Identificados 14 individuos integrantes de una organización criminal dedicada a las estafas bursátiles y revela un fraude cercano a los 350 millones de euros

EL FARO

  • El modus operandi consistía en aparentar ser una presunta entidad que ofrecía servicios financieros, la cual era utilizada para conseguir captar el capital de las víctimas con promesas de altos retornos en renta variable
  • Una vez captado el capital este se convertía en bitcoins o ethers a través de una plataforma de compraventa de activos digitales y criptomonedas, aprovechando el anonimato y la privacidad que brindan las carteras asociadas a las mismas, dificultando así la trazabilidad del dinero estafado
  • El capital que ha sido retirado de la mencionada plataforma por los presuntos autores estaría cerca de los 350 millones de euros, los cuales habían sido depositados en distintas wallets de las blockchains de Ethereum y Bitcoin
Un agente de la policía en labores de investigación (P. Nacional)

En las denominadas “Operación Berna” y “Operación Pichelin”, agentes de la Policía Nacional de Granada han desarrollado una investigación en la que se ha identificado a 14 individuos, presuntos integrantes de una organización criminal asentada en el extranjero, dedicada a la comisión de estafas en el ámbito bursátil a través de Internet por toda Europa. El volumen de lo estafado ascendería a cerca de 350 millones de euros hasta el momento, blanqueados bajo la forma de criptomonedas. La investigación sigue abierta.

Clientes captados a través de Internet

El modus operandi que habrían utilizado los miembros de este grupo consistía en aparentar pertenecer a una presunta entidad que ofrecía servicios financieros a través de Internet. Dicha entidad sería la mediadora para invertir el capital de las víctimas en todo tipo de activos como acciones de grandes corporaciones, futuros de petróleo o criptomonedas, prometiendo conseguir grandes dividendos en un corto espacio de tiempo.

Una vez que las víctimas aceptaban la proposición y realizaban las aportaciones de capital, se les ponía en contacto con una serie de asesores que supuestamente eran expertos en asesoría financiera con una larga y exitosa trayectoria, además de solicitarles la descarga en su ordenador de un programa de software que permitía a los estafadores realizar ellos mismos las transacciones monetarias como si del propio titular se tratase. El siguiente paso era desviar el capital así captado hacia cuentas que la organización criminal poseía en el extranjero. A través de una plataforma de compraventa de activos digitales y criptomonedas el capital conseguido ilícitamente se convertía en bitcoins y ethers. El anonimato y la privacidad que otorgan las carteras de estas criptomonedas eran utilizadas para dificultar la trazabilidad del dinero estafado, dificultando así la actuación de los investigadores.

Simulaban que la cuenta de inversión había quebrado antes de desaparecer

Una vez que los presuntos autores de la estafa acumulaban el capital suficiente para colmar sus expectativas en cada caso, o cuando la víctima exigía el reintegro del capital invertido más sus beneficios, los estafadores conseguían una última aportación de capital con la excusa del pago de las obligaciones fiscales derivadas de las ganancias obtenidas o el pago de impuestos o tasas en virtud de alguna regulación extranjera. El paso final antes de desaparecer, cambiando los números de teléfono, correos electrónicos e incluso la propia página web, consistía en hacer creer a las víctimas que su cuenta de inversión, la cual había presentado hasta el momento unos crecientes beneficios, por otra parte, totalmente ficticios, había quebrado como consecuencia de los movimientos y fluctuaciones intrínsecas al operar con renta variable.

Este modo de delinquir mantiene un crecimiento exponencial debido a la impunidad que obtienen los autores gracias al anonimato que proporciona el uso de Internet y lo altamente lucrativo que les resulta. Es por lo que la ciudadanía debe extremar las precauciones para no caer en estas redes y desconfiar de estas propuestas de negocio, ya que se trata de una modalidad delictiva en expansión y altamente especializada.

Desde la Policía Nacional se recomienda operar solo con entidades financieras reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), huir de aquellas inversiones en las que se prometan altas rentabilidades en un corto espacio de tiempo y sin riesgo, y siempre pedir consejo u opinión a un profesional reconocido antes de aventurarse en este tipo de negocios.

La investigación realizada, hasta el momento ha podido localizar y esclarecer 81 denuncias a nivel nacional vinculadas con esta modalidad delictiva, además de múltiples hechos aún por cuantificar por todo el continente europeo. La investigación sigue en marcha y no se descarta que, tanto el volumen de lo defraudado, así como el número de víctimas, se vean incrementados significativamente.

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