Domingo A. López Fernández/EL FARO
Fotos: EL FARO
EN EL FARO, ECOS DE NUESTRA SEMANA SANTA: Motril acompaña en su caminar a Cristo con la cruz camino del Calvario
Alcanzado el ecuador de nuestra semana mayor, llega el miércoles santo, día que previene a la ciudad para las dos grandes jornadas festivas que señala el calendario litúrgico. Más, no es ésta su trascendencia, sino la que le confiere el fin de la cuaresma y el inicio del triduo Pascual, o lo que es lo mismo, los tres días que marcaron el hecho histórico de la pasión y muerte de Cristo. En este día, en Motril, dos corporaciones penitenciales tienen fijadas sus estaciones de penitencia por las calles, una, a temprana hora de la tarde y en forma de santo Vía Crucis, la del Santísimo Cristo de la Salud, y la otra, la fervorosa Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor, en la hora que ya marca el tránsito a la madrugada del jueves santo. Hay, en ésta última, por tanto, un palmario sentido de penitencia y, sobretodo, de mortificación entre sus penitentes, pues todos culminan su ejercicio de constricción y disciplina pública cuando el día comienza a brillar con sus primeras luces.
La hermandad del Gran Poder tiene su sede canónica en la iglesia de Nuestra Señora de la Visitación, templo anexo al convento de religiosas Agustinas Nazarenas, comunidad que es la que tiene la custodia de las imágenes titulares de la corporación. Se trata de una hermandad de barrio que trabaja de forma callada y muy constante durante todo el año para alcanzar los fines que tienen propuestos, entre los que la comunidad religiosa es una de sus metas más definidas, juntamente con las de la labor benéfica y asistencial que marcan sus estatutos.
Fiel a la tradición, la hermandad sale a la calle a las 24:00 hrs de la noche, instante que se hace coincidir con el paso de la cofradía del Santísimo Cristo de la Salud junto al convento para hacer oír el Miserere a su titular cristífero. A esa hora, el cortejo sacro del Gran Poder ya se encuentra formado calle arriba para iniciar su marcha con orden y concierto. Cuando las manecillas del reloj fijan las 0:00 hrs del ya jueves santo, se aprestan junto a las puertas de la casa hermandad su hermano mayor, José Molina, junto a Mari Carmen Artillo, conocida cofrade de la ciudad, que es la persona que este año ha sido designada para hacer sonar los consabidos tres golpes de rigor que llaman a la procesión. De seguida se abren las puertas y se ultiman todos los preparativos bajo el paso titular. Allí se encuentra el padre consiliario, D. Alberto Sedano, que procede al rezo de un Padre Nuestro y un Ave María, además de un ruego por las personas enfermas, por la paz en el mundo y por todos aquellos que no tienen trabajo en estos duros momentos que nos ha tocado vivir.
Iniciada la procesión, el cortejo se despliega a lo largo de toda la calle Monjas, alcanzando su cabeza la misma calle de las Cañas. Paralelamente, el paso de misterio inicia sus movimientos para cuadrarse frente al portón y salir a la calle a los sones de la “Marcha Real”. Y ya en el exterior, se posiciona junto a la última fila de nazarenos, mientras se hace escuchar la marcha “Abrazado al Madero” que toca la Agrupación Musical Afligidos de Puente Genil. Todo está listo, pues para que el cortejo comience a desfilar por las calles de Motril, y lo hace a los sones de la siempre conmovedora marcha de “La Saeta”. Este señero séquito de la “madrugá” del jueves santo abre su marcha con la cruz guía, que muestra en su cruceta la corona de espinas que portó el Salvador en su camino hacia el Calvario, junto al emblema del corazón agustino que es propio de la comunidad de RR.MM. que custodian sus imágenes titulares. La cruz guía va flanqueada por dos faroles de procesión, a los que sigue el emblema del “Senatus” con su anagrama “SPQR”, “Senatus Populusque Romanus”, para hacer significar que la sentencia de Cristo a morir en la cruz ha sido dictada bajo dominio de la Roma imperial. Le sigue el estandarte del Grupo Joven que precede a una numerosa cohorte de hermanos en edad infantil ataviados con el hábito penitencial sin caperuza. A continuación, dos largas filas de hermanos que portan sobre sus hombros pequeñas cruces de madera a imagen y semejanza de la que tuvo que soportar Jesús en su calvario. En su centro, un ejemplo vivo de penitencia y mortificación, ya que figura un penitente descalzo que arrastra sobre el pavimento otra pesada cruz de madera al hombro, junto a otros que lo hacen con gruesas cadenas de acero asidas a sus pies, algunos, incluso, descalzos para hacer cumplir su “manda”. Se dispone a continuación la sección de hermanos nazarenos de luz, flanqueados por dos faroles de frente de procesión. Dos banderas corporativas con el característico color morado de la hermandad dan paso a tres hermanos que portan los emblemas de la pasión sobre cojines de terciopelo, concretamente el flagelo, la corona de espinas y los tres clavos de la cruz. Le sigue el hermano portador del libro de reglas y el estandarte corporativo, ambos flanqueados por sus respectivas varas. Finalmente, la representación oficial de la cofradía de “La Borriquita”, en su calidad de hermanos honorarios de la hermandad, junto a la representación eclesiástica que ostenta el consiliario, acompañado por Juan Manuel Jiménez Rufino, Juan Vázquez y Laureano Ortega Martín en hábito penitencial.
