paso de la Virgen de las Penas, conocido popularmente como “el trono de las niñas”, va dirigido por su tradicional capataz, José Ángel Jiménez Jiménez, asistido en las labores de contraguía por Norberto Gómez Rodríguez, quedando como “cantaora y voz de trono” bajo los faldones la hermana cofrade Isabel García Pérez. Finalmente, cierra la marcha la Banda Sinfónica Municipal de Gualchos-Castell que dirige el maestro D. Antonio Manuel Romera Molina. De magistral se puede definir el acompañamiento de esta joven banda que ha dado buena cuenta de su profesionalidad y buen hacer en el amplio repertorio de marchas ofrecidas, entre ellas señeras composiciones como “Amargura”, a la salida del paso procesional, “La Saeta”, “Macarena”, “Pasan los Campanilleros” o “A la voz del Capataz”. Pero por encima de todas ellas, la marcha “María Santísima de las Penas”, que se ha hecho escuchar con especial predilección del público al estar dedicada a la Virgen Titular.
El itinerario fijado para este año por la junta de gobierno que preside Francisco Blanco ha dispuesto la salida penitencial para las 21:45 hrs de la noche partiendo desde el templo patronal, para continuar por Paseo de la Iglesia, Gloria, Plaza del Pescado, Muralla, Puerta de la Villa, Real, Plaza del Museo, Bóveda, Martín Recuerda, Callejón Estación, Estación, Plaza de la iglesia y desde aquí proceder al encierro en la iglesia. En total, dos horas y media de recorrido procesional, ya que el cortejo sacro quedaba clausurado a las 0:15 hrs de la madrugada ante la presencia incondicional de una inmensidad de fieles devotos que no dudan en asistir a éste, el que es señero encierro de la “madrugá” del que ya es viernes santo.
Momentos estelares del cortejo en la calle han sido muchos, desde luego, pues el siempre atrayente marco de la antigua villa musulmana se hace presente en cualquier lugar de su itinerario Se hace destacar, por encima de todos, la entrada y el encierro del paso en la iglesia debido a la dificultad extrema de sus movimientos para evitar el roce con el arco de la puerta. También, el transcurrir del cortejo por la calle Bóveda, donde es complejo el paso de la cuadrilla portadora sin el acompañamiento musical debido a la estrechez de la vía, tránsito que todos los años le es gratificado por una “petalá” a su salida, exponente más que palpable de la devoción del pueblo a María Santísima de las Penas y el apóstol San Juan. También su tránsito por la calle Real, la más estrecha del pueblo, donde el paso marcha casi al ras de paredes y balcones, momento único e irrepetible que el público presente gratifica con un sonoro aplauso para agradecer el esfuerzo de la cuadrilla de hermanas costaleras. Finalmente, el paso por tribuna oficial cuando sale de la calle Torre y ese siempre emotivo encierro a los sones de la marcha “Encarnación Coronada” que compuso el maestro Abel Moreno Gómez, cuya sentida letra es cantada al unísono por la cuadrilla de hermanas portadoras y todo el público que asiste al encierro.
Sentida, pues procesión de fe, la verificada en la villa en la noche del jueves santo de la mano de la corporación penitencial de María Santísima de las Penas y San Juan Evangelista, que para los anales queda, tras dos años de suspensión obligada por causa de la pandemia. Estreno brillante o, más bien reestreno, que fieles devotos, vecinos y visitantes guardan ya en su memoria en este año inaugural de 2022 que marca la nueva etapa de los desfiles procesionales en la villa.