Marcha tras la presidencia el cuerpo de acólitos e incensarios que preceden al paso de misterio, que muestra sobre la canastilla el pasaje en el que Jesús se encuentra con su Madre Dolorosa en su tercera caída, y en la que es ayudado a portar la cruz por el Cirinero en presencia de un soldado romano que constituye uno de los estrenos de este año. Esta imagen secundaria ha sido realizada por el escultor sevillano Manuel Madroñal Isorna en el año de 2020 y por causa de la pandemia no ha podido efectuar su salida inaugural hasta el presente año. El paso, igualmente, estrena en sus ángulos las pequeñas figuras de los cuatro evangelistas que igualmente ha realizado el imaginero Manuel Madroñal en madera de cedro con un llamativo estofado en oro y remates en orfebrería de sus atributos. En tareas de dirección, ha marchado éste bajo las órdenes de su capataz, Francisco José López Morales, asistido por los contraguías José Molina Pérez y Ángel Castilla Mancebo, además de Alberto Tirado y Sergio Maldonado Rodríguez en virtud de la manda que tienen ofrecida a los titulares. Finalmente, cierra el cortejo la Agrupación Musical Afligidos de Puente Genil, que tras el parón verificado en los dos años precedentes, repite actuación con la corporación cofrade. Hay que hacer destacar el buen hacer y profesionalidad de esta banda que dirige el maestro Samuel Cabezas Chacón y que ha desplazado hasta Motril a ochenta de sus componentes. Dicha agrupación dispone de marchas propias como “Abrazado al Madero”, “Misterio de la Presentación” o “Luz de los Afligidos”, que han sonado espectacularmente tras el paso de misterio. Destacar, igualmente, la señalada agenda que tiene concertada en la semana santa de este año, pues han actuado con la hermandad del Nazareno de Algeciras, la de la Vera Cruz de El Coronil, y el domingo con el Resucitado de su ciudad de origen, Puente Genil.
No es ésta una hermandad que se signifique por el lucimiento o la magnificencia en su cortejo sacro, muy al contrario, lo hace con austeridad, orden y aplomo en su caminar, pero sí que es verdad que se han podido señalar algunos momentos muy significativos en su recorrido. Concretamente, la primera “levantá” en la calle, que fue dedicada por el capataz a los niños que pasan por duros momentos de enfermedad, siendo golpeado el “llamaor” por una niña en edad infantil. También, una junto al convento que realizó el veterano capataz, Francisco Pérez Lorenzo, costalero en ese día, que se hizo presente para dedicarla a todos los compañeros que portan al Señor del Gran Poder. Y, finalmente, la que antes de su encierro y frente a las puertas de su casa hermandad dedicó el capataz a la junta de gobierno que preside la corporación y a todos los hermanos de hermandad que han acompañado la estación de penitencia. También, la “petalá” ofrendada a los titulares en la plaza de los Jardinillos y, como no, el solemne paso por tribuna oficial a los sones de marchas procesionales tan espectaculares como “Sangre en tus clavos”, “Andando y con sentimiento”, “Bulerías” y “Mi cruz nazarena”. Igualmente, las emotivas ofrendas de cofradías hermanas como el Huerto, el Nazareno, la Salud y Buena Muerte, que fiel a sus principios lo hace abriendo las puertas de su casa hermandad.
El itinerario marcado por la junta de gobierno de la hermandad ha partido, como es costumbre, desde su casa hermandad, para continuar por calle Monjas, Callejón de las Monjas, Rambla de las Monjas, Cañas, Rambla del Manjón, Ruiz, avenida de San Agustín, Zapateros, Plaza de los Jardinillos, Carrera, Tecla, Plaza Cruz Verde, Plaza Gaspar Esteva, Emilio Moré, Plaza Diaz Moreu, Romero Civantos, Plaza de España, Puerta Granada, Rambla del Manjón, Cañas, Monjas, y desde aquí proceder al encierro en su casa hermandad. En total, seis horas de recorrido procesional, pues la recogida se ha verificado cuando las manecillas del reloj pasaban unos cuantos minutos de las seis horas de la madrugada. Un tiempo excelente, sin viento y con el arrope de fieles en todo sus tramos ha marcado este desfile inaugural de la nueva etapa procesionista de la hermandad, pues hay que tener en cuenta que en los dos últimos años no se ha podido verificar la estación de penitencia, y el que le precedió en el año 2019 tuvo que ser clausurado anticipadamente por causa de la lluvia. Así que, buen despertar para esta hermandad que rezuma penitencia y constricción en sus formas y maneras de conmemorar la pasión y muerte de Cristo.